La organización ecologista Greenpeace ha cerrado simbólicamente el polémico aparcamiento de Iberdrola en la calle Tomás Redondo de Hortaleza, construido sobre un terreno municipal colindante al colegio público Juan Zaragüeta. La misma parcela que este centro educativo, asediado por el tráfico de los vehículos a motor, reclamaba para ampliar sus instalaciones con zonas de esparcimiento y juegos destinadas a sus escolares.

A primera hora de este sábado, activistas de la veterana ONG han instalado barras en la entrada del parking, que aloja hasta 264 vehículos de los empleados de la multinacional energética de lunes a viernes, aunque hoy se encontraba vacío. Después, los activistas han saltado la valla para acceder al interior del aparcamiento y desplegar sobre el suelo una gran pancarta con el lema «Reinventa tu cuidad». Además, han recreado una pista de atletismo infantil y dibujado árboles y un tobogán. Un trampantojo que ilustra el anhelo de las familias del Juan Zaragüeta, movilizadas desde verano contra este proyecto autorizado por el Ayuntamiento de Madrid.

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Vista aérea de la pancarta desplegada sobre el aparcamiento colindante al colegio Juan Zaragüeta. GREENPEACE

«Es un icono de lo que no debería ocurrir nunca, que un colegio se encuentre con tantos coches cuando no tiene buenos accesos peatonales o en bicicleta. Había que denunciar este abuso y vergüenza, que se le ceda este espacio público a una empresa privada», explicaba Juande Fernández, de Greenpeace, en la entrada del colegio, alfombrada de verde por la organización ecologista, que ha instalado bancos, macetas y un pequeño aparcamiento de bicicletas. Otros voluntarios han pintado a brochazos un carril bici sobre el asfalto de la calle Tomás Redondo, una vía que se congestiona todos los días laborales por su proximidad al parque empresarial de Cristalia, y sobre la que circulan camiones de gran tonelaje para cargar en la hormigonera situada frente al centro educativo.

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Voluntarias de Greenpeace pintan una señalización de carril bici sobre el asfalto de la calle Tomás Redondo. DAVID NAVARRO

La acción de Greenpeace en el colegio Juan Zaragüeta se enmarca en una campaña de la organización por el Día Mundial de las Ciudades que reclama urbes «más amables, más sostenibles, y más resilientes ante amenazas sanitarias y climáticas». La protesta de la organización ecologista se ha producido un mes después de que el Pleno del Ayuntamiento de Madrid pidiera la cancelación «inmediata» de la cesión del terreno a Iberdrola, autorizada en marzo por el Área de Desarrollo Urbano, dirigida por el concejal Mariano Fuentes (Ciudadanos), a cambio de que la empresa pagase al Consistorio 120.000 euros anuales.

El Ayuntamiento ha comenzado el proceso para revocar la cesión a Iberdrola, pero alega que no puede producirse de inmediato

Sine embargo, el parking sigue en funcionamiento. Iberdrola incluso ha continuado realizando obras en el terreno tras la decisión del Pleno municipal de recuperar el terreno. Desde el Ayuntamiento aseguran que ya ha comenzado el proceso administrativo para revocar la cesión a la multinacional, aunque alegan que conlleva unos plazos y trámites que impiden que se haga efectiva de inmediato.

Pocos minutos después del ‘cierre’ simbólico del aparcamiento, que está custodiado por cámaras de videovigilancia, un coche patrulla de la Policía Nacional se ha presentado en la calle Tomás Redondo. Varios de los activistas de Greenpeace permanecían entonces dentro del recinto, y han sido identificados por los agentes antes de abandonar el recinto sin incidentes. Horas después, pasado el mediodía, la pancarta ha sido retirada del interior del parking, informan desde el AMPA del colegio Juan Zaragüeta.

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Dos niñas aparcan bicicletas en la zona acondicionada por Greenpeace a la entrada del colegio. DAVID NAVARRO

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