El parque de la ría de Sanchinarro fue proyectado por el arquitecto Miguel Oliver a principios de los 2000, cuando se construyó este nuevo barrio al norte del distrito de Hortaleza. Con esta ría se pretendía reconducir y mostrar en la superficie lo que era el antiguo curso del arroyo de Valdebebas, el último arroyo en superficie que quedaba en el término municipal de Madrid. Sin embargo, no se respetó la idea del arquitecto y el arroyo se soterró mediante un colector. La ría, que discurre en paralelo a la calle Vicente Blasco Ibáñez, lindando con la M-40 y los viveros Shanghai, solo recibe agua de lluvia, que se estanca y solo perdura hasta que llegan los calores veraniegos.
Desde hace años, la asociación vecinal Sanchinarro reclamaba una solución para la frustrada ría de este parque, denominado oficialmente parque Vicente Blasco Ibáñez, pero el Ayuntamiento de Madrid eludía su responsabilidad y culpaba a la Junta de Compensación de Sanchinarro (los propietarios del suelo del desarrollo urbanístico) por no resolver el problema. Tras dos décadas de desencuentros, al fin se ha producido el acuerdo para recuperar la ría de forma definitiva y llenarla de agua.
El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado la firma de un convenio con la Junta de Compensación de Sanchinarro que establece que el Consistorio llevará a cabo las obras previstas en ese proyecto y que la Junta de Compensación se encargará de su financiación, de manera que así se concluirá la recepción de todo el ámbito y la junta podrá disolverse “una vez cumplidas todas sus obligaciones urbanísticas”. El acuerdo ha sido rubricado por la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, y el presidente de la Junta de Compensación de Sanchinarro, Tomás Hernández, con la presencia del concejal de Hortaleza, David Pérez.
El Ayuntamiento afirma que la ría, construida en 2003, “no pudo ser recepcionada por el Consistorio por un cambio en la normativa de uso de agua regenerada”. Tras ese cambio, la Junta de Compensación elaboró un proyecto de adecuación, cuyo coste asciende a 854.000 euros. El ámbito de actuación comprende toda la longitud de la ría, de unos 750 metros entre sus dos extremos, y las obras incluirán la instalación de equipos de bombeo, depuración, desinfección y aireación. La ría se llenará con agua reutilizada de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Rejas, gestionada por el Canal de Isabel II, y que cuenta con dos depósitos de agua regenerada para riego de parques y jardines y el baldeo de viales de la ciudad de Madrid próximos a la ría, explica el Ayuntamiento.
La asociación vecinal Sanchinarro celebra la noticia con prudencia, a la espera de conocer el proyecto con más detalle. “Ha sido muy duro conseguirlo y un empeño constante”, admite Amalia Campos, presidenta de la asociación que durante estos años ha denunciado la muerte cada verano de los peces y la fauna que pueblan la ría cuando tiene agua, y ha trabajado para poner en valor esta zona verde con actividades recreativas y culturales.