El Premio Huertos Educativos Ecológicos se otorga de forma anual a proyectos educativos (centros de educación Infantil, Primaria, Secundaria, centros de Educación Especial y Educación Secundaria Obligatoria) que destacan por su uso del huerto como herramienta de transmisión de conocimientos y valores. La iniciativa quiere ser un reconocimiento y una motivación añadida para la comunidad de profesores, madres y padres, alumnos y asociaciones que se implican en torno a un huerto ecológico, y lo convocan la Fundación Triodos y la asociación Vida Sana.
En el caso de la categoría de Primaria, se valoraban la promoción y el fomento de los valores de la agricultura y la alimentación ecológica, así como el respeto por el medio ambiente, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico y la innovación del proyecto.
En el concurso también se valoraba el nivel y la claridad en el desarrollo en la memoria del proyecto, siendo importante la presentación de objetivos claros, medibles y acordes a la dimensión del proyecto. Además, también se consideraba que el trabajo de contenidos y competencias básicas estuvieran incluidas dentro del currículum y la continuidad de la iniciativa en el tiempo, tanto previa como hacia delante.
El Luis Cernuda, que tiene un huerto denominado ‘Rincón Utopía‘ donde el alumnado también crea compost con los residuos orgánicos del comedor del colegio, también cumplía ampliamente los requisitos de que la actividad se realizara durante todo el año escolar, con resultados medidos mediante criterios de evaluación y la implicación del AMPA y comunidad educativa. De este modo, el colegio público de la calle Carril del Conde ha logrado un premio en metálico dotado de 1.000 euros.
EL COLEGIO MÁS ECOLÓGICO DE HORTALEZA
El colegio público Luis Cernuda, pese a no ser muy grande, es uno de los mejor valorados del distrito. En lo referente a educación medioambiental es el pionero, sin duda, de lo que debería ser un centro comprometido en la formación del alumnado y no solo en lo que a nivel académico se refiere, sino en la creación de una conciencia y un compromiso con el medioambiente y la agroecología que mediante las competencias básicas (que son aquellas que debe haber desarrollado un joven al finalizar la enseñanza obligatoria para poder lograr su realización personal, ejercer la ciudadanía activa, incorporarse a la vida adulta de manera satisfactoria y ser capaz de desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo de la vida), les ofrece una serie de herramientas que sin duda usarán y no olvidarán el resto de sus vidas.