La historia de superación del XV Hortaleza, el club de rugby del barrio, es de película. Arranca a principios de siglo, cuando un grupo de amigos enamorados del balón oval daba tumbos por medio Madrid jugando en campos de prestado. Allí se dejaban la piel, literalmente, placando y haciendo melés en terrenos de arena hasta que, años después, un golpe de suerte cambió para siempre el destino del club: el Ayuntamiento de Madrid construyó en Hortaleza el primer campo municipal de rugby de la ciudad, y los ‘dragones’ consiguieron la cesión de la flamante instalación. En apenas un lustro, el XV Hortaleza formó allí una de las mayores canteras de España (en pugna con sus vecinos del Liceo) con equipos de todas las edades, y el campo se convirtió en la sede de una frondosa comunidad bien regada en los terceros tiempos.

Un trabajo de formación que no tardó en dar frutos: en 2015 sus chicas lograron la hazaña de auparse a la División de Honor del rugby español, donde las ‘dragonas’ volaron durante varias temporadas. Todo sin perder el carácter familiar de un club en el que hasta las madres tienen su propio equipo (se llaman las khaleesis, porque sus hijos son dragones: si has visto Juego de Tronos lo entenderás) y que mantiene una loable sensibilidad social, porque su campo está abierto tanto a chavales con diversidad funcional como a los que buscan redimirse tras cumplir penas en centros de menores.

El XV Hortaleza tiene músculo dentro y fuera del terreno de juego. Lo demostró en 2017 cuando se impuso en los Presupuestos Participativos de Madrid con un proyecto para mejorar sus instalaciones de la avenida de las Piceas. Mientras esa reforma se concreta, el Ayuntamiento decidió el pasado verano sustituir el césped del campo, un trabajo que no debía demorarse más de tres meses. Durante ese tiempo el club se mudaría a Vallecas para regresar con ilusión renovada el pasado 15 de diciembre. Sin embargo, el destierro continúa un año después y se ha convertido en un drama que no tiene final.

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Las ‘dragonas’ del XV Hortaleza, durante un encuentro en la División de Honor. JAVIER PORTILLO

OBRAS DE «PESADILLA»

Tras una temporada lejos del barrio, la directiva del XV Hortaleza comunicaba a principios de junio que las obras, técnicamente, no habían terminado. “Se han convertido en una auténtica pesadilla”, admitía el club en una misiva dirigida a sus socios que intentaba explicar lo inexplicable. En ella relataba que la instalación del césped, a pesar de los meses de retraso, ya estaba finalizada y contaba con el visto bueno de la Federación Española de Rugby. “Pero a día de hoy seguimos sin tener una solución, no tenemos autorización para entrenar en la instalación y ni siquiera tenemos una fecha de vuelta”. Además, el comunicado se deslizaba que el Ayuntamiento tenía “poca intención de solucionar” el problema, aunque evitaba entrar en detalles.

El Ayuntamiento se niega a recepcionar la obra porque faltan “remates en el césped y en las redes”

La noticia fue un mazazo para las familias tras un año peregrinando con excursiones kilométricas al Ensanche de Vallecas, en los confines de la ciudad, mientras observaban con perplejidad que las obras del campo de Hortaleza iban a paso de tortuga. “Estuvieron paradas hasta finales de febrero por problemas con los materiales”, explicaba el vicepresidente del club, Sergio Palacios, en una reciente entrevista en Radio Enlace. “En marzo y abril se reanudó y avanzó rápido, pero ahora queda la recepción de la obra por parte del Ayuntamiento, que es un trámite administrativo que se está demorando. Pero nos queda saber qué discrepancias hay entre la empresa y el Ayuntamiento, que considera que quedan trabajos por hacer y por eso no da por finalizada la obra”.

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Niños de la escuela del XV Hortaleza entrenando con mascarilla durante la pandemia. SANDRA BLANCO

FUTURO INCIERTO

Representantes del club pidieron explicaciones a la delegada de Deportes en funciones del Ayuntamiento, Sofía Miranda, el pasado 5 de junio, pero el encuentro fue decepcionante. “Nos transmitió que la obra no está acabada porque faltan remates en el césped y en las redes. No sabemos si no hay intención de avanzar, porque desde fuera vemos que con un poco de intención se puede avanzar”, relata el vicepresidente del XV Hortaleza, aludiendo al conflicto entre el Consistorio y la empresa Urvios Construcciones y Servicios, adjudicataria de las obras, que cuentan con 443.400 euros de presupuesto. La portavoz del Ayuntamiento en funciones y próxima vicealcaldesa, Inmaculada Sanz, ha admitido “problemas en la ejecución de la obra” relacionados con “la recepción de los materiales” que provocaron retrasos, pero el 8 de junio aseguraba que ya se encontraba “en fase de culminación y próximo a terminar”, sin precisar una fecha para el regreso del club a campo, inaugurado en 2010.

Esa incertidumbre provoca zozobra en el XV Hortaleza, porque el exilio en el Ensanche de Vallecas les ha arrebatado un tercio de sus jugadores: el campo municipal de Las Leonas, el que ha acogido a los equipos del club hortalino durante las obras, está a casi 20 kilómetros del barrio. “Es un aburrimiento ir todos los días hasta allí”, admite Marcos Siguero, jugador del equipo senior. Si el destierro se prolonga puede producirse una desbandada, porque es difícil sobrevivir lejos del lugar donde se han echado raíces.

“La anterior temporada la terminamos con 550 fichas, y este año estamos por debajo de las 400. Muchas familias ya nos han transmitido que no van a seguir si la próxima temporada no estamos en el barrio”, lamentó Sergio Palacios en Radio Enlace, donde relató una situación tan paradójica que parece absurda: mientras los jugadores del club no pueden pisar el césped, el resto de la instalación, que está integrada en el parque Juan Pablo II, permanece abierta a los viandantes. “Y allí va gente a pasear el perro, e incluso se hacen botellones”, aseguró el vicepresidente del XV.

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