A pesar de los días plagados de nubes grises y de lluvias torrenciales que nos acechaban durante aquellas semanas, la tarde del pasado domingo 12 de septiembre el tiempo acompañó con un sol radiante a las cientos de personas que se manifestaron por las calles del distrito para hacer oír su voz en defensa del derecho a la vivienda, tal y como señala el artículo 47 de la Constitución española: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.
El evento convocado por el Sindicato del Barrio de Hortaleza citaba al vecindario a las cuatro y media de la tarde frente a las puertas de la asociación vecinal La Unión de Hortaleza. “No hemos elegido este lugar al azar, La Unión de Hortaleza es una asociación que lleva décadas trabajando para mejorar el barrio y el día a día de su vecindario”, decía Sonia, vecina y participante desde hace años en esta veterana asociación hortalina, con palabras emocionadas, dando comienzo a la lectura del relato preparado para dar contexto a las distintas paradas del recorrido de la marcha e informar a los asistentes y a las vecinas y vecinos de la zona de los diversos problemas de vivienda que hay en el distrito.
Pero no solo se acercaron hortalinas y hortalinos a apoyar este derecho fundamental, sino que también se sumaron los chalecos amarillos de “Stop desahucios” de la Plataforma de Afectados por la Vivienda Pública y Social y activistas de otros distritos madrileños como Carabanchel, cuya pancarta dejaba muy claro cuál es la causa que da lugar a esta desigualdad en el acceso a un bien tan importante para la vida de cualquier persona como es su casa: la avaricia.
RAQUEL SE QUEDA
A mitad de la calle Santa Susana se produjo la parada que dio fecha a la convocatoria: los nuevos propietarios de la casa de Raquel –que poseen casas en 10 registros de la propiedad– la habían citado a las cinco de la tarde de ese domingo para recoger las llaves de su vivienda. Poco antes de la hora fijada, Raquel cogía el micro para dirigirse a los asistentes, “El derecho a la vivienda es el eje de la vida en los barrios y vamos a seguir luchando para defenderlo”, y pedirles el “máximo respeto a las personas”.
Pasaron varios minutos de tensa espera hasta que aparecieron subiendo la calle dos hombres que se identificaron como los nuevos propietarios de la vivienda de Raquel, al son de consignas como “Vergüenza me daría desahuciar a una familia”, “Fuera fondos buitres de nuestros barrios” y “Hortaleza no se vende”.
“Hay que seguir peleando por el derecho a la vivienda frente la especulación sin límites” Raquel, vecina de Santa Susana
El intercambio de palabras fue breve por parte de los recién llegados, entendían que la prórroga de seis meses de la finalización del contrato había vencido y no estaban dispuestos a negociar ni la renovación del contrato de alquiler ni la compra de la vivienda. Sin embargo, Raquel fue rotunda en su respuesta: “La segunda prórroga es automática, así que se están saltando un decreto fruto de un estado de alarma”.
Finalmente, se fueron sin las llaves que buscaban. “Tengo derecho a seguir en esta casa y no quiero que nadie pierda su inversión, pero no quieren sentarse a negociar, así que seguiré luchando por mis derechos”, informaba una Raquel sonriente, además de agradecer a los asistentes su apoyo: “Estoy muy orgullosa de todas las personas que estamos hoy aquí defendiendo el derecho a la vivienda”.
LA UVA DE HORTALEZA
Con más alegría en el ambiente, la comitiva pasó el cruce con la calle santa Virgilia y siguió hacia la calle Mar de las Antillas, para bajar a la UVA de Hortaleza, donde una nueva fase ha sido realojada este verano, pero aún faltan por recibir su nueva vivienda decenas de familias de esta unidad vecinal de absorción que se creó con carácter temporalmente en 1963.
Sin embargo, parece que la Agencia de la Vivienda Social (AVS) de la Comunidad de Madrid sigue sin hacer buen uso de los recursos públicos, ya que según leía Natividad Para, una de las vecinas realojadas en esta quinta fase y secretaria de la asociación vecinal de la UVA de Hortaleza, al llegar a la parada prevista en la entrada del barrio: “Los bloques nuevos tienen enormes deficiencias: garajes que se inundan, mala accesibilidad a los edificios, grupos electrógenos cancerígenos que han obligado a cerrar varias viviendas de forma definitiva por el peligro para la salud de sus habitantes y un largo etcétera”.
UNA CASA PARA PILI
La manifestación finalizó en la plaza de la UVA de Hortaleza, donde esperaban Pili y su familia –a quienes la AVS de la Comunidad de Madrid quiere desahuciar, a pesar de que hay una sentencia judicial que indica que deben ser realojados en una vivienda social–.
Ni corta ni perezosa, la respuesta de esta institución pública ha sido iniciar un nuevo proceso de desahucio, pero esta vez a nombre del otro miembro del matrimonio. “Estamos esperando a que entren de nuevo al domicilio para desalojarme”, comentaba Pili, desanimada por tener que empezar un nuevo procedimiento.
No obstante, cientos de vecinas y vecinos de Hortaleza –entre 150 y 200 personas según fuentes policiales y entre 350 y 400 personas según el colectivo convocante– están de acuerdo con que “la primera función de la vivienda es la función social” y que “hay que seguir peleando por el derecho a la vivienda frente la especulación sin límites”, como concluía Raquel al final del acto, que tiene claro su próximo objetivo: “Ganar tiempo para que mi hijo termine aquí el Bachillerato, en su instituto”.