La noticia corrió como la pólvora por la Plataforma contra el Parking de Mar de Cristal el pasado 19 de julio: el alcalde José Luis Martínez-Almeida anunció que suspendía la construcción de aparcamientos disuasorios hasta analizar por qué los ya inaugurados tienen una bajísima ocupación. El día 20 se formalizó la decisión en el Pleno de Cibeles: una gran victoria para una de las movilizaciones vecinales más potentes organizadas en Hortaleza.

La sorpresa fue notable, ya que unos días antes, el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante (PP), seguía sin dar su brazo a torcer en reuniones con otras asociaciones vecinales que rechazaban aparcamientos disuasorios en sus barrios. Finalmente, en Cibeles se aprobó por unanimidad (con la abstención de Vox), a propuesta de Más Madrid a la que se sumó el PSOE, suspender definitivamente los proyectos de Mar de Cristal, Aravaca y Tres Olivos. El resto del Plan de Aparcamientos Disuasorios -incluyendo Valdebebas o Canillejas, también en Hortaleza- se paraliza hasta averiguar por qué las dos infraestructuras inauguradas en los últimos meses como Fuente de la Mora (distrito de Hortaleza) y Pitis (Fuencarral-El Pardo) apenas tienen usuarios, pese a la campaña de buzoneo en los barrios realizada por el Ayuntamiento para informar de las condiciones de uso.

El Área de Movilidad incluso anunció que serían totalmente gratuitos hasta octubre, también para residentes o conductores que no utilicen luego el metro. Pero nada. Apenas cuatro coches diarios en sendas explanadas de asfalto, sin sombra, mientras que en la vía pública se seguía aparcando sin dificultad. Borja Carabante reconoció que en Fuente de la Mora los estudios de la etapa de Manuela Carmena “preveían 600 coches diarios”, y apenas han entrado “600 en un mes”.

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Parcela municipal en Mar de Cristal donde el Ayuntamiento proyectaba un macroaparcamiento. DAVID MARTÍNEZ

¿QUÉ HA FALLADO?

La crisis sanitaria y el teletrabajo tienen la culpa, señalan fuentes municipales a este periódico: “La situación actual no es normal con la pandemia y la gente los tiene que conocer”. Confían en que la falta de usuarios se solucione con una “importante labor de comunicación, más allá del buzoneo y de la campaña especial”. En el Pleno, Más Madrid ironizó con que no hubieran actualizado los estudios de demanda de los aparcamientos tras el cambio de hábitos desencadenado por el coronavirus. “Sobran coches y asfalto, faltan transportes alternativos, zonas verdes y espacios amables para la ciudadanía: hay gente que se está dando cuenta”, dice Raquel Collado, una de las portavoces de la Plataforma contra el Parking de Mar de Cristal.

Fuente de la Mora, el primer parking disuasorio del distrito, no tiene apenas ocupación desde su apertura

Otro camino por recorrer es el indicado por el alcalde: negociar con centros comerciales la cesión de plazas disuasorias en sus parkings, como ya se está haciendo con Isla Azul, en el límite entre Carabanchel y Leganés, que cuenta con 4.000 plazas. De momento, en Mar de Cristal, reconocen las mismas fuentes, “no se ha explorado” el centro comercial Gran Vía de Hortaleza. Aunque señalan que tiene “pocas plazas”, cuenta con 1.700: la cuarta planta, con 400 plazas, habitualmente cerrada, y en las otras tres hay huecos de sobra de lunes a viernes.

UNA MOVILIZACIÓN HISTÓRICA

Pocos proyectos en Hortaleza han generado tanta movilización. Más de 6.000 firmas recogidas en mesas informativas en la calle, miles de folletos repartidos, varios concurridos actos en el solar para demandar su uso como biblioteca y dos manifestaciones multitudinarias dan idea del rechazo que había generado el proyecto municipal de convertir este solar emblemático del distrito, calificado como uso deportivo y con 12.000 metros cuadrados de superficie, en una explanada de asfalto para 300 vehículos.

La movilización contra los aparcamientos se extendió desde Hortaleza a otros barrios de Madrid

La Plataforma contra el Parking de Mar de Cristal ya está preparando un evento para celebrar la victoria a la vuelta de vacaciones, pero no piensan perder el impulso. “No vamos a parar de luchar hasta que se suspenda definitivamente el plan de macroaparcamientos”, anuncian en su cuenta, pero también recuerdan que “Hortaleza necesita una biblioteca urgentemente, así que seguiremos dando guerra”. De momento, su pregunta es qué se va a hacer con el presupuesto destinado a estas infraestructuras y que formaba parte de las inversiones en el distrito: “1,8 millones de euros dan para una buena biblioteca”, señala Raquel Collado.

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Pancartas colgadas por el vecindario en la parcela de Mar de Cristal. SANDRA BLANCO

 

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