En ningún barrio de Madrid genera más movimiento la vuelta al cole que en Valdebebas. Actualmente concentra más niños y niñas en edad escolar que cualquier otro de la ciudad: más de 9.000 menores de edad empadronados, casi un tercio de la población total de este desarrollo urbanístico ubicado al noreste del distrito de Hortaleza. Sin embargo, la mayoría de los escolares tienen que salir lejos del barrio para asistir a clase por la carencia de centros educativos. Diez años después de las primeras mudanzas, en Valdebebas hay apenas una escuela infantil municipal, dos colegios públicos y un centro concertado a medio construir. Una oferta insuficiente que provoca a diario una diáspora de estudiantes que para acudir a clase deben hacer una kilometrada.

Este curso 2024-2025, un nuevo centro educativo público venía a aliviar la escasez de plazas para los 2.000 niños y niñas de 0 a 3 años residentes en Valdebebas. La nueva escuela infantil Mudarra, bautizada así como el personaje de algunos romances de la literatura medieval y construida por la Comunidad de Madrid, ultimaba este verano las obras para abrir el pasado 5 de septiembre, cuando comenzaba el periodo lectivo de la Educación Infantil en la región. Aunque las familias de los 170 pequeños matriculados se encontraron un cartel contradictorio en la entrada: daba la bienvenida al centro, pero el centro permanecía cerrado.

Desde hace años, la Comunidad de Madrid prometía la construcción de una escuela infantil de titularidad pública en Valdebebas, aunque las obras no comenzaron hasta 2023. La construcción del nuevo centro, ubicado en la calle María Reche, ha supuesto algo más de tres millones de euros financiados por completo con fondos de la Unión Europea. El pasado mes de junio se formalizaron las matrículas y se fijó la fecha de estreno de la escuela para la primera semana de septiembre, aunque la semana pasada muchas familias no habían recibido todavía una comunicación del centro, gestionado por la empresa Amma Educación Integral.

Las familias que sí recibieron la llamada de los gestores de la escuela infantil fueron informadas de que el centro retrasaba su apertura al 16 de septiembre porque “no estaba firmado el contrato entre la Comunidad de Madrid y la empresa gestora”. Según estos padres y madres, el mobiliario del nuevo centro llegó el miércoles 3 de septiembre, y hasta ese día el reluciente edificio no tenía ni agua, electricidad o conexión a internet. Este periódico ha intentado ponerse en contacto, sin éxito, con los responsables del centro para recabar su versión.

“Se están ultimando todos los detalles”, es la lacónica respuesta que ofrece la consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Algo que no consuela a las familias con dificultades para conciliar. “Estamos desesperados, es muy difícil para muchos padres como para alargar más la espera, no tenemos más vacaciones, no sabemos qué vamos a hacer con nuestros peques, ni hasta cuándo”, transmitía una madre a este periódico la semana pasada.

Finalmente, la escuela infantil Mudarra ha abierto alguna de sus aulas este miércoles 11 de septiembre para acoger a los peques de las familias con más problemas de conciliación. El próximo lunes, si no se producen nuevos retrasos, el centro debería funcionar a pleno rendimiento, aunque los padres y madres no se confían.

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Una niña observa el patio de la nueva escuela infantil de la calle María Reche. MARÍA ROLDÁN PAZOS

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