Hortaleza es un distrito pionero en el compostaje, como confirma la próxima instalación de composteras comunitarias para que el vecindario transforme la basura orgánica de sus hogares en abono. Así como la afluencia en la primera jornada de huerto compostaje celebrada el pasado 24 de septiembre en el colegio público Luis Cernuda, donde su alumnado recicla, desde hace meses, los restos del comedor, a la que acudieron decenas de personas procedentes de todo Madrid, también expertos como Alfonso del Val, impulsor del compostaje comunitario en Pamplona, con 30 años de experiencia trabajando en proyectos de energías renovables, agua y residuos, que definió la situación en España como preocupante y puso como ejemplo la desertización de nuestra tierra debido al uso intensivo de la agricultura.
Apuesta por el reciclaje
Para Alfonso, la solución es el compostaje comunitario, ya que, por un lado, se evita la contaminación que se produce en la incineración de los residuos y, por otro, se genera compost con el que abonar los campos. Dada su experiencia en el mundo de la gestión de residuos, se quejó de la falta de técnicos y de programas, así como de la poca formación universitaria que existe en este ámbito.
En nuestro distrito, sin embargo, esa formación comienza en los colegios. Centros educativos de Hortaleza relataron sus experiencias hortelanas, como el colegio Esperanza o el propio Luis Cernuda, donde varios alumnos como Alejandro, Sofía, María y Gorka explicaron la transformación de los residuos del comedor en compost.
Trabajo en red
Tras la comida, llegó el turno de las experiencias de huertos comunitarios de Madrid. Desde el vecino barrio de la Alameda de Osuna, se relató la colaboración con la Fundación Manantial, una asociación de atención social e integral de personas con enfermedad mental crónica.
También conocimos Ecocivita, que trabaja por la implantación de modelos alternativos de gestión de residuos municipales, modelos que generen beneficios ambientales, económicos y sociales gracias a su potencial como motor de empleo e integración de los colectivos más necesitados. Además, participaron el Huerto de la Cornisa, Madrid Agrocomposta y Composta en Red, que actúa en localidades de toda España.
La jornada culminó con más voces expertas, como Emilio Blanco, botánico de profesión, que aportó su visión sobre la relación entre la agroecología y las tradiciones rurales y sobre encontrar lo rural en lo urbano. Por último y proveniente de la Universidad de Málaga, Miguel Ángel Quesada nos invitó a reflexionar sobre la agroecología (un tipo de agricultura alternativo frente a las prácticas convencionales, por lo general, basadas en el despilfarro del agua, los productos químicos y los monocultivos) donde se busca la sostenibilidad y la productividad mediante la aplicación del conocimiento ecológico a su diseño y manejo.
De esta jornada, podemos sacar en conclusión que ya va siendo hora de devolver a la tierra parte de lo que nos da y que la mejor manera es utilizando los residuos caseros para generar compost de la mejor calidad posible. Si la vida no tira nada, no lo hagamos nosotros.