De su corazón a sus asuntos, José Miguel Aragón (Josemi, como le conocemos en el barrio) recorre casi cada día el camino que va desde su casa hasta la asociación El Olivar, en el número 21 de la calle Mar Amarillo.

Durante más de 30 años, en este edificio de color membrillo, que en los tiempos del blanco y negro se llamó La Humanitaria, han ocurrido muchas cosas. Tantas que, en algún momento, Josemi decidió que había que contarlas, tal vez para apuntalar sus recuerdos y salvarlos del olvido o, quizá, porque como dice Irene Vallejo, “somos seres entretejidos de relatos, bordados con hilos de voces”.

El resultado de esa búsqueda es un libro de relatos titulado Las fronteras de dentro, que el pasado 21 de mayo se presentaba al caer la tarde en el Espacio Danos Tiempo. En una sala repleta de familiares, amigos y vecinos, y arropado por su compañero del alma y de fatigas, Jorge de Dompablo, Josemi desgranó con voz templada los entresijos de ese viaje literario mientras en la calle arreciaba una tormenta de primavera sobre Madrid.

EL OLIVAR, HISTORIAS Y DIGNIDAD

Andamos tan magullados por los acontecimientos de cada día o tan ensimismados en nuestros quehaceres que a veces se nos olvida que en nuestro barrio existen, contra viento y marea, asociaciones como El Olivar, que desde 1989 ofrece techo a los jóvenes sin hogar o en situación de riesgo. Es aquí donde enraízan los relatos de Las fronteras de dentro y es también aquí adonde irá destinada su recaudación. “Este libro es consecuencia de una experiencia de vida muy profunda; no solo mía, sino de todo el barrio. Esta es la larga historia de nuestro distrito, Hortaleza, que hace camino para que nadie se quede en el margen”, explica Josemi.

En la elaboración del libro también han participado con ilustraciones José Luis Alcobendas, Marta Mancusi, Alberto Pina y Nines del Río, esta última autora de la portada. Pablo Schmilovich, fundador del sello editorial Con Voz Propia Hortaleza de Qurtuba Editores, se ha encargado de la edición.

“Hortaleza hace camino para que nadie se quede en el margen” Josemi Aragón

La gratitud por el amor colmado y la alegría por lo vivido alumbran cada uno de los quince relatos de Las fronteras de dentro. “El Olivar es una escuela impagable de la vida. Uno se siente apabullado ante tantas historias, que al final se han convertido en la mía”, cuenta Josemi. Los últimos minutos de su charla los dedica al recuerdo de Gora, un chico de Senegal que vivió en El Olivar durante un tiempo y que falleció hace seis meses en un accidente: “Es una obligación moral hablar de él, de su bondad, de su compromiso extraordinario con la vida”, afirma emocionado.

Cuando el mundo se enturbia y la zozobra aprieta, cuando la esperanza funde a negro y las cegueras patrióticas parecen dominar todos los discursos, libros como este nos recuerdan que es necesario atravesar las fronteras de dentro y derribar alambradas y muros para que cruzar o morir, palabras con las que concluye el relato “Rutinas”, no vuelva a ser jamás la disyuntiva. Porque, como dice el poeta Paul Éluard, “Hay otros mundos, pero están en este”.

Las fronteras de dentro

Decenas de personas acudieron a la presentación de ‘Las fronteras de dentro’ en el Espacio Danos Tiempo. SANDRA BLANCO

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