El Ayuntamiento ha cerrado este jueves, casi un año después de su apertura, el aparcamiento de la empresa Iberdrola construido sobre un terreno municipal en la calle Tomás Redondo colindante al colegio Juan Zaragüeta. El polémico parking, contra el que se rebeló la comunidad educativa de este centro público, estaba en los tribunales desde el pasado mes de diciembre, cuando un juzgado madrileño respondió a un recurso de Iberdrola suspendiendo de forma cautelar la orden del Consistorio para que la multinacional dejase vacía y libre la parcela el pasado 1 de enero. A pesar de la resistencia de la compañía energética, en marzo comenzó el procedimiento de desalojo, cuya fecha de lanzamiento estaba fijado para este 15 de julio. Esta mañana, técnicos municipales, acompañados por la policía, han acudido a la parcela para notificar su recuperación, informan fuentes del Ayuntamiento, impidiendo el acceso de los vehículos de los trabajadores de las oficinas de Iberdrola situadas en la misma calle.

De este modo se cumple definitivamente el mandato del Pleno del Ayuntamiento, que en septiembre del año pasado aprobó una iniciativa presentada por el PSOE (que salió adelante gracias a la abstención del Partido Popular) para cancelar de forma “inmediata” la cesión a Iberdrola de esta parcela de 6.500 metros cuadrados y uso deportivo, donde la empresa construyó un aparcamiento de 267 plazas para sus trabajadores. El concejal delegado de Urbanismo del Ayuntamiento, Mariano Fuentes (Ciudadanos), había autorizado la cesión el 11 de marzo de 2020, días antes del decreto del Estado de Alarma, a cambio de un canon anual de 120.000 euros.

Las obras del parking comenzaron en agosto del año pasado, provocando estupefacción en el colegio Juan Zaragüeta, que llevaba años demandando esa parcela para ampliar sus instalaciones. Solo un mes antes, en julio, PP y Ciudadanos rechazaron que el colegio pudiera utilizar esos terrenos como zona de juegos y esparcimiento para sus escolares en un curso marcado por las medidas sanitarias contra la pandemia del coronavirus. Según los partidos del gobierno municipal, convertir la parcela en una zona de juegos conllevaba “dificultades técnicas». El concejal presidente de Hortaleza, Alberto Serrano (Ciudadanos), dijo entonces que la propuesta requería un cambio del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), algo que consideraba “un poco desproporcionado”.

El colegio Juan Zaragüeta ha quedado rodeado por la autopista M-40, una hormigonera, oficinas y el tráfico que estas generan a diario

DESOYENDO AL AYUNTAMIENTO

El aparcamiento de Iberdrola abrió el pasado 21 de septiembre, en plena Semana de la Movilidad y en víspera del Día Sin Coches, dejando hileras de vehículos estacionados frente al patio del Juan Zaragüeta, un colegio construido en los años setenta cuando todo aquello era campo, pero que en las últimas décadas ha acabado rodeado, sucesivamente, por la autopista M-40, una hormigonera, oficinas y el tráfico que estas generan a diario. Al asediado centro educativo, que el pasado curso tuvo que ampliar su capacidad para acoger escolares del barrio de Valdebebas que se quedaron sin plaza en su barrio, solo le quedaba un flanco por el que respirar, repleto ahora de coches.

Tras las protestas del colegio, el Ayuntamiento de Madrid intentó entonces postergar la entrada de vehículos en el parking. Aquel 21 de septiembre, la Dirección General de Dirección Urbanística del Ayuntamiento remitió una carta a Iberdrola que reclamaba una “adaptación” del proyecto “para garantizar el mantenimiento de la necesaria distancia social en las entradas y salidas” al colegio colindante. El Consistorio exigía además el “acondicionamiento puntual de una franja de suelo” con árboles entre la zona de estacionamiento de vehículos y el centro educativo, así como la creación de “una zona estancial con área infantil” a cargo de la empresa.

Según esta misiva, enviada tras las primeras protestas vecinales, las obras debían “iniciarse a la mayor brevedad posible” y “quedar ultimadas con anterioridad a la puesta en funcionamiento del aparcamiento provisional autorizado” durante al menos un año a cambio de 120.000 euros. Sin embargo, Iberdrola hizo caso omiso y ese mismo día abrió el parking. «Todo era perfectamente legal”, defendía entonces una portavoz de la empresa, que justificaba los recursos judiciales que han postergado el fin del aparcamiento: «Hemos defendido nuestro derecho».

La AMPA del colegio Juan Zaragüeta ha celebrado la noticia como una victoria, y ahora espera que el Ayuntamiento cumpla su compromiso de acondicionar la parcela con instalaciones y espacios de uso deportivo junto con una zona verde. Un proyecto para el que ya hay presupuestado un millón de euros, y que dará un respiro a los escolares de un centro rodeado de malos humos.

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