Algunos historiadores sostienen que los pueblos de Hortaleza y Canillas nacieron en lo que hoy es la glorieta de Mar de Cristal. Por allí discurría el arroyo de Rejas y, según esta hipótesis, se fundaron a cada orilla del riachuelo durante la Edad Media, aunque con el tiempo sus moradores buscaron cotas más altas por higiene y seguridad. Siglos después, Mar de Cristal, ubicada en un punto equidistante entre los antiguos pueblos, es el corazón del distrito. Un cruce de caminos donde convergen dos líneas de Metro y una decena de autobuses. El kilómetro cero del barrio.
La glorieta está flanqueada por un gran centro comercial y un enorme descampado, vestigio de cuando aquello era campo. La parcela, de propiedad municipal y uso deportivo, pudo albergar un polideportivo para personas con discapacidad, aunque el proyecto se fue por el desagüe cuando se esfumó el sueño olímpico de Madrid. En 2017, el Ayuntamiento de Manuela Carmena propuso convertir el terreno en la ‘plaza cívica’ de Hortaleza por su céntrica ubicación, y llamó al vecindario a las urnas.
Más de 8.500 personas participaron en la consulta ciudadana, y el 76,85% apoyó dar un nuevo uso al descampado. El Ayuntamiento presentó dos proyectos y la mayoría de los participantes se decantó por el bautizado como Green Fingers, que contemplaba peatonalizar la calle Ayacucho para conectar la nueva zona verde, donde se construiría un centro cultural y un intercambiador de transportes sostenibles. La oposición (y el PSOE, entonces socio de Carmena) clamó contra este ‘Madrid Río hortalino’ tasado en 13 millones de euros. “Es una barbaridad”, dijo el PP. “No responde a las necesidades de los vecinos”, se quejó Ciudadanos. Y el proyecto cayó en el olvido.
Cuando PP y Ciudadanos relevaron a Carmena en el Ayuntamiento, en 2019, no tardaron en presentar su alternativa para la parcela de Mar de Cristal: un aparcamiento disuasorio. Lo anunció el alcalde José Luis Martínez-Almeida sin entrar en detalles. Y el vecindario que reclamó árboles se inquietó con la noticia, porque vaticinaba malos humos. “Nos hizo saltar las alarmas. Desde un primer momento no lo vimos con muy buenos ojos y empezamos a movernos por redes sociales reclamando información a la Junta y al Ayuntamiento, y recabando apoyo de los vecinos”, relata Juan González, uno de los impulsores de la Plataforma Vecinal contra el Parking de Mar de Cristal que surgió de forma reactiva al anuncio de Martínez-Almeida.
"No entendemos que sea un lugar para un parking disuasorio. Lo que haría es introducir un montón de tráfico en una zona que ya tiene mucho tránsito de vehículos"
La plataforma emprendió una recogida de firmas en internet contra este enigmático proyecto, y pronto las adhesiones se contaban por cientos. “Nos opusimos porque no entendemos que sea un lugar para un parking disuasorio. Aquí lo que haría es introducir un montón de tráfico de fuera hacia dentro del barrio en una zona que ya tiene mucho tránsito de vehículos y que está rodeada de viviendas, un instituto y un centro de salud”, expone Andrea Segura, abogada y vecina de San Lorenzo. El aparcamiento de Mar de Cristal, criticado por los vecinos porque aumentaría las emisiones contaminantes en la zona, está incluido en la nueva estrategia del Ayuntamiento para mejorar la calidad del aire en la ciudad.
ACUERDO INCUMPLIDO
A principios de año, la protesta vecinal se fue propagando hasta la irrupción de la pandemia. En primavera, con la desescalada, la plataforma salió del letargo y consiguió reunir 2.000 firmas contra el aparcamiento y la opacidad del Ayuntamiento. En junio convocaron su primera concentración frente a la Junta de Hortaleza, donde se debatía una proposición del PSOE para paralizar el proyecto hasta que fuese “valorado y evaluado por los distintos partidos políticos, asociaciones vecinales y entidades del distrito, así como debatida su idoneidad en el Pleno de la Junta Municipal”. La propuesta fue aprobada con el apoyo de los socialistas y Más Madrid. No hubo un solo voto en contra, porque Partido Popular, Ciudadanos y Vox decidieron abstenerse.
El concejal presidente de Hortaleza, Alberto Serrano (Ciudadanos), admitió en aquel Pleno que cualquier parking disuasorio “no le gusta a ningún vecino”, y dijo que el Ayuntamiento estaba dispuesto a escuchar. También aseguró que el responsable del proyecto, el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante (Partido Popular), se comprometía a venir al distrito “para dar cuenta del proyecto y recabar ideas de los vecinos”.
A pesar de la paralización del proyecto aprobada en junio, el parking de Mar de Cristal ha reaparecido por sorpresa en los presupuestos de 2021
Desde entonces, Carabante ha acudido a Hortaleza en varias ocasiones, como cuando visitó en septiembre las obras de otro aparcamiento disuasorio, el de Fuente de la Mora. Sin embargo, nunca lo hizo para mantener su prometido encuentro con los vecinos. Tampoco hubo noticias del proyecto de Mar de Cristal hasta el pasado 16 de noviembre, cuando el Ayuntamiento presentó los presupuestos municipales para 2021, en los que rescataba el aparcamiento disuasorio con una inversión de 2,2 millones de euros. Además, el Consistorio incluía un millón para construir otro en Valdebebas y medio millón de euros para terminar el de Fuente de la Mora. En total, 3,8 millones destinados a parkings en el distrito: el 41,6% del conjunto de las inversiones previstas en Hortaleza durante 2021.
La reaparición del aparcamiento en los presupuestos provocó protestas inmediatas. Dos días después, la Plataforma Vecinal contra el Parking de Mar de Cristal se concentró de nuevo frente a la Junta de Hortaleza para denunciar el incumplimiento del Ayuntamiento. Los ánimos entre el vecindario estaban caldeados tras dos polémicas decisiones del gobierno municipal: la cesión de una parcela a Iberdrola para construir un aparcamiento privado junto al colegio público Juan Zaragüeta y la cancelación del proyecto de biblioteca en la calle Arequipa, en las inmediaciones de Mar de Cristal.
“Los vecinos nos sentimos perjudicados porque no se nos ha consultado para nada, incluso cuando nos habían prometido que iban a contar con nosotros”, lamenta Digna Hernández, jubilada de 76 años y vecina de Canillas que tiene experiencia en la lucha contra los aparcamientos: en su antiguo barrio, Chamartín, lideró la oposición al parking de la calle Potosí proyectado en los años noventa durante la alcaldía de José María Álvarez del Manzano (PP). “Aquello se vino abajo por la lucha vecinal, aunque nos llamaban las locas del barrio”, rememora.
MANIFESTACIÓN CON APOYOS
Medio centenar de vecinos y vecinas participan activamente en la Plataforma Vecinal contra el Parking de Mar de Cristal, que junto a la asociación de madres y padres (AMPA) del colegio público Juan Zaragüeta ha promovido la manifestación que este sábado 5 de diciembre recorrerá las calles de Hortaleza contra “la fiebre de aparcamientos que consume a nuestro Ayuntamiento”, se proclama en un comunicado. Ambos colectivos han sumado a la protesta a más de una veintena de asociaciones vecinales, culturales y deportivas del distrito.
La difusión de la manifestación ha sido exhaustiva: se han buzoneado miles de folletos en portales del barrio.
La manifestación arrancará a las 12 horas del colegio Juan Zaragüeta, junto al polémico parking de Iberdrola que el Ayuntamiento sigue sin desmantelar, y recorrerá al ritmo de Sambaleza la Vía de los Poblados y el barrio de San Lorenzo para desembocar en la glorieta de Mar de Cristal. “Estamos pendientes del tiempo, pero esperamos que se sume gente. Confiamos mucho en las AMPAs, que siempre mueven mucho, como en la Cabalgata”, afirma Inés Palacios, de 64 años, otra de las veteranas de la plataforma. La difusión ha sido exhaustiva: se han buzoneado miles de folletos en portales del barrio.
La mera convocatoria de la manifestación ya ha provocado un leve movimiento: el concejal Borja Carabante ha confirmado que vendrá a Hortaleza a desvelar, al fin, los detalles del proyecto aparcamiento de Mar de Cristal. Lo hará el 10 de diciembre, aunque solo ha invitado formalmente a los partidos políticos.
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