Volvimos imparables a comunicarnos con los nuestros: fotos, vídeos, audios, vídeo llamadas… Compartimos todo lo que veíamos, las esquiadoras, los muñecos de nieve, nos sorprendimos y reímos viendo como nuestro vecino Javier se deslizaba por nuestras calles en un trineo llevado por sus perros, y gracias eso descubrimos qué es el mushing, y que en nuestro barrio tenemos un campeón que compite a nivel internacional. También vimos cómo desde la pescadería de la calle Manizales sacaban el género a la calle, convirtiéndose en una simpática campaña de marketing, volviendo a hacer viral a Hortaleza.
Poco a poco nos fuimos animando y de nuevo ante la ausencia de coches las calles fueron nuestras. No hubo que esperar a la convocatoria de la Plataforma Vecinal contra el Parking de Mar de Cristal (este domingo 10 de enero a las 12 horas tendrá lugar la gran batalla de Hortaleza para visibilizar que no queremos un parking sino espacios de encuentro) para que la parcela de Mar de Cristal fuera tomada por vecinos y vecinas.
Las calles se han convertido en un lugar de experimentación, de juego, de risas, pero sabemos que también esta excesiva nevada va a generar, y lo está haciendo ya, muchos problemas: gente aislada, problemas de movilidad para cuestiones esenciales, muchos árboles han quebrado porque sus copas no soportan el peso de tanta nieve, incluso el techado de algunas instalaciones básicas como en las pistas de pádel del polideportivo Luis Aragonés o las canchas de fútbol sala de la avenida de Machupichu, y la peor realidad, de nuevo las personas con más dificultades vuelven a no poder disfrutar de este “privilegio”.
Pili, embarazada de varios meses y con dos menores a su cargo, se enfrenta el martes otra vez al desahucio de su vivienda
Parece imposible creer que ni siquiera con el temporal en el que nos encontramos las instituciones no sean capaces de atajar el problema de la Cañada Real, hace escasos días sus vecinos y vecinas se manifestaban también en nuestro barrio, frente a las instalaciones de Naturgy, exigiendo poder tener electricidad para calentarse. En nuestro mismo barrio somos conocedoras de algunas pequeñas chabolas cerca de la finca Los Almendros.
También en nuestro barrio, comprobamos que sigue habiendo desahucios, y que aunque pensábamos que estaban prohibidos mientras durase la pandemia, el próximo martes Pili, compañera del Sindicato del Barrio de Hortaleza se enfrenta otra vez al desahucio de su vivienda. Esta compañera convive con su pareja, dos menores (de 5 y 8 años) y actualmente está embarazada de varios meses. Realidades parte de un sistema desigual que no para ni con una pandemia ni con una nevada histórica.
Como siempre, no nieva, a gusto de todas.
Lo que sí, de nuevo nos hace soñar con una ciudad que se detiene, que para, donde el ruido se reduce y podemos escuchar el silencio.
Volvemos a ver cuáles son los sectores esenciales, quizá priorizar cuáles son nuestras verdaderas necesidades, y nos alegramos de comprobar que la ciudad y sus barrios pueden ser lugares de encuentro y disfrute, donde las personas tomemos las calles y se piense más en mejorar esas calles para las personas en forma de peatones.
Incluso organizadas podemos ir recuperando espacios, haciendo caminos seguros, liberando nuestras entradas al portal, nuestra acera más cercana, los accesos a nuestros centros de salud o colegios, porque en estos días tan fríos, después de la nieve viene el hielo. Y cuando los quitanieves pasen, lamentablemente será para que vuelvan los coches.
¿Y si priorizáramos la accesibilidad para peatones y pensáramos en ciudades más amables para la diversidad de sus habitantes?