La figura de Luis Aragonés ha regresado a su pueblo natal, Hortaleza. Nueve años después de su fallecimiento, este miércoles 1 de febrero se ha inaugurado el busto del legendario futbolista y entrenador enclavado en la plaza de Chabuca Granda, a solo unos metros de la casa natal del Sabio de Hortaleza.

Al acto han asistido decenas de personalidades del Ayuntamiento y del Atlético de Madrid, desde el alcalde y reconocido colchonero José Luis Martínez-Almeida hasta el presidente del club rojiblanco, Enrique Cerezo, que encabezaba una delegación con antiguos jugadores como Adelardo Rodríguez, Roberto Solozábal o Germán ‘El Mono’ Burgos. Junto a ellos, los hijos de Aragonés y muchos paisanos del antiguo pueblo, como Florencio Elipe, amigo de la infancia de Zapatones y propietario de Casa Florencio, sede de la peña atlética que lleva su nombre y donde surgió la idea de dedicarle una estatua más digna que el monolito inaugurado por Ana Botella en 2014.

«Fue una persona modesta que podía mirar de frente a los grandes”, ha dicho el concejal presidente de Hortaleza, AlbertoSerrano, durante su intervención, en la que ha calificado como “héroe” al escultor de la obra, el antiguo concejal del Partido Popular José Gabriel Astudillo, que asegura haber realizado el busto de forma altruista, un trabajo que le llevó apenas “dos o tres semanas”.

El pasado mes de septiembre todos los grupos políticos respaldaron en el Pleno del distrito este homenaje al máximo goleador histórico del Atlético de Madrid y el seleccionador que levantó la Eurocopa de fútbol en 2008. Se trata de la segunda escultura dedicada al “sabio de Hortaleza” en la ciudad de Madrid tras la que luce desde el año pasado en las inmediaciones del nuevo estadio Metropolitano junto a la avenida que lleva su nombre, y que fue costeada por 9.000 aficionados colchoneros.

La propuesta aprobada por unanimidad en el Pleno fue presentada por el concejal presidente del distrito, Alberto Serrano, porque considera “bastante indigno” el monolito, con forma de balón de fútbol, que el Ayuntamiento colocó en 2014, tras el fallecimiento de Luis Aragonés, en la intersección de las calles Mar Cantábrico y Mar de Bering para recordar a la leyenda rojiblanca. Sin embargo, el nuevo busto no ha sustituido la cuestionada talla de piedra por deseo de la familia de antiguo seleccionador nacional de fútbol, según el concejal Serrano.

La idea de dedicar una estatua a Luis Aragonés surgió en Casa Florencio, el establecimiento hostelero de Florencio Elipe. Alberto Serrano recogió el guante y encomendó el diseño a José Gabriel Astudillo, que además de pintor y escultor tiene una larga carrera política en el Partido Popular y fue concejal de Educación y Deportes del Ayuntamiento de Madrid en los años noventa. Serrano asegura que Astudillo ha realizado la escultura “gratis”, aunque el coste de la obra ascenderá a unos 10.000 euros para sufragar la fundición en cobre y su instalación. “Tirado de precio, por así decirlo”, según el edil de Ciudadanos.

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