Era media noche cuando recibí la llamada de auxilio. Ella estaba frente a la gasolinera de Santa María, se llamaba Concha y la habían arrojado de un vehículo. La encontré con expresión ausente. Durmió en el salón de casa, pero qué hacer.
La única voz feminista que yo conocía era la de Juana del Foro de Hortaleza. Su respuesta fue precisa: “dos personas la acompañaremos a casa del maltratador para recoger su ropa, después ya se verá porque no hay recursos”. Han pasado quince años, Concha volvió al Sur y, en breve, sí habrá en Hortaleza respuesta para mujeres sorprendidas por el machismo.
Estoy junto a Juana en la asociación vecinal Villa Rosa. Cabellos plateados y una gran mesa repleta de carteles, documentos y fichas manuscritas. Son parte imprescindible de la memoria feminista de Hortaleza y de tanta violencia contra las mujeres.
PREGUNTA: ¿Para cuándo la Casa de las Mujeres?
RESPUESTA: Me dijeron que, en principio, para mayo o junio. Y no sé más. Porque nosotras estamos en la Mesa de Feminismo y algo nos dirían, ¡digo yo!
¿Cuándo surgió la idea?
El grupo de mujeres de Villa Rosa en el 2004 mandamos una cartita diciendo que hacía falta, pero no nos hicieron caso. En el 2008, presentamos un proyecto que aceptaron todos los grupos políticos, se firmó y ahí se quedó. La entonces concejala dijo que se había desafectado el Rubén Darío y no era así. Eso lo han tenido que hacer ahora.
¿Un sueño logrado?
No es lo que nosotros queríamos, pero menos es nada.
¿Por qué?
Nosotras queremos que sea una casa de la mujer, pero ellas quieren que sea espacio de igualdad como en todos los distritos. Harán lo que quieran y nosotras presionaremos, pero no sé si nos harán caso.
¿Qué van a encontrar las mujeres?
Espero que haya atención a la mujer, que la mujer vaya allí con un problema y se lo resuelvan. Porque mucho “denuncia, denuncia” y luego te vas a casa con el maltratador. ¿Cómo se come eso? Y claro, no denuncia y, si lo hace, lo mismo la matan.
¿Quiénes lo van a gestionar?
¡Esa es otra! Nosotras queríamos que estuviera bajo el paraguas del Ayuntamiento, pero habrá una entidad privada.
¿Habrá alojamiento?
Nosotras queríamos que hubiera un sitio para ese momento y que esa mujer maltratada fuera acompañada por otras mujeres, que estuviera acogida, arropada… ¡Pero eso no va a ser así!
¿Por espacio?
Hay mucho espacio… El contenido no sé, lo que es el continente va a estar muy bien. Ya veremos.
¿Háblanos de ti?
Yo soy una mujer del pueblo. Además no tengo Bachiller. Mi aprendizaje ha sido en la calle con las personas, con las mujeres.
¿De Hortaleza siempre?
Vine a Hortaleza con veintidós años. Entonces vivía en la colonia Leonesa, donde están las iglesias de los rusos y la evangelista. No teníamos agua. Cuando llovía, mi casa se calaba entera. Cuando empezaron a hacer Villa Rosa, miramos. Vine aquí en el 71, entonces no había dotaciones de nada.
Por eso la asociación, ¿no?
Todo el que tenía sentido de la política, como no había partidos políticos y estaba todo prohibido, se metió en la asociaciones vecinales. Ahí estaba mi marido.
¿Y vosotras?
Nosotras nos juntábamos en el colegio Santa Rosa de Lima o bien en la parroquia con don Juan, que era un párroco majísimo. Entonces no podías hacer un panfleto y él nos decía “no os preocupéis, yo voy a los Combonianos y me lo hacen”.
¿Qué decían esos panfletos?
Que íbamos tal día a no comprar el pan o tal otro a no hacer esto o a dar unas charlas, que las dábamos en las Cabrini o en la iglesia antigua de Canillas. Ahí nos venía a dar las charlas la abogada.
¿Qué abogada?
A mí me parece que fue Carmena.
¿Qué os contaban?
Nos dieron una charla diciendo que no podían testificar ni los disminuidos psíquicos ni los niños ni las mujeres casadas. Eso era una discriminación total. Ves la injusticia.
¿Por eso entraste en la asociación?
Las mujeres que se meten en las asociaciones es porque tienen ideales políticos. Piensan cambiar las cosas que no les gustan. También es verdad que viene mucha gente a hacer manualidades, a bailar, pero no les hables de política social.
¿Se discrimina en las asociaciones?
No era aparte, pero las mujeres siempre estábamos para cultura y servicios sociales. Hicimos un buen papel porque teníamos un buen equipo. Lo primero fue una biblioteca. También la educación de adultos. Allí me saqué el graduado escolar.
¿Y el Día de la Mujer?
En el 83, fue la primera vez que organizamos el Día de la Mujer. Lo celebramos en el Ramón Pérez de Ayala. Vino Cristina Almeida… Así todos los años hasta hace tres o cuatro, que dijimos que lo cojan Mis Mujeres.
¿Más iniciativas?
Hicimos en Hortaleza talleres de mediadora social. A la policía le dimos un curso sobre violencia de género. Les dije que esperaba que esto les sirviera para concienciarse y no solo para alargar la vida laboral.
¿Has atendido a muchas mujeres?
Mira las fichas de intervención. Yo las hacía a mano. ¿Ves?, esta mujer embarazada de 16 años, marroquí, su padre la quería llevar allí a hacer la ablación. Esta otra en trámites de separación de un guardia civil. Así, Dolores, Carmen, Beatriz, una mujer maltratada por su novio. Bueno…
¿Estuviste en el Consejo de la Mujer?
Pertenecemos al Consejo de la Mujer del Ayuntamiento. Estuvimos en el Consejo de la Mujer de la Comunidad, pero, cuando llegó el PP, se lo cargó. ¿Sabes lo bonito que era? Viajamos por toda España para compartir experiencias y poner objetivos.
¿Muchos encuentros?
También hemos salido a Marsella, París, Bruselas… Yo es que me lo he pasado muy bien. Te lo digo de verdad. A México fuimos cien personas; fue muy bonito, pero muy doloroso ver en Ciudad Juárez el sitio en el que apareció el primer cuerpo de las mujeres asesinadas.
¿Por qué esa violencia?
El hombre, en el momento en el que una mujer dice hasta aquí hemos llegado, piensa “ya se me ha terminado a mí la diversión”. Entonces, no consiente que esa mujer pueda rehacer su vida sin él. No pueden soportar que la mujer sea persona sin él. La educación es fundamental.
¿Cuál es el papel actual de las mujeres?
Las mujeres son las que rompen. Las que vienen detrás se piensan que esto está así porque nos lo han dado por nuestra bella cara. Cuando en las manifestaciones veo a tanta gente, todas chicas, ¡me encanta! Digo “¡mira sus narices!”.
¿Es de izquierdas o derechas el feminismo?
La revolución feminista no tiene sangre y ahí están todos los partidos.
¿Se ha asimilado el feminismo?
Los partidos siguen siendo machistas, aunque disimulen. Ahora te dicen machista y repele. Hay que cambiar las leyes, no que no las den hechas. Las leyes tienen que cambiar con el consenso de los dos. Si no, estaríamos siempre en lucha.