El pasado 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, la convocatoria para la lucha por la igualdad y la no discriminación fue un rotundo éxito. Los medios de comunicación recogieron semanas antes la noticia de la huelga general de 24 horas convocada por el movimiento feminista para ese día, primera huelga feminista en nuestra historia que hacía un llamamiento a la huelga laboral, de consumo, estudiantil y de cuidados. La clase política introdujo en sus discursos el “asunto de las mujeres”; se comenzó a hablar de la huelga en los institutos, universidades, en los trabajos, en las familias y las redes sociales recogían esta convocatoria de huelga y de manifestación que cada 8 de marzo se realiza en nuestro país desde el fin de la dictadura franquista.
Esta aparente emergencia del feminismo, que a mucha gente pilló por sorpresa, no fue algo espontáneo ni casual, sino fruto del trabajo que desde el año pasado han realizado muchísimas mujeres pertenecientes a diferentes colectivos y agrupadas en la Comisión del 8 de Marzo. El movimiento feminista se sostiene sobre el duro trabajo que muchas mujeres conocidas y anónimas, han realizado por todo el mundo a favor de nuestros derechos y libertades desde hace siglos.
En Hortaleza el llamamiento a la huelga feminista surtió un efecto poderoso. En pocos días muchas mujeres del barrio, pertenecientes a muchos colectivos, asociaciones o movimientos y también a título individual, nos sentimos interpeladas a participar y a organizar las actividades para impulsar la huelga feminista desde nuestro barrio.
La pegada de carteles los días previos, caceroladas para dar comienzo a la jornada de huelga, piquetes informativos, la lectura colectiva del manifiesto con micro abierto, la comida y el punto de cuidados que organizaron los compañeros aliados, la quedada conjunta para ir a la manifestación, los delantales colgados de las terrazas y ventanas en el barrio y la sensación y emoción de que algo grande, muy grande estaba pasando, lo estábamos viviendo y eclosionó colapsando Madrid.
¿Y AHORA QUÉ?
Es la pregunta que sobrevuela tras la jornada del 8 de marzo. Otras noticias se abren paso, cambian la actualidad, pero señoras y señores, el feminismo llegó para quedarse y continuar. Ahora somos más, más jóvenes, más diversas y plurales. Ahora nos hemos puesto de pie y conocemos nuestra verdadera estatura, y que nuestros deseos de igualdad y de justicia social tienen que continuar siendo peleados. Los movimientos feministas continuarán en el mundo y también en Hortaleza, no es una moda pasajera.
Ahora es el momento de evaluar este proceso, analizar, buscar estrategias de diálogo y sintonía con todas aquellas mujeres racializadas y/o migrantes que se han sentido fuera, y seguir con las propuestas políticas, la movilización social y la extensión de la toma de conciencia del machismo y el sexismo en nuestra sociedad.
Reivindicamos que leyes como la ley de dependencia o las 200 medidas acordadas en el Pacto de Estado contra violencia la machista sean dotadas de presupuesto suficiente para llevarlas a la práctica, y que se legislen iniciativas como permisos de paternidad y maternidad iguales en duración e intransferibles o como que España ratifique el Convenio 189 de la OIT para las trabajadoras y trabajadores domésticos.
En una sociedad orientada al beneficio del neoliberalismo, en una sociedad en la que las personas están al servicio de la economía y no al revés, en una sociedad racista, clasista y heteropatriarcal, el feminismo es necesario.