El artista hortalino Dan Ferrer estaba muy ilusionado durante el verano de 2018. Tras pintar grandes murales en ciudades como Nueva York, Roma o Budapest, preparaba su primera obra en las paredes del barrio donde creció. “Es como un sueño. Voy a hacer lo que más me gusta rodeado de mis vecinos”, explicaba a este periódico semanas antes de coger las brochas en la calle Silvano para pintar, junto a decenas de ayudantes voluntarios de todas las edades, un inmenso mural bajo el campo de fútbol de la Agrupación Deportiva Esperanza.
Más de 800 personas participaron previamente en una consulta para escoger entre dos bocetos. Se impuso el titulado ‘Un camino que cambió todo’, una alegoría de la transformación del barrio en las últimas décadas que ilustraba el tránsito de una zona agrícola y periférica convertida en parte de la gran ciudad. Una obra que miraba al pasado y reproducía, en un guiño a la historia, uno de los emblemáticos murales de Portugalete que se pintaron en este barrio de Canillas a finales del franquismo.
Imagen del mural pocos después de su finalización, en 2018. DAVID NAVARRO
Como aquellos murales de Portugalete, el de Dan Ferrer ya no existe: la Junta de Hortaleza lo ha borrado tras acometer unas reparaciones en el muro exterior del campo del Esperanza. El artista conoce la noticia a través de este periódico. “Me da un poquillo de pena porque estaba hecha con mucho sentimiento, pero el arte urbano es efímero y el trabajo que hacemos en la calle tiene fecha de caducidad”, apunta con resignación.
MURAL VANDALIZADO
Vicente García Fernández, el veterano presidente del Esperanza, lamenta también la desaparición del mural, aunque señala que llevaba meses vandalizado: “Era una cosa bonita y durante mucho tiempo lo respetaron, pero ya lo habían pintado los grafiteros cuando empezaron las obras de reparación del muro”. La falta de conservación del mural, que fue promovido y financiado por el Ayuntamiento dentro de la iniciativa Compartiendo Muros, lo acabó condenando.
Según Dan Ferrer, la Junta de Hortaleza no le ha notificado la desaparición de la obra. “No creo que me tengan que avisar”, admite, “pero quizás se podría hacer otro, porque no es un mural cualquiera, estaba inspirado en conceptos del distrito y la gente podía sentirse identificada con la historia de su barrio”. Una propuesta que tendrá que esperar, porque la nueva edición de Compartiendo Muros en el distrito ha escogido una de las paredes de la biblioteca municipal Huerta de la Salud para llenarla de color.
Aspecto actual del muro del campo de la Esperanza en la calle Silvano. ÁNGEL SÁNCHEZ
