Organizar una fiesta popular es algo muy costoso. Conlleva un gran esfuerzo tanto a nivel material como de recursos personales. Exige planificar, organizar, llevar a cabo mucho trabajo físico y tomar un montón de medidas para garantizar que todas las actividades sean seguras y accesibles. Si además esa fiesta quiere hacerse en la calle, en el espacio público que es de todas y así dotarlo de vida y hacer un evento que sea de veras participado la cosa se complica aún más.

Por poner un ejemplo que aterrice esto que digo en cifras: uno de nuestros festejos más populares aquí en Manoteras, Las Noches del Huerto, requiere la participación de un mínimo de 20 personas durante unas ocho horas cada viernes del verano. Es fácil ver que si hubiera que traducirlo en sueldos sería de seguro impracticable.

Si se tiene una mentalidad mercantilista resulta del todo incomprensible que ninguna persona, de manera voluntaria, esté dispuesta a hacer esto. No digamos ya un colectivo, entidad o asociación al completo. Gente dispuesta a trabajar por nada. Por nada material, entendámonos, porque si le preguntas a cualquiera de los implicados te dirá que se siente feliz haciendo semejante esfuerzo por el simple hecho de crear, de compartir, de llevar a sus vecinas y vecinos un tipo de ocio con el que poder divertirnos y crecer juntas.

Es normal que la mayoría de equipos de gobierno municipal ignoren todo esto. Por un lado, porque su mentalidad tiende siempre solo a lo utilitario y lo concreto, las cifras y los réditos electorales. Por otro, porque su práctica común es subcontratarlo todo. O sea, no implicarse directamente en nada ni tener que hacer esfuerzos personales.

El programa se lo diseñan otros, los contratos los redacta y gestiona el personal administrativo de la Junta Municipal y los requerimientos los hacen los distintos técnicos de las diferentes áreas. Igualmente, el sonido y la iluminación, el montaje y desmontaje, el desarrollo de las actividades y la atención de casetas, barras de bar y puestos de comida recae en otras manos y cabezas. Los gobernantes de turno se emplean, eso sí, en decidir a quién le van a dar los contratos y, en la mayoría de los casos, se aseguran de hacerse la foto de rigor, inaugurando, dando pregones u opinando en los medios sobre la valía de su labor.

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Actuación del arpista Víctor Santal y de la violinista Marta Ponce en las Noches del Huerto. MANOTERAS TE ENFOCA

No pasaría nada si fueran conscientes de estas realidades y no se dedicaran a elaborar hipótesis peregrinas sobre los fines malvados de un montón de ciudadanos que en el fondo no comprenden. Cada uno tiene que saber cuál es su experiencia y tener claros sus cometidos y potestades.

En el caso de los equipos de gobierno municipales está muy claro. Tal como reza el Código de Buenas Prácticas elaborado por el Ayuntamiento de Madrid, «las potestades administrativas se ejercerán únicamente con la finalidad para las que han sido otorgadas por las disposiciones pertinentes. En particular, el Ayuntamiento evitará utilizar dichas potestades para objetivos que no posean fundamento legal o que no estén motivados por un interés público».

Interés público por encima de todo. Algo lógico si se tiene en cuenta que cualquier cargo político debe ser ante todo un servicio a la ciudadanía, el compromiso de trabajar por el bien de todas y promover siempre la participación ciudadana que sirva para mejorar la vida de las vecinas y vecinos y su convivencia.

Esto no está funcionando últimamente en Hortaleza. El actual equipo de gobierno, encabezado por su concejal David Pérez, ha decidido sin ningún criterio objetivo (no han sido capaces de citar uno) que 19 fiestas vecinales no deben tener la consideración de «populares». La han tenido todos los años anteriores y se han celebrado en tiempo y forma, cumpliendo los requerimientos técnicos de la Junta y sin que haya habido en ellas ningún altercado ni incidente negativo. Pero a pesar de todo ello, nuestra Junta de distrito opta por «vetar» las fiestas de Manoteras, las que realiza la asociación vecinal La Unión de Hortaleza y las que organiza el Espacio Danos Tiempo en el pueblo de Hortaleza, tildándolas de No Populares.

Sin embargo, al mismo tiempo que hacía esto, y también sin ninguna explicación, decidía que otras seis fiestas del distrito sí merecían titularse de ese modo. Concretamente las de Valdebebas, El Bosque, Cárcavas y San Lorenzo.

"Manoteras cuenta con poco equipamiento municipal y si no fuera por las fiestas y eventos que organizamos las propias vecinas esto sería un erial social y cultural"

No sabemos qué acepción asigna el señor Pérez a la palabra popular: perteneciente al pueblo y a la parte menos favorecida de él; que está al alcance de la gente con menos recursos económicos; que es estimado o al menos conocido por el público en general. Como puede verse por sus acciones, no la que aparece en el diccionario.

En Manoteras este asunto de las fiestas tiene un impacto importante. Nuestro barrio cuenta con poco o ningún equipamiento municipal (no hay centro cultural ni biblioteca, ningún lugar común para el ocio y ni siquiera una oficina de correos) y si no fuera por las fiestas y eventos que organizamos las propias vecinas esto sería un erial social y cultural. Es solo gracias a nuestro trabajo que hemos tenido fiestas vecinales, teatro, conciertos al aire libre, literatura, talleres y actuaciones infantiles… (Todo ello no subvencionadas, por cierto). Y un sinfín de actividades de ocio saludable en las que la comida y la bebida (adquiridas en comercios del barrio, fomentando de ese modo la economía local) tienen su papel, de ningún modo central, por más que quieran hacer creer otra cosa.

Llegados a este punto, no podemos sino hacernos una serie de preguntas:

¿Sabe más el señor David Pérez que todos sus predecesores, quienes no han encontrado motivo para socavar estas fiestas? ¿Ha venido a solucionar en Hortaleza algún problema hasta ahora inexistente? ¿Al resto de gobernantes no les preocupaba el supuesto abuso de alcohol que él dice perseguir? ¿Al propio señor Pérez no le preocupan los vecinos de esos barrios donde sí permite libremente su consumo?, ¿es acaso la misma cosa perjudicial en unos sitios y beneficiosa o al menos inocua en otros?

Como veis, un montón de cuestiones que nos tienen a muchas vecinas y vecinos de Hortaleza en un mar de dudas sobre la idoneidad del gobierno que nos ha caído en «suerte» por decisión del señor José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid.

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Foto de familia de vecinos y vecinas que participan en Las Noches del Huerto de Manoteras.

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