Este pasado sábado 20 de septiembre celebramos la XV Muestra de Arte de Calle de Hortaleza. Quince años de festejar en la calle junto al vecindario, un evento familiar, sencillo y con vocación de convertirse en una tradición. Y creemos que ya lo es por su recorrido, sus años y, sobre todo, por su acogida.

Llegábamos con cansancio, con estrés, con incertidumbre, con inseguridad. Hasta pocos días antes no sabíamos si contaríamos con los permisos necesarios de la Junta Municipal para poder celebrarla. Y si los teníamos, en qué términos y con qué limitaciones. Aunque llevamos casi 20 años como asociación y 15 con esta muestra, las fiestas que organizamos desde Danos Tiempo no han sido reconocidas “oficialmente” como populares, sin explicación y sin razones objetivas, al contrario de otras similares del distrito que sí lo son y que, por cierto, nos parece fenomenal.

Además, para este evento y como novedad, el jueves 18 de septiembre, a menos de dos días de la celebración, nos llegaba un correo en el que nos indicaban que precisábamos “justificación para poder autorizar la superación de niveles sonoros emitida por alguna de las entidades que integran el Ayuntamiento o por las de su sector público institucional que promuevan el evento, declarando que concurren razones de interés general o de especial significación ciudadana o motivos de organización de actos con especial proyección oficial, cultural, religiosa o de naturaleza análoga”. Si no lo hacíamos, no nos darían los permisos oportunos. Y si esa justificación no la hace nuestra propia Junta Municipal de distrito, ¿entonces quién?

DSF1225 scaled

Joaco Showman actuando en la Muestra de Arte de Calle de Hortaleza. JULIA MANSO

Esa justificación, igual que la declaración de festejo popular, tampoco llegó antes de la fiesta. Eso significa que no podíamos vender nada, que el horario estaba limitado hasta las 23.00 y, sobre todo, que tendríamos importantes restricciones acústicas. De todo ello nos informaron sólo dos días antes. La autorización llegó el viernes 19 a las 14.00, en la víspera. Y sí, todo esto desgasta. Las ganas se tambalean. Una se pregunta si merece la pena. Si no sería mejor cancelar o posponer. O parar.

Pero seguimos, nos adaptamos, porque la gente cercana anima, empuja y cree. Y porque sabemos que vale la pena. En esta ocasión, durante la fiesta funcionamos con donativos y con más esfuerzo abrimos nuestro local de la calle Mar de Bering para que la gente pudiera consumir allí.

Esta edición, además, fue especial porque no pudimos celebrarla en junio como suele ser habitual, ya que la tuvimos que aplazar por las obras en las calles aledañas a la plaza de los jardines Josefa Arquero, en el pueblo de Hortaleza. Coincidió así con el fin de semana siguiente a las fiestas patronales de Hortaleza, y sabemos que eso generó molestias en el vecindario más cercano a la plaza. La policía pasó repetidas veces, alguna de ellas por alguna queja vecinal por ruido. Sentimos las molestias y seguimos tomando nota: para buscar otras fechas, para planificar mejor, para que la convivencia siga siendo el centro.

También estuvo presente Palestina, al menos porque ante la barbarie no haya sólo silencio y conformismo. Porque podríamos ser nosotras. Y mientras, en medio de todo, vecinas de la Plataforma Stop Fórmula 1 acudieron a informar sobre el circuito que se construye frente a viviendas de nuestro barrio. Una propuesta que sí generará ruido, contaminación e impacto medio ambiental, y ya lo está provocando con sus obras. Pero no por un día, sino durante años. Y con una inversión millonaria que no será para el bien común, ni para la mayoría, que no se destina ni a cultura, ni a educación, ni a servicios públicos. Una ciudad que apuesta por macroeventos para sus élites y para hacer negocios privados, que beneficia sólo a una minoría muy concreta. Porque ¿quién podrá acudir con esos precios?

Mientras tanto, nuestras fiestas vecinales, las que organizamos asociaciones pequeñas, tienen que luchar por existir.

Por eso creemos en hacer barrio, en hacer cultura desde abajo, en organizar actividades gratuitas, abiertas, populares, en plazas y no en recintos feriales. Queremos que las vecinas y vecinos se conozcan, que participemos, que colaboremos. Y por eso, lo de este pasado sábado sí mereció la pena.

Más de 30 personas, de manera voluntaria y altruista, participaron en la organización de la XV edición de la Muestra de Arte de Calle de Hortaleza. No son 1.000 como en el evento por excelencia del barrio, que es nuestra querida Cabalgata Participativa, pero somos unos cuantos. Y seguimos creciendo. Desde las tejedoras que llenaron la plaza de banderines, al club de lectura Las Hortalinas, al grupo del vermut reflexivo, la gente del swing, de Sambaleza, del Repair Café, amigas de otras asociaciones como La Unión, Radio Enlace, del periódico, de San Lorenzo, de Manoteras, de Villa Rosa…

Hubo también momentos de emoción: las vecinas de toda la vida, familia de Josefa Arquero (la abuela de Hortaleza que da nombre de la plaza), nos mostraban su cariño y nos decían que les hacía ilusión ver cómo el barrio se llenaba de vida, y se sentaban en su banco —el de siempre— a ver la fiesta como lo hacía Josefa.

Y vecinas nuevas que nos agradecían poder conocer a otras personas, otras iniciativas. Y sentirse acogidas.

Muestra de Arte de Calle 2025 8

Daniele Swing Trío durante su actuación en la placita del jardín de Josefa Arquero. ISABEL DELGADO

El programa fue un lujo. A las 11.30 abrimos con Marakanai, batucada feminista de Madrid. Más de 20 mujeres haciendo resonar la plaza con su ritmo y alegría. Queríamos referentes para la infancia, y allí estaban: poderosas, sonrientes, compartiendo sus instrumentos con las más peques. Luego vino Javi del Circódromo, con su humor y sus malabares. Nada de ruido, pero mucho de buen rollo. La txalaparta de Ibon y Enrike nos sorprendió y nos hicieron probar y experimentar, propuestas que nos llegó de la mano de nuestros amigos del Club del Disco de Hortaleza. Y antes de retomar la programación, un pequeño pero bonito picnic colectivo donde compartimos comida, mesa y charla entre vecinas, familia y amigos.

Por la tarde, Joaco Showman nos hizo reír y soñar con su circo mágico. Fusión Testas nos emocionó con su coreografía: siete mujeres en una muestra de pasión, delicadeza y belleza. Sambaleza, como siempre, fue el corazón rítmico de la muestra. Luego, la sorpresa de Looping Greis: una mujer orquesta que atrapó al público con su ritmo y letras. Y el broche final, Daniele Swing Trío, convirtiendo la plaza en pista de baile, con gente bailando swing y disfrutando el estupendo clima nocturno.

Y también estuvieron allí los chicos y chicas del centro de primera acogida de Hortaleza, infancia sin etiquetas que aparecieron con dulces y platos para compartir en el picnic, disfrutaron de las actuaciones y rieron como uno más. Como también lo hicieron los jóvenes de Somos Acogida, participando, bailando, sintiéndose parte. Qué precioso sentir esa diversidad en tantas formas.

Este pasado sábado empezamos con dudas. Acabamos con gratitud. Vecinas colaborando, mayores disfrutando, peques bailando, cultura en la calle. Lo que queremos. Lo que necesitamos. Lo que defendemos.

Gracias a todas las personas que vinisteis, que ayudasteis,, que pusisteis vuestro granito de arena. Gracias por vuestra paciencia, por adaptaros con tanta alegría, por pasaros por nuestro espacio. Gracias por hacer que todo esto tenga sentido.

¿Habrá XVI edición de la Muestra de Arte de Calle de Hortaleza?

Seguramente sí.

DSF1426 scaled

Parte del equipo organizador de la Muestra de Arte de Calle de Hortaleza, en el local de Danos Tiempo. JULIA MANSO

(Visited 380 times, 1 visits today)