Isaac Rosa es escritor, periodista. Un autor premiado y reconocido por la crítica que acaba de publicar su última novela, Feliz final, y vivió en Hortaleza durante 13 años. “Aquí encontré mi tribu”. Habla de Hortaleza con el cariño del que ha dejado parte de sí mismo en sus calles y plazas. Lo hace con un poco de acento andaluz.
“En el barrio hay zonas muy ricas y zonas más pobres que asoman en algunos pasajes de otra de mis novelas El país del miedo, no aparecen con el propio nombre, pero se pueden identificar sin problema. Transcurre en las zonas más nuevas del barrio, donde la gente vive encerrada, no tiene vida de calle, en uno de esos bloques de casas decoradas con pegatinas de las empresas de seguridad”.
También habla de la UVA de Hortaleza. “Es una de las zonas más interesantes y ricas del barrio por la historia que tiene, también de las más incomprendidas, una zona erróneamente considerada marginal por aquellos que no la conocen; a mí me parece de los rincones más interesantes del barrio, porque es un lugar resistente, en el que los vecinos han sabido construir comunidad”. Isaac publicó hace años una novela gráfica que hablaba de los graves problemas de vivienda. Cuenta que mandó al dibujante varias fotos para que se inspirase, era una escena real, de uno de los numerosos desahucios que vivió el barrio.
En otra de sus novelas, La habitación oscura, también asoma el barrio. “Se desarrolla en un local social hortalino, es fácil reconocerlo, aunque no diga su nombre, pasé mucho tiempo en él”. A Isaac se le ilumina la cara cuando habla de la época en la que vivió en Madrid. “Todo mi entorno, el de aquellos años, aparece en esa novela”.
BARRIO DE ACOGIDA
“Me mudé casi una docena de veces de casa, viví en muchos lugares de la ciudad, pero en Hortaleza estuve muchos años, de hecho, sigo teniendo una casa en Manoteras. Una de mis hijas vive aquí”, apunta. Habla de la tensión de Madrid y de la tranquilidad sevillana. “En Madrid caminaba siempre de prisa, al llegar a Sevilla, iba por la calle y notaba que caminaba muy rápido, mucho más que todo el mundo”, apunta.
"La palabra tribu puede sonar a atraso, despectivo, pero para mí es un grupo de gente en la que puedes confiar, donde encuentras apoyo mutuo"
“Llegué a Hortaleza con mi mujer y mis dos hijas, no teníamos familia, estábamos muy solos. Encontramos una tribu que nos apoyaba, una comunidad. Esa tribu eran los padres de los amigos de nuestros hijos, la comunidad vecinal, La Unión de Hortaleza. Una tribu en el buen sentido, claro. La palabra tribu puede sonar a atraso, despectivo, pero para mí es un grupo de gente en la que puedes confiar, donde encuentras apoyo mutuo. Eso es lo que echo de menos, nuestra gente, nuestra tribu hortalina, toda esa trama de afectos que va más allá de la familia”. Isaac habla de las soledades de las ciudades, de la soledad urbana, de cómo él se quitaba la soledad de Madrid, “no con nuevas parejas sino con el barrio”.
AMOR EN LA CIUDAD
En la historia que cuenta en la novela Feliz final habla de la crianza, de las dudas, de la culpa de las parejas separadas, de las dificultades de hacerlo en una gran ciudad. Habla de amor, de desamor, del poliamor y también habla de toda una generación de parejas rotas.
“Es un disparate criar a tus hijos solo, hay que apoyarse… Y por qué no, hacerlo en tribu”. Hablamos de las nuevas corrientes de crianza compartida, un tema que aparece en la novela. Como también de algunos de los personajes femeninos, personajes con visiones distintas sobre la manera de criar y sacar adelante a los hijos, cuando la mujer, además de entregarse a la maternidad, trabaja con horarios estrictos. “Cuando nos separamos, necesitamos un tejido sólido, hay que cuidarlo”.
Isaac apenas pasa unos días en Madrid, lleno de compromisos y citas familiares, manda un abrazo al que fue su barrio durante toda una década y por el que, se nota, siente el mismo cariño que muchos de nosotros. Recuerda a la asociación Danos Tiempo, al Grupo de Consumo de La Unión, o en sus propias palabras “la bellísima comunidad escolar del colegio Filósofo Séneca, que ha sido el cole de mis hijas y donde han sido muy felices”.
Isaac Rosa, durante la entrevista / Foto David Navarro
