En Hortaleza, como en tantos otros distritos de Madrid, todo el mundo conoce a los chalecos amarillos. Son los equipos de actuación distrital (EAD) que desde 2017 hacen una labor social y de inserción de personas en situaciones vulnerables a través de la mejora de sus barrios.
Este proyecto tuvo su inicio en Hortaleza en septiembre de 2017 con la asociación de El Olivar, de forma conjunta con el distrito de Ciudad Lineal como parte del Fondo de Reequilibrio Territorial, un proyecto de equidad en los barrios que comenzó en el año 2016.
Desde entonces, El Olivar ha trabajado mucho con los otros 14 EAD que actúan en los demás distritos de Madrid. “Tenemos una relación muy cercana compartiendo experiencias, y recogiendo actuaciones e ideas para llevar a cabo, con reuniones periódicas y contactos continuados por móvil y mail”, explica Belén Álvarez, coordinadora de la asociación.
UN TRABAJO VISIBLE EN EL BARRIO
Desde su puesta en marcha, son muchas las mejoras que se han realizado por todo el distrito, entre las que se enmarcan múltiples actuaciones de limpieza en el perímetro exterior de instalaciones deportivas básicas de todo el barrio de Hortaleza.
“Hay muchos vecinos y vecinas que se están beneficiando diariamente de su labor, por no hablar de todos los puestos de trabajo creados” Belén Álvarez
Entre los últimos proyectos que se han llevado a cabo se incluyen los trabajos de limpieza y desbroce en el descampado de la calle Purchena, cercanos al rocódromo de Manoteras, unas mejoras que, sin duda, agradecen el gran número de escaladoras y escaladores que gozan de estas instalaciones, como Alejandro, quien asegura que “se nota muchísimo el trabajo, la zona ha dado un cambio espectacular”.
En la zona de Manoteras se ha trabajado también de forma conjunta con los colegios para hacer acciones de concienciación en las que han participado los alumnos y alumnas. Este ha sido el caso del colegio Méndez Núñez, en el que se ha perpetuado la regeneración del huerto escolar ecológico y el área de compostaje.
Entre los trabajos de pintura y albañilería que se han ejecutado a lo largo del último año se comprenden los realizados en la calle Gomeznarro, donde además se ha consumado una compleja labor de jardinería.
Estos mismos trabajos son los que se están perpetuando actualmente en el colegio público Filósofo Séneca de la UVA de Hortaleza, y los que se tienen previstos próximamente para la plaza de Alcaudete y Mar de las Antillas, según explica Belén.
También el barrio de Santa Susana y la zona de la calle Gregorio Sánchez Herráez se han beneficiado de la labor del Equipo de Actuación Distrital de Hortaleza con los trabajos de regeneración, desbroce y limpieza del entorno que se han finalizado en estas áreas.
UN FUTURO INCIERTO
La iniciativa de los equipos de actuación distrital ha sido una de las señas de identidad de la legislatura de Manuela Carmena.
Sin embargo, desde que el pasado 26 de mayo perdiera la alcaldía de Madrid, el futuro de los EAD es algo incierto, pues se teme que el nuevo alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, reduzca la inversión en proyectos de índole social y acabe así con los planes que los EAD tienen para sus barrios.
No obstante, con el Convenio de 2019 el Equipo de Actuación Distrital de Hortaleza aumentó su presupuesto a 1,4 millones de euros y se ha podido contratar a nueve personas más, con lo que se han añadido dos grupos nuevos de trabajo, uno en Manoteras y otro en la UVA, ambos con un Plan Integral de Barrio (PIBA).
En 2019 el Equipo de Actuación Distrital de Hortaleza aumentó su presupuesto a 1,4 millones de euros
y se ha podido contratar a nueve personas más
Por ahora, desde la asociación El Olivar, que este año celebra su 30 aniversario, aún no tienen noticias sobre la continuidad del proyecto, pero esperan que pueda mantenerse, especialmente por la multitud de mejoras que se están llevando a cabo en el distrito.
“Hay muchos vecinos y vecinas que se están beneficiando diariamente de su labor, por no hablar de todos los puestos de trabajo creados ocupados por personas con unas situaciones personales y sociales de extrema vulnerabilidad”, concluye Belén.