Desplegando una enorme pancarta desde dentro de un inmueble que llevaba años en desuso. Así es como un grupo de jóvenes anunció la creación del centro social okupado La Animosa, durante un frío miércoles de noviembre de 2021.

El lugar elegido era un local de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB) situado en la calle Mar del Japón 15, en pleno casco viejo del que otrora fuera el pueblo de Hortaleza. En estos primeros 365 días de vida, sus 1.400 metros cuadrados, distribuidos en tres plantas, han albergado diversas actividades, además de biblioteca y gimnasio.

En su primer comunicado, los responsables de la okupación mostraron su disposición para poner este espacio al servicio de las “necesidades reales” de los vecinos (“sociales, organizativas y culturales”), así como para “dar aún más vida a un barrio de referencia como es Hortaleza, falto de lugares destinados al interés común y no al negocio”.

En lo colectivo encontramos el origen de su nombre, ya que el mismo homenajea a la denominada Sociedad de Obreros Agricultores de las Tierras de Hortaleza La Animosa, colectividad agraria del antiguo pueblo de Hortaleza, donde también se ubica el centro social.

Precisamente, este proyecto comunitario surgió hace tres años, cuando la Juventud Antifascista de Hortaleza (JAH) llevó a cabo diferentes acciones en defensa de la memoria histórica del barrio y de Madrid. Según Álvaro, uno de los portavoces del centro, “otorgarle el nombre de La Animosa a un centro social okupado (CSO) histórico (por ser el primero en Hortaleza) es rendir un bonito homenaje a los que dieron su vida por la libertad de todos”.

La Animosa

Entre las actividades que se ofrecen en La Animosa, está el gimnasio HTZ Fighters. JULIA MANSO

APOYO VECINAL A LA ANIMOSA

Hace un año el estado del inmueble ahora okupado era nefasto. Había suciedad acumulada, paredes rotas y una instalación eléctrica muy deteriorada. Pero, con la ayuda del vecindario, el espacio se puso a punto en tiempo récord. Y hasta hubo vecinos que llevaron chocolate con churros al centro aquellos primeros días.

Desde La Animosa se muestran “muy felices” por la acogida que han tenido en el barrio. “A todos los actos que hacemos siempre se pasan vecinos, por no hablar de la presencia de cientos de hortalinos en el gimnasio y la biblioteca popular”. De ahí que crean que las dificultades más grandes que tienen ahora son las judiciales.

“En el juicio que tuvimos en marzo, solicitaban nuestro desalojo cautelar, pero salimos absueltos”, recuerda Álvaro, que reconoce que aún tienen por delante varios procesos judiciales, algunos por lo civil y otros por lo penal, los cuales pretenden afrontar “con unidad”, porque en su opinión, pase lo que pase, van a salir ganando.

“Dotar a nuestro barrio de un centro social en el que participan cientos de vecinos y vecinas ya es –en sí misma– una victoria frente al Estado. Porque ellos se mueven por dinero, mientras nosotros lo hacemos por nuestra gente”.

Una de sus próximas actividades es la recogida y reparto solidario de juguetes, organizada por la Juventud Antifascista de Hortaleza antes de que existiese La Animosa. De hecho, la JAH es el “grupo motor” del centro social okupado y el que ha plantado la semilla para que La Animosa esté arraigada en el barrio para siempre.

El sábado 10 de diciembre, para celebrar este primer aniversario de La Animosa, el lugar donde empezó todo, invitan al vecindario a pasarse por el centro social para asistir a una charla sobre la historia de la okupación en Madrid, seguida de un concierto de El Bengalí y una pinchada de discos.

La Animosa

El centro social La Animosa posee entre sus instalaciones una biblioteca popular. JULIA MANSO

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