El rugby nació de una manera casi accidental. En el año 1823, durante la celebración de un partido de fútbol, el jugador William Webb Ellis hizo trampas y, tras coger la pelota con sus manos, atravesó todo el campo y traspasó con ella la línea de gol de la portería del equipo contrario. Nadie se atrevió a pronosticar que, de ese pequeño gesto, surgiría un nuevo deporte. Fútbol y rugby caminaron juntos de la mano durante varias décadas. Eran considerados como la misma disciplina hasta que, el año 1863, se produce la emancipación oficial.

Placajes, melés… Nos encontramos ante un deporte de contacto puro y duro. Sin embargo, esta agresividad se queda siempre en el terreno de juego. Da igual lo que haya ocurrido durante el encuentro. Cuando finalice el partido, todos los jugadores celebrarán conjuntamente el tercer tiempo. ¿Qué hay más deportivo que compartir mesa con quien, unos instantes antes, has intentado ganar? El rugby es garra, pero sobre todo es honor.

El distrito de Hortaleza ha sido siempre un lugar de tradición deportiva. No son pocos los sitios y entornos que facilitan la práctica de actividades físicas tanto al aire libre como en recintos cerrados. Polideportivos municipales, campos de fútbol, clubes de natación… Precisamente, uno de sus emblemas deportivos más importantes es un club de rugby: el XV Hortaleza Rugby Club. Equipo que, en este 2021, se encuentra celebrando nada más y nada menos que el 20 aniversario desde su fundación.

“El XV Hortaleza Rugby Club nace como una escisión de un equipo de Alcobendas” Pablo Gómez, vicepresidente

A principios de siglo, un grupo de personas decidió apostar por la formación de un club en el que la pelota tiene una forma ovalada, los tantos reciben el nombre de ensayo y, para detener la progresión del rival contrario, directamente le tiras al suelo a través de un placaje. “El XV Hortaleza Rugby Club nace como una escisión de un equipo de Alcobendas”, nos cuenta Pablo Gómez, actualmente vicepresidente del equipo, quien nos atiende en sus instalaciones. “Se formó con un objetivo: tener autonomía”. A partir de entonces, vagaron por la geografía madrileña sin tener un sitio fijo en el que poder entrenar. “Íbamos dando tumbos de un lado para otro”, recuerda.

El crecimiento fue mejor y más rápido de lo esperado. “Tan solo un año después de su creación, comenzamos a competir en la liga regional”, comenta Pablo con orgullo. Pero, pese a ir acumulando victorias en el terreno de juego, el equipo seguía siendo un grupo de nómadas que no acababa de asentarse en ningún lugar concreto, con las dificultades que eso conllevaba.

LA FAMLIA DEL RUGBY

Entonces llegó el Plan E, un conjunto de medidas de política económica creado por el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero para paliar los efectos que había dejado la crisis económica del año 2008. En Hortaleza se construyó una instalación de rugby al lado de la M-40, a unos pocos metros del parque Juan Carlos I. El distrito buscaba un club al que cederle el uso de dicha instalación y, por su parte, el XV Hortaleza Rugby Club necesitaba un lugar donde comenzar a echar raíces y poder disfrutar de estabilidad. Esa necesidad de simbiosis se hizo real en el 2010.

Justo al lado del campo discurre el tramo del anillo verde del Campo de las Naciones. A escasos metros del puente nos encontramos con una persona que, parada, observa uno de los entrenamientos que se está produciendo en ese momento. “Suelo venir todos los días andando para hacer la compra”, nos dice Javier, jubilado de 68 años. “Me gusta detenerme a verlos. Es fascinante”. Como Javier, muchos transeúntes interrumpen momentáneamente su paseo para ver cómo los equipos ensayan sus jugadas en el terreno de juego.

El XV Hortaleza funciona más como una asociación que como un club deportivo a la vieja usanza

¿Qué es lo que hace especial al XV Hortaleza Rugby Club? Muchas cosas, pero quizá, la que más destaque entre ellas, es que funcionan más como una asociación que como un club deportivo a la vieja usanza. “Casi no tenemos publicidad”, nos comenta Pablo Gómez. “El club se mantiene, básicamente, de las cuotas que pagan los socios. Todos los que entran a jugar aquí son socios”. Y no son pocos. A día de hoy, cuentan entre sus filas con 500 afiliados, que además son jugadores. A eso hay que sumarle otras 100 personas que contribuyen como simpatizantes del equipo. Una masa importante de 600 personas.

Pablo define el modelo del club a través de una palabra: familia. Es común que, dentro de la estructura participen, no solo los hijos e hijas, sino también los padres y madres. “Intentamos que sea un rugby familiar. Nuestra fuerza es tener aquí a las familias”, nos comenta. “Que se apunten los padres permite que los valores del rugby se expandan a las familias”. Valores. Una palabra que el vicepresidente repite en bastantes ocasiones durante nuestra charla. Porque en el XV Hortaleza Rugby Club, aparte de formar jugadores, forman personas a través de la ética y los valores de este deporte. Si miro alrededor, además de una vitrina llena de trofeos, me encuentro con pancartas que me transmiten sus pilares: equipo, sacrificio, trabajo, compromiso. “Queremos formar antes que competir”, asegura.

XV Hortaleza

El nuevo campo de rugby de Hortaleza se inauguró en junio de 2010 con la visita del alcalde Alberto Ruiz Gallardón (PP), al lado del histórico dirigente vecinal Paco Caño en esta imagen.

LOS EQUIPOS

Entre sus filas aceptan a niñas y niños a partir de los 4 años. “A esta edad comienza como un juego”, nos explica Pablo. “Forman parte de la escuela hasta que cumplen los 14. A los 16 años ya se les transmite una mentalidad más de competición durante su paso por la academia, que dura hasta que alcanzan la mayoría de edad”. En ese momento pasan a la categoría sénior.

Actualmente, cuentan con dos equipos femeninos sénior, otros dos masculinos, uno veterano masculino y un equipo sénior formado por jugadores a partir de los 50 años de edad. “Solo hay dos o tres clubes de Madrid que cuenten con un equipo de más cincuenta”, comenta con orgullo el vicepresidente. “En veteranos es como jugar una pachanga. Ahí lo importante es el tercer tiempo”, dice en alusión al clásico acto de celebrar el fin del partido comiendo y brindando con el rival.

“Solo hay dos o tres clubes de Madrid que cuenten con un equipo de más cincuenta”

Pero si hay una alineación que suponga un orgullo para el club es la sección femenina de veteranas, conocidas como las khaleesi (las madres de los dragones, en referencia a la famosa serie de Juego de Tronos). “Es una mezcla de exjugadoras y de madres de chavales que juegan hoy en día con nosotros”, nos explica.

La marcha deportiva de los últimos tiempos se puede considerar como realmente positiva. El equipo masculino llegó a jugar un par de temporadas en la segunda categoría, donde esperan volver pronto “Estamos entre los mejores regionales para ascender”, dice. En femenino consiguieron incluso estar en la primera división de honor dos temporadas. “Estamos un poco mejor en femenino que en masculino”.

El éxito en el campo conlleva el crecimiento del equipo también en los despachos. Las subidas de división conllevan una serie de requisitos para los que se necesitan recursos, sobre todo económicos. “A partir de ese nivel necesitamos tener unos patrocinadores que pongan dinero”, se sincera Pablo Gómez. “Ya no es solo el pago de los viajes. También conlleva el salario del fisio de los jugadores, el piso donde viven… Entras en un terreno ya más de profesionalización a nivel club. Y no solo en el terreno de los jugadores, sino también de los que gestionan todo esto que, a día de hoy, son voluntarios”.

Si hay una alineación que suponga un orgullo para el club es la sección femenina de veteranas, conocidas como las 'Khaleesi'

Los ascensos también suponen la necesidad de modernizar y mejorar las instalaciones. Al respecto, Pablo Gómez es bastante optimista. En el año 2017, bajo el mandato de Manuela Carmena, ganaron un proyecto de participación ciudadana que conllevará la ampliación de las gradas y, sobre todo, acondicionar de mejor manera los vestuarios de los equipos. Buscan poder hacer una separación más efectiva al respecto entre las jugadoras femeninas y los jugadores masculinos. “El concejal del distrito nos ha dicho que la partida ya está aprobada en el presupuesto”, dice con esperanza. “Así que, si todo marcha bien, las obras se iniciarán el próximo verano con vistas a la nueva temporada 2022/2023”.

Los éxitos plantean una diatriba para el club, pues, al volverse más competitivo, llegará un momento en que el crecimiento pueda suponer la llegada de jugadores de fuera. “Eso significa quitar el puesto a uno de tu casa”, admite Pablo, no sin algo de tristeza. “Pero es algo a lo que tendremos que adaptarnos cuando llegue, es el precio a pagar”. Hay que tener en cuenta que, en alguna ocasión, también ocurrió lo contrario. Futuras estrellas del XV Hortaleza Rugby Club fueron fichadas por equipos con mayor posibilidad económica. Les robaron su talento a golpe de talón.

XV Hortaleza

Las ‘khaleesi’ del XV Hortaleza en la temporada 2018/2019. SANDRA BLANCO

DOS AÑOS ESPECIALMENTE DUROS

En marzo de 2020, la pandemia provocada por la COVID-19 paralizó al mundo. También al XV Hortaleza Rugby Club. Las ligas fueron suspendidas para lo que restaba de temporada. Pablo recuerda, aún con un nudo en el estómago, lo imprevisible que vio el futuro a corto plazo. “Fue un golpe muy duro. No sabíamos si íbamos a sobrevivir”. Pero, con el apoyo de todos los socios, se sobrepusieron al bache. “Dimos facilidades para el pago de las cuotas. La gente se mantuvo. Este club tiene un fuerte atractivo social. Las bajas se situaron en torno al 15%. Lo importante fue que, a pesar de las dificultades, nuestra gente vino a jugar”.

En septiembre, pudieron retomar los entrenamientos, aunque aplicando estrictas medidas de seguridad. “Tuvimos que reinventarnos cada semana. Al principio de todo, no teníamos permitido hacer placajes. Luego, nos los permitieron, pero no podían durar más de equis segundos. Estuvimos entrenando con una especie de corchos. Para colmo, cada día se confinaban distintas calles del distrito. Los chicos y chicas no sabían ni si podían venir a entrenar. Una locura”.

En enero de 2021, cuando parecía que no podía ocurrir ya nada más, llegó Filomena. El temporal azotó duramente a la capital de Madrid, que se vio desbordada ante la cantidad de nieve. Nuevamente, un parón forzado de casi dos semanas. Pero esta vez había un problema mayor. El equipo no podía entrenar ni jugar partidos en su campo, pero las ligas no se habían suspendido. Muchos de los equipos debieron participar en encuentros que no pudieron preparar. Pablo Gómez recuerda cómo, con otros miembros del club, se pusieron a quitar la nieve del terreno de juego. “Entre cincuenta nos pusimos a intentar quitar la nieve, pero por la noche se produjo una helada y fue literalmente imposible. Con mucho esfuerzo, conseguimos retirar como una tercera parte, hasta la línea 22, para al menos poder entrenar. Es que el año pasado fue horrible”.

DERBI HORTALINO

En rugby, Hortaleza cuenta con su propio derbi entre el XV Hortaleza y el Liceo Francés. Aunque Pablo Gómez, siempre optimista, va más allá de los partidos que juegan en el campo contra el clásico colegio. “Tener al Liceo Francés es un verdadero privilegio”, comenta con una sincera sonrisa en la cara. “Si tú coges el Liceo y nuestro club tienes, en apenas 500 metros, como 1000 jugadores. Esto es una zona brutal en términos numéricos para el rugby. Son una escuela en la que nos reflejamos y con la que nos gusta compararnos”.

Además de enfrentarse para ver quién consigue más ensayos, el XV Hortaleza y el Liceo Francés actualmente llevan a cabo de manera conjunta dos proyectos. El primero de ellos ha sido una creación de una Liga Sub17 femenina. “Como no había una cantidad de chicas suficientes para formar el equipo, formamos la asociación con el Liceo”, comenta Pablo.

Hortaleza cuenta con su propio derbi entre el XV Hortaleza y el Liceo Francés

Luego está el que más orgulloso le hace sentir, el Proyecto Ensaya y Transforma, llevado a cabo por la asociación Melé Social. Su objetivo es claro: reinsertar en la sociedad a menores con problemas y ayudarlos a conseguir un puesto de trabajo. “Estos chicos están cumpliendo sus penas en centros de menores”, nos explica Pablo con detalle. “El problema surge cuando, una vez cumplida la sentencia, los chavales vuelven al entorno que conocen, que es el mismo que los ha llevado a delinquir. A través de este proyecto pretendemos construir a su alrededor un entorno social distinto a través de los valores del rugby. Y, si la reinserción social es exitosa, facilitarles un puesto de trabajo en una empresa social”.

Otra vez los valores del rugby. Pablo Gómez ve este deporte como algo más que una mera actividad física. Es casi un puente con el que cambiar el mundo y la realidad de muchas personas. La acción se encuentra en un estadio inicial pero, si todo marcha bien, pretenden mostrar sus resultados a otros equipos. “Estamos monitorizando todo con la intención de luego expandirlo a otros clubes de rugby”.

XV Hortaleza

Melé del primer derbi entre el XV Hortaleza y el Liceo, celebrado en noviembre de 2019. SANDRA BLANCO

RUGBY FEMENINO

El futuro a corto y medio plazo ya se encuentra perfectamente trazado para el XV Hortaleza. Deportivamente, quieren aspirar a más. Su deseo es volver a participar en las divisiones de honor. La remodelación prevista para este verano supondrá un fuerte impulso. A día de hoy, sus instalaciones conectan con el parque Juan Pablo II, por lo que su previsión es cerrarlas para que únicamente puedan tener acceso los jugadores y trabajadores del club. También pretenden construir un centro social, “un lugar donde los padres puedan estar tomándose un café tranquilos mientras sus hijos esperan, en lugar de estar fuera, sobre todo con el frío”. Vuelve a nuestra mente la idea sobre la que se fundó el equipo: familia.

Mi tiempo con el vicepresidente del XV Hortaleza va llegando a su fin. Tiene otros muchos asuntos que tratar. Por eso, mi última pregunta es clara y directa. Si tuviera la oportunidad de dirigirse a un político, ya sea de ámbito estatal, autonómico o municipal, que pudiera tomar una decisión relevante sobre el rugby, ¿qué le diría o pediría?

“En España el nivel de las chicas está muy por encima del de los chicos”

Pablo Gómez suspira ante la pregunta. Se toma su tiempo, meditando con mucha cautela la respuesta que ofrecer. Cuando la elabora en su mente, la transmite a través de su voz con mucha calma, serenidad y sobre todo seguridad. “Hace falta más accesibilidad y visibilidad. Sobre todo, le diría que focalice su atención sobre el rugby femenino. En España el nivel de las chicas está muy por encima del de los chicos. Nuestras leonas son brutales. Tenemos ahí una ventaja competitiva muy importante, pero hace falta un impulso. Son un diamante en bruto que, con un poco de ayuda, si las pulimos, se pueden hacer muy grandes. Le pediría eso. Que se centrara en el rugby femenino. Son un punto referencial con un recorrido largo y de éxito”.

Nos levantamos y me acompaña para enseñarme las fotografías que adornan las paredes de la oficina. Hay desde instantáneas recientes hasta otras más históricas. Me guía al campo y me enseña un mural pintado a mano por una de sus jugadoras. Un impresionante dragón nos avisa de que nos encontramos en el territorio de las khaleesi. Pablo me da la mano muy amistosamente. Prometemos volver a vernos. Pero yo no he acabado aún.

Me siento en las gradas y me quedo, durante un rato, viendo a los distintos equipos entrenar. Es inevitable. La atracción que te hacen sentir no permite que quites tus ojos en ellos. Entonces, percibo todo lo que Pablo Gómez me ha transmitido toda la tarde: el XV Hortaleza Rugby Club es una verdadera familia.

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