Santiago Martínez Gómez, Santi de Portugalete, es un referente cultural y social de Hortaleza. Nacido en 1958, a los 14 años comenzó a trabajar en la cocina de la cafetería Rolando hasta que esta fue objeto del primer atentando indiscriminado de ETA. Como un joven más del barrio, Santi participó y se formó con los artistas plásticos que promovieron los murales del barrio de Portugalete (que este verano cumplen 50 años).

Todavía menor de edad, fue fundador de las Juventudes Comunistas de Hortaleza aun estando la dictadura. En su vida laboral, destaca la digitalización del Canal de Isabel II. Para Santi, el arte y la acción social están ligados. Ha realizado obras plásticas, diseños de carteles y fotografías participando en exposiciones colectivas donde ha cosechado algunos premios. Santi ha sido promotor de los Encuentros Culturales Portugalete y, como músico, participa en dos bandas: Big Band Coslada y GSD Big Bang. Ahora inicia una nueva etapa vital en el barrio de la Esperanza.

No había quedado con Santi, pero sabía que podía recurrir a él. Este hombre de trombón y vida insospechada es alguien que abre puertas. Lo hizo siendo un chaval con la venida de la democracia y lo hace cada vez que le pedimos un contacto o que un artista o cualquiera del vecindario le proponga una acción cultural o social. Es el genuino hijo del arte, gestado por el humanismo de aquellos artistas de los murales de Portugalete cuyo grito de libertad cruzó fronteras e iba más allá de salvar un barrio de una autovía.

Hortaleza es una sartén en este julio y Santi nos recibe por videoconferencia en su retiro cántabro con la ataraxia estoica que defendía el bueno de Pío Baroja. De hecho, Santi nos ha hecho pensar en el Zalacaín del vasco, claro, que en discreto.

¿Qué tal en Cantabria?

Muy a gusto, fresquito. Teníamos mi mujer y yo el apartamento este y ahora, pues, lo tengo yo.

Siento mucho el fallecimiento de tu mujer.

Bueno, hemos estado 43 años juntos.

¿Y cómo te encuentras?

Como yo digo, saltando vallas. Es a lo que nos tenemos que ir acostumbrando.

Te veo con la camiseta de los diez años de los Encuentros Culturales Portugalete.

Sí, ajada la tengo ya.

PASEO POR PORTUGALETE

¿Tú eres nacido en el barrio de Portugalete?

Sí, en la calle Laurín, 5.

¿Muchos cambios en tu barrio?

El barrio en el que yo nací no cambió hasta los años ochenta, que ya se consiguió que asfaltaran alguna calle y cosas de estas… No, el barrio no cambió. Sí que cambió un poco la zona desde mi casa hasta Arturo Soria.

¿Nuevas construcciones?

Ya se hicieron pisos, la boca del metro, desapareció el tramo de la calle del Conde…, pero ya en los años ochenta.

¿Estaba como en las fotos de los murales?

Si entras, por ejemplo, en mi perfil de Facebook, hay una foto de la casa donde yo nací, donde yo me crie. Esa es en la casa donde he vivido hasta que me fui con Sole. Y mi madre vivió ahí hasta que hicieron Moscatelar.

¿Hasta que hicieron Moscatelar?

Claro, la calle Moscatelar antes empezaba en el Camino de la Cuerda y, cuando ya hicieron la avenida de Moscatelar, por donde ahora va el autobús, esta se comió toda la calle Laurín. Ahora la calle Laurín empieza en el 36 y entonces empezaba en el 5. O sea, todo eso hasta el bar de lo que ahora es el restaurante La Vegana de Madrid, que era el bar Portugalete.

¿Muy grande el bar?

El bar tenía tienda de ultramarinos, que desapareció antes; pero, vamos, antes en el año 72 o por ahí.

Portugalete: ráfaga en la historia de Hortaleza

¿A qué colegio fuiste?

Íbamos al Rubén Darío, a Canillas.

¿Un poco lejos?

Bueno, pues eran igual 20 minutos andando. Íbamos solos al colegio, era todo calles sin asfaltar; pero cruzábamos, llegábamos a la calle Nápoles y ya pasábamos a Gomeznarro.

Muchos niños, ¿no?

Sí, sí, claro. Bueno, la mayoría de los del barrio íbamos al Rubén Darío y los que tenían algo de más posibles, pues igual iban a un colegio privado que había en la calle Antonio Cavero. Y ya los que eran de más posibles, pues, puede que al Ramón y Cajal en Arturo Soria; pero la mayoría íbamos al Rubén Darío.

¿Eres la memoria de Portugalete?

Bueno, hay más gente porque hicimos en la asociación la cooperativa de viviendas que está en Moscatelar con Asura. Ahí hay algún vecino que también era del barrio de toda la vida, o sea, los que nos hemos mantenido en el barrio de toda la vida ha sido porque entramos en la cooperativa, porque montamos la cooperativa y pudimos quedarnos en el barrio. El resto ha tenido que moverse fuera porque ya el poder adquisitivo del barrio cambió. Gentrificación lo llaman ahora.

¿De zona obrera a zona residencial?

Sí, vamos… De hecho, ahora administrativamente se llama Piovera, cuando la Piovera está allí pegada a la M-40. De Moscatelar para la derecha es Piovera y de Moscatelar para la izquierda es Canillas. El barrio de Portugalete como tal, administrativamente, ya no existe. Se han encargado de hacerlo desaparecer.

"El barrio de Portugalete como tal, administrativamente, ya no existe"

¿Por lo que allí se gestó con los artistas?

No, no, simplemente porque, de alguna forma, administrativamente, la calle Moscatelar cambia la estructura del barrio, lo divide en dos, aunque en la parte izquierda también hay ya viviendas de alto standing.

¿No hay frontera?

La diferencia está cuando llegas a la calle Nápoles, la acera de Nápoles, que es Gomeznarro.

¿Cuándo empezaste en el movimiento vecinal?

Bueno, yo realmente empiezo a participar en el movimiento vecinal, en la asociación de vecinos, a partir del año 74.

ATENTADO DE ETA

¿Mayor de 18 años?

¡No, que va, que va! Claro, yo nací en el 58 y lo que pasa es que empecé a trabajar con 14 años en la cocina, con lo cual no podía participar. Por ejemplo, en la parroquia había un local que se llamaba La Chabola Ardiente; yo ahí no llegué a participar porque estaba trabajando.

¡Muy joven!

Yo trabajaba en la cocina diez horas diarias en la cafetería Rolando, donde la explosión de la calle del Correo el 13 de septiembre de 1974.

¡Y te pilló el atentado?

Me pilló en el hueco de la escalera. Nos cayeron tres pisos encima. Yo vi un hueco de luz y me fui por ahí. El cocinero murió en el camino al hospital.

¿Qué sentiste con la explosión?

Piensas que es un sueño, que es algo que no estás viviendo. El impacto es cuando sales y ves lo que ha ocurrido. Al salir me llevaron a la Dirección General de Seguridad (DGS) y me fui. Ni me hospitalizaron, ni figuro en las listas de los que trabajaban…

Santiago Martínez Gómez Hortaleza

Los miembros del cuerpo de Bomberos de Madrid evacuan a las víctimas del atentado de ETA en la calle del Correo, en Madrid, el 13 de septiembre de 1974. VOLKHART MÜLLER (EFE)

¿No se sospechaba nada?

Antes de explotar la bomba, la conversación que tuve con el cocinero fue que era raro que a esa hora no hubiéramos dado los 50 menús que habíamos dado a esas horas habitualmente. Algo no cuadraba.

¿Por qué?

Todos los días había 50 policías comiendo y ese día solo uno de la DGS que no se enteró de que no se podía ir allí. La policía sabía que iba a explotar la bomba.

¿Cómo puede ser eso?

Luego vi en el periódico Diario 16 que sacaron una doble página, un artículo en el que Conesa y el Billy el Niño reconocen que aparecieron octavillas en la DGS para que no fueran a comer al restaurante. Aquello me marcó políticamente.

"Todos los días había 50 policías comiendo y ese día solo uno de la DGS. La policía sabía que iba a explotar la bomba"

¿Tuviste apoyo psicológico?

Eso no existía entonces. Volver a ver las campanas extractoras me daba palo, ni podía entrar a un restaurante. Volví a cambiar de profesión.

¿A qué te dedicaste?

El primer trabajo que me dio la oficina de empleo fue en la construcción para desescombrar la cafetería. Recogí algunas de mis cosas y no volví.

LA ASOCIACIÓN VECINAL DE PORTUGALETE

¿No tuviste apoyo?

Esas Navidades, la gente de la asociación del Club Juvenil hacía un recorrido por el barrio y entonces deciden ir a mi casa porque se habían enterado de que había tenido el tema del atentado y entonces van a mi casa y yo me sumo al cortejo, digamos.

¿Y a partir de ahí?

A partir de ahí es cuando yo empiezo a participar en la asociación para todo.

¿Incluidos los murales de Portugalete?

Los murales se pintan en el 75 y ahí es donde ya sí participo con el tema de las fiestas y en el equipo del barrio.

¿Equipo del barrio?

Los murales los firmaba el artista más el equipo del barrio. El equipo del barrio éramos los chavales y la gente del barrio que había participado con ellos, ¿no?

Un museo de arte en el barrio de las casas bajas: 50 años de los murales de Portugalete

¿Os enseñaban?

Arcadio Blasco y Carmen Perujo, por ejemplo, vivían en el barrio y dedicaban unas horas todas las tardes para enseñarnos en el local de la asociación de vecinos. Era un taller escuela que se autofinanciaba con las cosas que hacíamos y vendíamos, o sea, que había un compromiso por parte de ellos.

En vez de estar haciendo una obra y vendiéndosela al museo de no sé qué, resulta que están aquí enseñándonos, ¿no?

¿Hubo formaciones de otro tipo?

Es que, en la asociación de vecinos, digamos, había por un lado el taller de arte; pero, por otro lado, proyectábamos películas con debates o venía un ginecólogo y daba charlas sobre ginecología o sobre feminismo. Entonces había una serie de profesionales de distintas áreas que estaban muy implicados con enseñar y aportar a los barrios lo que podían aportar. Ellos lo llamaban la socialización de la cultura.

¿Y de su trabajo?

Una abogada como Cristina Almeida podía estar en su despacho de abogados, tener sus casos, pero luego tenía un tiempo para ser vecina, ir a la asociación y darnos una charla incluso sobre Derecho, lo que para nosotros era como muy…

¿Inimaginable?

Pues imagínate en la sociedad en la que vivíamos.

LA ACTIVIDAD ARTÍSTICA

¡Qué bonita experiencia!

A partir de ahí, de colaborar con Ángel Aragonés, con Castillo…, con los pintores que había, como yo, además, no trabajaba, me dediqué a participar a tope con el tema. La relación con los artistas plásticos también me cambió bastante la vida, el ver la vida de otra forma, con otro color, con otra perspectiva, ¿no?

¿No te has dedicado a pintura?

Una cosa que aprendí de Arcadio Blasco es que la cultura es todo lo que abarca la cultura, es decir, tú puedes ser muy buen dibujante, pero si eres solo muy buen dibujante y no ves más allá de otras actividades culturales, pues igual no eres un artista.

¡Lujazo de maestros!

En la Casa del Barrio, teníamos una escuela taller que llevaban Arcadio Blasco y su mujer, Carmen Perujo. Entonces Carmen nos enseñó torno de cerámica y Arcadio nos enseñó dibujo y grabado.

"Yo siempre me he manejado con la fotografía, con el grabado…"

¿Y la música?

Lo de la música ha sido mucho más tarde. Con la música empecé ya con casi 50 años.

¿Dónde te has manejado más?

Yo siempre me he manejado con la fotografía, con el grabado… Desde entonces también estoy interesado en la arquitectura y todo lo que es el arte. No he sido un artista concreto en una cosa, porque, además, yo vivía de mi trabajo, no podía vivir del arte.

¿Alguna exposición o premio?

Colectivas. He participado en PHotoEspaña en la primera convocatoria que se hizo. Me eligieron tres fotos que estuvieron expuestas en Conde Duque. También gané con 25 años el maratón de fotografía cuando Ramón Silva era un joven concejal. Ahora expongo en Instagram como @santimente.

¿Y de pintura o carteles?

Por ejemplo, todos los carteles de los 21 años de los Encuentros Culturales Portugalete los he diseñado yo y han sido 200 carteles. También diseñaba el cartel para las fiestas o diseñábamos el periódico que teníamos.

"Todos los carteles de los 21 años de los Encuentros Culturales Portugalete los he diseñado yo"

¿Cómo se llamaba?

Por Tu Barrio, pero bueno fue una cosa muy temporal. Era más un boletín de un DIN A3 doblado para informar de lo que había en el barrio en ese momento.

¿Siempre relacionado con la cultura?

A partir de los murales, mi relación con la cultura siempre ha sido muy estrecha.

LA MILITANCIA

¿Y con el movimiento social?

Para mí, el movimiento asociativo y el movimiento cultural eran uno. Yo me había formado culturalmente en la asociación de vecinos y, de alguna forma, sin generar actividades culturales, yo no veía el estar ahí.

¿Estabas afiliado al Partido Comunista de España (PCE)?

Primero me integre en la Junta Democrática. Había reuniones de la Junta Democrática en el barrio y empecé a ir allí. Y luego no me integré en el PCE, sino que fui fundador de las Juventudes Comunistas de Hortaleza.

¿En qué año?

En el 75, o sea, que en Hortaleza comenzaron las Juventudes Comunistas conmigo. Eso fue muy arriesgado. En ese momento había una persecución total contra el PCE.

¿Con la gente de la asociación?

Era muy complicado porque, aunque supieses que alguien era del PCE, tú no le podías decir nada porque se estaba en la clandestinidad. Tenías que esperar a que alguien te dijese: “Oye, ¿quieres formar parte de esto?”.

¿Quién te lo dijo a ti?

Como yo era muy joven, en vez de pasar al partido, había que entrar en las Juventudes Comunistas y, como en Hortaleza ni siquiera había organización en la clandestinidad, con otro de mi calle y otro de Hortaleza la empezamos a montar.

"La legalización del PCE no fue algo que se le ocurrió a Suárez o al rey"

¿Te llegaron a detener?

En el PCE hay un momento en el año 77, antes de la legalización, que fue cuando vino Carrillo clandestinamente, en el que se toma la política de salir a la calle para que nos detengan a todos si se atreven.

¿Y os detuvieron?

Sí, nos detuvieron a un grupo de 12 o 13 en la Carretera de Canillas vendiendo el Mundo Obrero. Nos dijeron: “Os llevamos a cuatro” y dijimos: “No, a los 13 o no nos movemos”.

¿Os llevaron a la DGS?

No, nos llevaron a la comisaría de la calle Cartagena. Allí estuvimos un día y una noche y nos soltaron, claro, porque no podían. Esto fue en todo Madrid, por todos los sitios estaban deteniendo gente. La legalización del PCE no fue algo que se le ocurrió a Suárez o al rey.

¿Muy implicado tras la legalización?

Bueno, yo siempre era de la base. Nunca tuve responsabilidades más allá de la organización del barrio y del distrito.

PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y MÚSICA

¿Y en el barrio?

Bueno, fui vocal de la junta directiva de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y ahí llegué a un acuerdo con la Orquesta de la Comunidad de Madrid, la ORCAM. Nos daban ciento y pico entradas por concierto, que repartíamos por las asociaciones de todo Madrid para que la gente que nunca había ido al Auditorio de Madrid. Eso fue muy importante para el desarrollo cultural. Se demostró que la gente estaba interesada en la música clásica, pero había que poner precios populares. Tras dos años sacaron los abonos y se multiplicó por mucho el número de abonados porque eran precios más baratos.

También en los conciertos de Portugalete.

La idea era mantener el contacto con los vecinos cuando perdimos el local de la Casa del Barrio. Coincidió que en el antiguo mercado de Carril del Conde se inaugura el centro cultural, o sea, se inaugura un continente, pero sin contenido.

Bueno, cuando empiezo en el 2004 las clases de trombón, le digo a Norman Hoff, mi profesor, que si él vendría a tocar a mi barrio. Él montó un cuarteto de lujo y se hizo el primer concierto y, a partir de ahí, seguimos con lo que llamamos Encuentros Culturales Portugalete.

Los Encuentros Culturales Portugalete cumplen 20 años

¿Por qué no solo Conciertos Portugalete?

Porque no nos queríamos cerrar solo a conciertos, sino que podíamos hacer más cosas como exposiciones y demás.

¿Cómo funcionabais?

Las normas de participación ciudadana entonces nos permitían solicitar al ayuntamiento con tiempo el espacio, los técnicos y la subvención. La asociación pagaba a los músicos y luego presentábamos las facturas, la justificación de la subvención y ya estaba. Fue bueno más que casual porque fue todo pensado. Yo entendí, además, que la asociación como tal debería de tener la capacidad de poder organizar cosas en un centro cultural que habíamos pagado y que pagábamos con nuestros impuestos.

Esto parece que ha cambiado.

Los centros culturales nacen en Madrid a partir de los ayuntamientos democráticos, ¿vale?, y los ayuntamientos democráticos montan unos centros culturales donde hacen casi las mismas cosas que hacía el movimiento ciudadano en sus barrios, pero con mejores condiciones, con más dinero, con unos espacios mucho más amplios y, de alguna manera, lo que vienen a decir es que las asociaciones ya no tienen ningún sentido y que para eso están los centros culturales. Es algo ideológico, pero desde los primeros centros culturales. Pero siempre los centros culturales han funcionado como si fuesen ministerios.

¿Cómo tendrían que ser?

Arcadio decía que la cultura tenía que entrelazarse y tener una participación proactiva entre una actividad y otra.

Si tú estás en un centro cultural haciendo fotografía, no puedes ir a hacer fotos a la clase de yoga, por ejemplo, porque la clase de yoga es la clase de yoga y la clase de fotografía es la clase de fotografía; sin embargo, sería una práctica muy buena para quien está haciendo fotografía poder hacer fotos en yoga o en baile.

Me acuerdo, por ejemplo, que estaba en un taller de diseño gráfico en Mantuano y había una exposición. ¿Por qué no hacemos el cartel los que estamos en el taller de arte de diseño gráfico? La cultura tiene que fluir y tiene que entrelazarse y tiene que enriquecer.

¿Jarro de agua fría el fin de los Encuentros?

Si yo no soy aquí nadie, si yo podía seguir con los encuentros o no. Además, mi mujer había fallecido en enero y yo podía decir que me vengo aquí a Cantabria a vivir y paso ya de los encuentros. Pues los tendría que haber seguido organizando alguien, pero ya no sería lo mismo.

Pero ¿te sentó mal?

Bueno, lo que peor me sentó de todo es que yo en diciembre tengo una reunión en la Junta Municipal y me comprometo a programar hasta mayo el festival de jazz y en febrero me dicen que todo lo que he programado se cae. Si a mí en diciembre me dicen: “Oye, esto se ha acabado”, pues se ha acabado.

¿Y los 21 años no pesan?

Ahora el ayuntamiento dice que el jazz va a continuar porque está consolidado. ¡Hombre!, algo de culpa tendremos los que hemos estado 21 años haciéndolo para consolidar el jazz en Carril del Conde.

"Los músicos de España y parte del extranjero sabían que había un espacio que se llamaba Encuentros Culturales Portugalete"

¿Ha habido un problema económico?

No, aquí no hay un problema de dinero por mucho que el concejal diga que aquí hay un problema de dinero. La empresa que tiene el contrato de la asistencia técnica ya tiene un presupuesto fijo para todos esos conciertos. No les va a salir más barato.

¿Por motivos ideológicos?

Los músicos de España y parte del extranjero sabían que había un espacio que se llamaba Encuentros Culturales Portugalete donde la gente podía proponer sus proyectos interesantes y tenían una cabida y no se les preguntaba ni de qué ideología era ni qué temas iban a hacer; simplemente nos presentaban una propuesta, nos parecía interesante y buscábamos el hueco para hacerla y punto.

¿Qué razón crees que ha habido?

Oí del Pleno que lo que no puede ser es que el mismo músico toque siempre. ¿Dónde está el músico que está siempre? ¿Se refiere a mí? Realmente, lo que no quiso decir es que lo que le jode es que sea una asociación de vecinos la que esté organizando esto y punto. Pero como eso no lo puede decir porque estaría incumpliendo una ley, porque los ayuntamientos están obligados a fomentar la participación vecinal. Que lo digan claramente que les jode que una asociación de vecinos lleve 21 años haciendo algo que serían incapaces de hacer.

¿Qué pierde el jazz en Hortaleza?

No va a haber lo que nosotros llevábamos, que eran proyectos novedosos y proyectos arriesgados algunas veces. Pues eso no lo va a haber. ¿Va a seguir habiendo jazz? Sí, pero, en cuanto pasen unos meses, pues será más de lo mismo. Será un jazz fácil, simple y sin más historias.

Coda para los Encuentros Culturales Portugalete

LO LABORAL

¿En qué has trabajado?

Yo, como decía en mi currículum, era un 4×4, un todoterreno. Empecé trabajando en la cocina, luego limpié alfombras. Trabajé en una fábrica de curtidos de pieles, en una tienda de pieles y, al final, los últimos 20 años son los que estuve digitalizando la red del Canal de Isabel II, que fueron, digamos, profesionalmente los más interesantes.

¿Qué hacías en el Canal?

Yo empecé el proceso de digitalización. Cuando llegue al Canal, los planos se hacían a mano y, cuando se modificaba una tubería, se rascaba el plano con una cuchilla y se pintaba con rotring. Si un operario tenía que cortar una llave porque había una rotura, había que cortar varias llaves para que la presión se distribuya; tenía que ir con los planos y saber dónde estaban las válvulas, ¿no?

Supongo que complejo.

Al final, yo que había dejado el colegio a los 14 años, que me había sacado el Graduado Escolar y el certificado de estudios primarios en la Cátedra de Hortaleza por las noches, después el graduado por turnos nocturnos y demás, acabé mi vida laboral con categoría de ingeniero por la experiencia del trabajo que había hecho en 20 años digitalizando la red de aguas.

Pues un orgullo…

Hemos salido del barro. A veces se puede salir de zonas difíciles.

50 ANIVERSARIO DE LOS MURALES DE PORTUGALETE

¿Qué se ha hecho por el 50 aniversario de los murales de Portugalete?

Por el 50 aniversario no ha habido nada. Hubo cuando el 40 aniversario porque organicé una exposición que llevé a Vizcaya, a Portugalete, a la Complutense y se hizo en el Carril del Conde.

¿Qué logros destacarías de aquella asociación?

Evitar que la autovía se quedase solo en la avenida de Moscatelar no es poco. La asociación consiguió viviendas para realojar a los que les tiraban la casa por la avenida y luego consiguió un terreno para construir una cooperativa y hacer 52 viviendas. Consiguió muchísimo, muchas cosas y fue muy importante desde el punto de vista cultural.

"Estoy intentando hacer llegar todo el archivo digital del material que tengo de los murales de Portugalete al Archivo Histórico de Movimientos Sociales"

¿A quién destacarías?

Fue importante también el trabajo del cura Manolo, fallecido en Semana Santa. Hay que tener en cuenta que fue suspendido por la iglesia durante 40 años de empleo y sueldo, o sea, la iglesia le dijo o dejas a los vecinos o te tienes que ir, y le echaron de la parroquia. Se tuvo que buscar un sitio donde dormir y trabajos para poder seguir viviendo.

¿Ninguna novedad por el aniversario?

Bueno, estoy intentando ahora, para el 50 aniversario de los murales, hacer llegar todo el archivo digital de todo el material que tengo al Archivo Histórico de Movimientos Sociales para que, cuando los investigadores quieran saber algo de los murales de Portugalete, en vez de tener que buscarme a mí, que puedo estar aquí o estar en el otro lado, pues tengan un sitio donde poder recabar esa información.

Un gran trabajo.

Ya todo el material lo tengo digitalizado, entonces bueno. Sería un buen 50 años el que esté ahí. Creo que es importante que eso esté en un sitio donde a cualquiera que quiera investigar el arte en la calle o el arte en el posfranquismo le salgan los murales de Portugalete porque fue una cosa excepcional, sin duda. Si consigo antes de que acabe el año que eso esté allí, pues ya daré por cerrado mi ciclo.

Hortaleza rendirá homenaje a los Murales de Portugalete

ADELANTE MIRANDO EL PASADO

¿Hacia dónde vas a enfocar ahora tu energía?

Bueno, de momento, a tomarme este verano de descanso. Me cambié de barrio porque mi mujer empezaba a tener problemas de movilidad y nos fuimos a la Esperanza. Intentaré de alguna manera participar allí en lo que pueda en la comisión de energía.

Genio y figura…

Uno tampoco puede estar parado. Las viviendas son de los años setenta, necesitan una remodelación y además están protegidas. Hay miga ahí y, como la supracomunidad parece que dice que no es de su interés, tendremos que hacerlo los vecinos.

¿Proyectos culturales?

Seguiremos donde podamos haciendo cosas. Al final eres quien eres y tampoco me voy a estar quieto. Bueno, sigo teniendo mis dos bandas en las que toco, Big Band Coslada y GSD Big Bang, y organizando conciertos.

¿Algo que no me hayas contado?

Fui fundador de la Asociación Jubilación Anticipada Sin Penalizar (ASJUBI40). Es para personas que tuvimos que jubilarnos anticipadamente después de más de 40 años cotizados y fuimos penalizados. En mi caso, tras 44 años de cotización, me penalizaron con un 24 sobre la pensión. Ahora tenemos una demanda en Europa.

¿Una reflexión final?

Sigo ligado a mi barrio y soy lo que soy por lo que he vivido, y a eso me debo, ¿no? En el fondo, todo lo que he hecho por el barrio, por los Encuentros y demás ha sido para agradecer lo que yo he recibido desde el punto de vista personal del barrio y de la gente que ha hecho posible que yo sea como soy. Arcadio Blasco, José María Julián, Manuel Fernández…, toda la gente que ha estado ahí. Era la gente que quizá menos lo necesitaba y más tiraba del carro.

Muchas gracias, Santi. Nos seguiremos encontrando en el barrio.

Santiago Martínez Gómez Hortaleza

Santiago Martínez Gómez, en el centro cultural Carril del Conde.

(Visited 31 times, 2 visits today)