Música hasta altas horas de la madrugada, fuegos artificiales, rayos láser proyectados sobre fachadas, problemas de movilidad y suciedad son algunos de los efectos negativos con los que se encuentran las vecinas y vecinos residentes en los alrededores de los recintos feriales de Ifema, consorcio en el que participan tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid. Un espacio ideado para acoger ferias y congreso, pero que cada vez alberga más festivales musicales a lo largo del año. Muchos de ellos ubicados en el parking, al aire libre, y que pueden prolongarse durante 12 horas y atraer a miles de asistentes.
“El ruido que nos llega hace vibrar las paredes de nuestras casas”, expresan desde la Plataforma Stop Festivales Ifema, creada en septiembre de 2023 para dar a conocer la problemática que sufren cada vez con más frecuencia. Reiteran que no están en contra de los festivales, pero piden que se realicen en lugares adecuados y alejados de zonas residenciales para no dañar la salud ni de los vecinos ni de los barrios.
Por su parte, la asociación de vecinos de la Avenida de Machupichu se ha reunido con representantes de Ifema en dos ocasiones y agradecen su posición dialogante, puesto que seguirán trabajando conjuntamente para hacer un seguimiento de las medidas anunciadas para mitigar el ruido. Una de ellas es la instalación de sonómetros en las viviendas más cercanas durante los eventos musicales para controlar que no se sobrepasan los niveles sonoros permitidos.
“El ruido que nos llega hace vibrar las paredes de nuestras casas”, Plataforma Stop Festivales Ifema
El festival Elrow Town, el primero de 2024 celebrado al aire libre en Ifema, en concreto durante los días 27 y 28 de abril, sí ha cumplido con la normativa, según los resultados mostrados a los vecinos de Machupichu por los mismos proveedores de la materia acústica. De hecho, desde la asociación afirman que han notado “sustancialmente menos ruido, recibido menos llamadas y los vecinos se han quejado menos”. Sin embargo, desde la Plataforma no lo pueden corroborar porque llevan tiempo pidiendo que se les faciliten los datos de dichos sistemas de control, así como una reunión con el concejal presidente del distrito, David Pérez. También proponen reunirse próximamente con la Junta Municipal de Barajas, distrito al que pertenece Ifema.
El concejal presidente de Hortaleza expresó en el Pleno de noviembre de 2023 que la serie de soluciones que plantea Ifema para los ruidos “técnicamente están muy bien orientadas” y pronosticaba que podrían “limitar en gran medida” las molestias a los residentes. Entre ellas también se plantea reducir el número de eventos de estas características, que se han multiplicado en los últimos años, según la plataforma vecinal.
DECIBELIOS EN IFEMA QUE DESVELAN
La Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica (OPCAT) establece en su artículo 15 los diferentes tipos de áreas acústicas y sus límites de decibelios. En suelos recreativos, la normativa fija 63 decibelios en periodo vespertino y 53 en nocturno. No obstante, el artículo 19 establece que el Ayuntamiento de Madrid puede autorizar, con carácter temporal, la superación de estos a petición de los promotores. Por ejemplo, en el festival I Love Reggaeton, celebrado el 10 de junio de 2023, se autorizó alcanzar los 115 decibelios hasta las 23 horas y los 105 decibelios desde las 23 horas hasta la finalización.
Una diferencia abismal que desvela a los barrios de Hortaleza, como denuncian desde la Plataforma argumentando que, a escasos metros de Ifema, hay zonas residenciales como el barrio de Villa Rosa y San Lorenzo (separados de los recintos feriales por la M-40) cuyos límites nocturnos son 40 y 45 decibelios respectivamente. Desde Ifema apuntan que “debe tenerse en cuenta en el análisis de los datos que, a distancias largas, por encima de 400 metros, como es el caso, el comportamiento de transmisión del sonido es muy dependiente de las condiciones atmosféricas, tales como la humedad relativa o el gradiente de temperatura”.
A escasos metros de Ifema, hay zonas residenciales cuyos límites nocturnos son 40 y 45 decibelios
“Una cosa es que eso ocurra una vez al año. La trampa es que se autoriza de evento en evento y no ves que en realidad es como una especie de recinto ferial permanente”, advierte el concejal Miguel Montejo, de Más Madrid, que incluso califica la situación como “fraude de ley”. Además, no es un caso aislado en la ciudad, porque el fenómeno conocido como eventificación, también afecta al barrio de Villaverde por el festival Mad Cool, a San Fermín por la Caja Mágica o a los residentes de Chamartín por el remozado estadio Santiago Bernabéu, que ahora también acoge conciertos multitudinarios. La asociación vecinal Valdebebas, afectada durante años por el Mad Cool cuando se celebraba en el barrio, es una de las que está trabajando con la FRAVM (Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid) para transmitir y concienciar a organizadores, administración y usuarios sobre lo que conllevan estos eventos.
Mientras tanto, en las fiestas vecinales por San Antonio del barrio de Las Cárcavas, el año pasado una llamada a la Policía Municipal que denunciaba exceso de ruido por la actuación de una orquesta acabó con una multa de 8.100 euros para la asociación vecinal de este barrio colidante a Ifema. Un castigo que parece desproporcionado cuando en los recintos feriales proliferan cada vez más festivales de música que perturban en el descanso del vecindario. Un ruido que puede intensificarse si llega finalmente la Fórmula 1 al circuito urbano que se trazará entre Ifema y Valdebebas.