Juana Sánchez es referente del feminismo en el barrio porque lleva décadas empoderando a mujeres desde el movimiento vecinal. A principios de los setenta participó en la asociación de amas de casa que se reunía en la iglesia de Santa Paula de Canillas, al cobijo del párroco Juan, que les imprimía panfletos para difundir las huelgas de pan que organizaban a finales de la dictadura. En 1973, Juana se sumó a la recién fundada asociación de vecinos de Villa Rosa y ahí sigue 50 años después, con la memoria nítida para recordar cómo organizó en 1984 el primer acto en el distrito para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.

«No lo habíamos hecho nunca y no sabíamos qué hacer», admite Juana, de 88 años. «Fue Toñi, una compañera, a quién se le ocurrió: ¿por qué no celebramos el Día de la Mujer? Y nosotras respondimos, ¿qué es el Día de la Mujer? Porque no lo sabíamos. Yo era la encargada de decirlo en la junta directiva de la asociación, y me dijeron que muy bien». Esta veterana cuenta que pidieron consejo en la incipiente red feminista que se empezaba a tejer en toda la ciudad, y aquello dio resultado.

«Llamé por teléfono a Genoveva de la Librería de Mujeres y me animó a presentar un proyecto para pedir una subvención. Pues ponemos una película, La Sal de la Tierra, pero ponerla costaba 25.000 pesetas de entonces, porque había que traer el proyector y al señor que la proyectaba. Cuando lo conté en la junta directiva de la asociación casi me pegan. Pero  dio igual, lo hicimos», remacha.

Juana consiguió la subvención y el 10 de marzo de 1984, en el salón de actos del colegio público Ramón Pérez de Ayala, se celebró «un acto de homenaje a la mujer trabajadora (incluidas las amas de casa)», puntualizaba la crónica publicada en el boletín de la asociación, La Voz de Villa Rosa, que recientemente ha sido digitalizado. Tal y como querían Juana y sus compañeras se proyectó La sal de la tierra, una película de 1954 dirigida por Herbert J. Biberman que «a través del testimonio de una ama de casa, esposa y madre de dos criaturas pequeñas, nos cuenta la incorporación de las mujeres de un pueblo minero a una huelga que llevan a cabo sus maridos», se detalla en la crónica del acto.

La Voz de Villa Rosa 8M 1984

Portada de ‘La Voz de Villa Rosa’ en marzo de 1984 con la crónica del acto por el Día Internacional de la Mujer.

Tras la película hubo un coloquio en el que participó la abogada laboralista Cristina Almeida, que vivía entonces en el barrio de Portugalete (y era vecina de la también abogada Manuela Carmena). «Nos dijo que las mujeres teníamos que valorarnos nosotras lo primero», rememora Juana. Según la crónica publicada en La Voz de Villa Rosa, que no aparece firmada, «se hizo corto el coloquio, pues eran las nueve de la noche y la gente seguía en su sitio» escuchando a Cristina Almeida, que «con un lenguaje llano y sencillo, hizo hincapié en algunas escenas interesantes de la película, y contestó a todas las preguntas que se le formularon». Además, «hablaba con tanta gracia que nos hizo reír a todos», se indica en el texto.

La crónica también destaca que la asociación puso un servicio de «guardería» a cargo de «Javier y de su ayudante Nohemí» que «fue un éxito total». «Acogió a 30 niños. La clase resultó pequeña. Los niños se lo pasaron bien, tenían globos, pinturas y cintas con canciones infantiles, se enumera en el artículo de La Voz de Villa Rosa, que concluía con «una llamada de atención» por la «escasa participación masculina que tuvo lugar, y que nos parece un síntoma de que las cosas, en el tema
que nos ocupa, están aún lejos de solucionarse totalmente». «Sin embargo, en ello estamos hombres y mujeres que tenemos conciencia del problema, y que somos cada vez más», se apostilla en el texto.

Las mujeres de Villa Rosa fueron las impulsoras del proyecto de la Casa de las Mujeres, germen del actual Espacio de Igualdad Carme Chacón

«Me dieron un cheque de 25.000 pesetas añade Juana Sánchezy se lo restregué a todos, porque era la primera vez que la asociación recibía una subvención, y eso lo hicimos las mujeres». Desde entonces, el 8M no ha dejado de celebrarse en Hortaleza. Además, tras el acto, las mujeres de Villa Rosa decidieron reunirse todos los lunes en la asociación. Esa pionera «vocalía de mujeres» acabaría replicándose en otras asociaciones de toda la ciudad que en 1992 crearon la red Mujeres Vecinales de Madrid. Una red que consiguió, entre otras cosas, que las ‘asociaciones de vecinos’ abandonasen ese masculino genérico para denominarse ‘asociaciones vecinales’.

«Es que las palabras son importantes», apunta Juana, que acabó siendo presidenta de la asociación vecinal de Villa Rosa. En 2004, junto a sus compañeras, propusieron al Ayuntamiento la construcción en Hortaleza de una Casa de las Mujeres. Fue el germen del actual Espacio de Igualdad Carme Chacón, que abrió sus puertas en 2017 ubicado en el antiguo colegio Rubén Darío de Canillas. Entonces, en el barrio hubo quien propuso que ese edificio debía llamarse ‘Juana Sánchez Laguna’. «Sería alguno que me quiere mucho, pero eso no iba en serio», dice Juana quitándose importancia.

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