Corría el año 1989 cuando Carmen Salván, cuatro años después de casarse, se vino a vivir al barrio de San Lorenzo. “He visto surgir desde la Gran Vía de Hortaleza hasta la M-40 pasando por todos los centros comerciales y servicios que tenemos hoy día en el barrio”.
Ahora lleva tres años jubilada, pero ha dedicado toda su vida a la enseñanza como pedagoga, en su propio centro, y como profesora de EGB, pero como ella misma reconoce “esta es una profesión que se elige por vocación y la vocación no muere nunca, así que la educación sigue siendo un asunto esencial para mí”.
Participaba también en la Mesa de Educación de los antiguos Foros Locales que actualmente se han convertido en los Consejos de Proximidad, a los que ya no ha querido apuntarse. Sin embargo, no quiere dejar de involucrarse en el distrito y se ha hecho miembro de la asociación de vecinos de San Lorenzo, recientemente reflotada, porque quiere contribuir “a una buena dinámica vecinal”.
El libro puede comprarse en la Librería Mar Negro y en la Papelería Compass del distrito
Publicó el libro La enseñanza utópica en 2007 con la editorial Grafema, especializada en obras de docentes, y organizó una presentación en la Asociación de la Prensa de Madrid e incluso fue a Radio Nacional, donde la entrevistó Beatriz Pécquer.
Sin embargo, la crisis de 2008 provocó el cierre de la editorial y Carmen se encontró con el libro sin distribuir en los almacenes de una distribuidora en Madrid, “muertos de asco”, así que se hizo con ellos y ahora es ella quien se los suministra a las librerías del barrio que lo venden (Librería Mar Negro y Papelería Compass). Además, lo editó como e-book y está disponible tanto en Google Books como en Amazon.
Sin olvidar que también puede encontrarse en las bibliotecas públicas (en la de Huerta de la Salud, tiene un hueco especial entre las autoras del Espacio Hortaleza y fue protagonista, entre otras, del Día de las Escritoras Hortalinas).
PREGUNTA: ¿Por qué escribiste el libro La enseñanza utópica?
RESPUESTA: Porque pensaba que con un libro que recogiera mi experiencia, mi ayuda profesional podría llegar a más gente que la que accedía a mi gabinete de pedagogía, cuando circunstancias complejas me obligaron a cerrarlo.
En el libro das mucha importancia a la necesidad de asumir y adaptarse a la amplia diversidad del alumnado y lo comparas con cómo se adaptaban a la gran variedad de necesidades de las alumnas y alumnos a la que tenían que enfrentarse las maestras y maestros de hace décadas. ¿Puedes explicarnos por qué?
Sé que ese es un asunto polémico, y aquí no me quiero extender porque tiene muchos matices. A mí lo que no me cabe en la cabeza es que en la formación del profesorado y la elaboración de los programas de estudios no se prevea esa realidad inevitable de la diversidad en las condiciones necesarias para abordarla sin dificultades. Es como si dijeran algo parecido los médicos, acerca de la forma personal en que se manifiestan las enfermedades o en que ellos tienen que considerar a cada paciente.
“La nueva ley de educación tiene muy buenas intenciones, y mira al futuro con acierto, pero no sé si podrá desarrollarse por una suficiente dotación de recursos”
También haces referencia a la enseñanza de las competencias instrumentales. En la sociedad actual, ¿es más importante saber cómo encontrar la información y cómo utilizarla que memorizar datos?
Esa disyuntiva simplifica mucho, porque detrás de la capacidad de encontrar la información deben desarrollarse un montón de destrezas de la inteligencia, pero bueno, si hemos de optar por una de las dos ideas, sí, en la sociedad actual y sobre todo en la futura.
¿Qué opinas de la nueva ley de educación?
La respuesta completa sería muy larga. Creo que tiene muy buenas intenciones, y que mira al futuro con acierto, pero no sé si podrá desarrollarse, como siempre, por una suficiente dotación de medios y recursos. Ojalá.
Publicaste el libro en 2007, ¿cómo crees que puede adaptarse a la situación actual?
Porque entonces no se daba todavía el boom de las TIC y de internet en las aulas, las redes sociales, etc., pero lo que yo proponía en aquel momento, por experiencia propia con mis clientes, el trabajo de las habilidades intelectuales, las destrezas de pensamiento, las técnicas de estudio y aprendizaje, la valoración de las inteligencias propias de cada alumno, etc., que son el terreno en el que se concilian los datos o contenidos con las competencias o habilidades inspirado en una filosofía de la educación para la formación de adultos felices y equilibrados, sigue teniendo vigencia. Eso todavía puede inspirar a muchos.
Acabas de participar en el segundo certamen de relato corto de Hortaleza, ¿cómo ha sido la experiencia?
Muy positiva. Yo escribí para ponerme a prueba a mí misma, y me lo van a publicar. Estoy muy agradecida del feedback que me dieron en el acto de entrega de premios. Me pareció una fórmula estupenda.
¿Qué proyectos de futuro tienes?
Estoy interesada en reivindicar el papel de la pedagogía como sustrato para la docencia que se está planteando cada vez con más fuerza para el futuro, en la línea de lo que hemos comentado sobre lo que más importa en la educación, y creo que tengo oportunidades con la Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia, desde el Colegio Oficial de Docentes, donde me han pedido colaboración. Aparte de eso, me propongo ser más disciplinada para escribir en mi blog: Distancia_2.
“Creo que hay desigualdades muy perniciosas entre unos barrios y otros, y que con ellas se procura dividir las voluntades de los vecinos”
¿Cómo ves el barrio respecto al ámbito educativo?
Pues creo que la administración no está a la altura de los profesionales que tenemos y que, si no fuera por la voluntad y esfuerzo de los profesores, ya habríamos sucumbido hace tiempo.
¿Qué es lo que más te preocupa de la actual situación del barrio?
Pues que está necesitado de más recursos, claro. No solo el instituto de Formación Profesional y la biblioteca que los vecinos reclaman, sino un tejido cultural institucional suficiente con centros culturales multiusos desde donde se pueda atraer a la juventud, escuelas oficiales o conservatorios de música y danza, de artes plásticas, de arte dramático, etc. Las Administraciones se quedarían boquiabiertas si supieran la enorme cantidad de jóvenes que se inscribirían en ese tipo de estudios. Claro que luego quedaría la segunda parte, que es permitir a toda esa población que pudiera vivir dignamente con esa formación.
¿Cuáles crees que son las mayores carencias del distrito?
Creo que hay desigualdades muy perniciosas entre unos barrios y otros, y que con ellas se procura dividir las voluntades de los vecinos. No deberíamos caer en esas trampas, sino buscar puntos de confluencia para todos. Es difícil, lo sé.