Si Hortaleza tuviese un equipo de fútbol en Primera División, nuestro barrio aparecería a diario en medios de comunicación de todo el mundo. Sus colores teñirían las calles del distrito con banderas del club colgadas en balcones, y su escudo luciría con orgullo en la parte de atrás de muchos vehículos.
Si Hortaleza tuviera un equipo en lo más alto, estrellas como Cristiano Ronaldo y Leo Messi nos visitarían al menos una vez al año, y la expectación paralizaría el barrio. Si Hortaleza tuviera un equipo de fútbol codeándose con los mejores de España, nadie duda que las administraciones pondrían todas las facilidades para que nuestros embajadores deportivos contasen con las mejores instalaciones posibles, porque su imagen sería la de todo un barrio.
La cuestión es que Hortaleza ya tiene un equipo de fútbol en Primera División, pero la mayoría del vecindario lo ignora. No ayuda que haya tenido que marcharse fuera del barrio (y de la ciudad) para disputar sus encuentros en la máxima categoría. Un exilio que no ha provocado las protestas de aficionados, ni el lamento de responsables políticos. Porque este equipo de fútbol es de chicas. Y en este deporte, las mujeres siguen jugando con desventaja.
UNA MADRID DE CHICAS ‘REAL’
“La mayoría de la gente, cuando le dices que estás en Primera del fútbol femenino, no sabe de lo que estás hablando. Saben que existe el fútbol femenino, pero casi nadie sabe ni cómo va la liga, todavía es algo bastante desconocido”, admite Saray García, una de las veteranas, a sus 33 años, de la plantilla del Madrid Club Femenino de Fútbol (Madrid CFF), club joven y formado únicamente por chicas fundado en Hortaleza en 2010. El pasado mes de junio, y tras haberlo intentado en las tres anteriores temporadas, logró el ansiado ascenso a la denominada Liga Iberdrola, donde se han convertido en el equipo revelación y se mantienen invictas al cierre de esta edición.
La mayoría de la gente, cuando le dices que estás en Primera del fútbol femenino, no sabe de lo que estás hablando” Saray García, Madrid CFF
Allí compiten con las chicas de históricos clubes como el FC Barcelona, Atlético de Madrid, Valencia o Athletic Club de Bilbao. Pero no lo hacen con el Real Madrid. Tampoco ellas tienen nada que ver con el club blanco aunque ese sea también el color de su uniforme. La entidad de Chamartín es el único grande del fútbol español que todavía no tiene sección de fútbol femenino, y ese vacío lo ocupó el Madrid CFF, que desde su fundación está asentado en el polideportivo Luis Aragonés del barrio hortalino de Villa Rosa, aunque tras el ascenso se le quedó pequeño para disputar una competición profesional.
La ausencia en nuestro distrito (y en el resto de la capital) de un terreno de juego municipal adaptado a los requisitos de la Primera División ha provocado el éxodo de las futbolistas a la localidad de San Sebastián de los Reyes, aunque su extensa cantera, formada por más de 200 niñas y jóvenes de todas las categorías, sigue entrenando en Hortaleza, donde el club mantiene su sede social.
‘DRAGONAS’ QUE VUELAN ALTO
Resulta paradójico que una ciudad como Madrid, donde el fútbol es el indiscutible deporte rey, no pueda retener a un equipo femenino de Primera División por carecer de un campo adecuado donde alojarlo. Una situación que hace años sufrió el club de rugby XV Hortaleza, que acostumbraba a errar por terrenos de juego prestados hasta que el Ayuntamiento de Madrid se decidió a construir en nuestro distrito el primer campo municipal dedicado a un deporte aparentemente minoritario, pero que en Hortaleza ha crecido espectacularmente.
Nuestro barrio cuenta con más jugadores y jugadoras de rugby que cualquier otro en toda España: más de un millar. Y desde 2015, las ‘dragonas’ del equipo senior femenino del XV Hortaleza son su estandarte en la División de Honor española, una competición restringida a los ocho mejores equipos de todo el país.
No espero nada a cambio más que el disfrute, porque es lo que quiero, y juego porque lo hago con mis amigas” Nuria Núñez, XV Hortaleza
La historia de las chicas del XV Hortaleza ha sido meteórica. El equipo surgió hace poco más de un lustro, y lo empezaron formando un pequeño grupo de amigas y novias de los chicos del club. Al principio no llegaban ni a completar las quince jugadoras de una alineación. Pero hace dos años se plantaron en las puertas del ascenso. Y contra todo pronóstico alcanzaron a la cumbre.
“Fue alucinante, porque era algo que ninguna nos esperábamos, no nos lo podíamos creer”, rememora Nuria Núñez, una de las capitanas del XV, que guarda aquel recuerdo como “uno de los momentos más bonitos” de su vida. Tres temporadas después, las ‘dragonas’ permanecen en la élite. “Y eso que es mucho más fácil descender que lograr el ascenso”, afirma la jugadora de un equipo que se ha convertido en uno de los emblemas del barrio.
CURRELAS EN LA ÉLITE
Nuria, de 27 años, es matemática y trabaja en una consultora. Al igual que el resto de sus compañeras, compatibiliza su profesión con la máxima competición. “Ahora tengo flexibilidad en el trabajo, pero antes tenía que salir corriendo para llegar a entrenar, había días que no tenía tiempo ni para comer. Pero es mi ‘hobby’ y yo lo he decidido, y no espero nada a cambio más que el disfrute, porque es lo que quiero, y juego porque lo hago con mis amigas”, explica la capitana de las ‘dragonas’, ilusionadas por ser, por primera vez, portada de un periódico.
Ella y sus compañeras Casilda Graiño e Ilenia Fernández ejercen de anfitrionas en el campo de rugby de Hortaleza para la sesión de fotos conjunta con las chicas del Madrid CFF, que acuden representadas por sus tres capitanas: Saray García, la portera Paola Ulloa y Alba Mellado, que ya ha logrado ser elegida mejor jugadora en una de las primeras jornadas de la Liga Iberdrola.
De izquierda a derecha: Nuria Núñez, Alba Mellado, Ilenia Fernández, Saray García, Casilda Graiño y Paola Ulloa / Foto Sandra Blanco
Tras las presentaciones y ‘enhorabuenas’ recíprocas, la conversación que surge entre ellas revela que dentro del deporte femenino existen también brechas. Las futbolistas sí reciben remuneración, aunque sus salarios son equiparables a cualquier ‘currela’, y siguen estando a una distancia sideral de las millonarias nóminas de sus homólogos de la Primera División masculina. Sin embargo, la sensación de agravio no las hace mella.
“Obviamente tenemos menos ventajas que en el fútbol masculino, que tienen más oportunidades, y se nota en las instalaciones o en los patrocinios. Nosotras no generamos ingresos porque no estamos a la vista de tanta gente”, reflexiona la joven delantera Alba Mellado, aunque subraya los progresos del fútbol femenino en España. Los partidos de Primera División empiezan a ser televisados, y en algunos campos, como el bilbaíno San Mamés, se han registrado afluencias de miles de personas en las gradas para ver partidos femeninos.
CONTRA LOS TÓPICOS
“El error es hacer la comparación entre el fútbol masculino y el femenino, porque ellos llevan años y el nuestro está creciendo”, tercia Saray, optimista. Sabe que el futuro del fútbol tiene nombre de mujer, porque lo ve en las categorías inferiores de su club, donde se asienta la normalización de que una niña le quiera dar patadas a un balón. “Está el tópico de asociar el fútbol a la figura masculina, pero ese tópico se está perdiendo y al final el deporte es deporte, no es masculino o femenino”, sentencia.
El resto de compañeras asienten, y las jugadoras del XV Hortaleza destacan que, si han sentido incomprensión, ha sido por practicar un deporte minoritario. “Lo confunden muchas veces con el fútbol americano, y cuando lo ven te dicen que es muy agresivo para chicas, pero esto es lo que más feliz me hace en la vida”, afirma Ilenia sonriente. “Te miran y dicen: ¿Tú rugby? La gente se queda pillada, hace unos años ni sabían qué deporte era ese”, añade Nuria también entre risas.
A diferencia de las estrellas del deporte masculino, las jugadoras de ambos equipos denotan humildad. Sin el uniforme, son jóvenes trabajadoras o estudiantes con los pies en el suelo. Todas coinciden en cuál es su propósito esta temporada: “No descender y seguir creciendo”. Objetivo realista, aunque la realidad revela que el Madrid CFF ha debutado en la Primera División codeándose en lo alto de la tabla con Atlético de Madrid y FC Barcelona, y las ‘dragonas’ encadenan su tercer curso consecutivo entre las mejores del país. Tras las fotos y la entrevista, las chicas intercambian sus números de teléfono y se emplazan para entrenar juntas un día. Les une el barrio, pero un camino compartido: la visibilización de la mujer en deportes que hasta hace poco parecían restringidos a los hombres. Y conseguirlo es su mayor éxito.
MADRID CFF: UN PERIPLO QUE PUEDE CULMINAR EN EL BERNABÉU
Al empresario Alfredo Ulloa, dueño de Ópticas Ulloa, su hija le salió futbolista. Y él, que es madridista, fue a buscar hueco para la pequeña en las categorías inferiores del conjunto blanco. Pero se topó con la sorprendente ausencia del Real Madrid en el fútbol femenino: sigue siendo el único gran club sin equipo de chicas. Así que en 2010 decidió fundar su propio ‘Madrid’, sin corona en el escudo ni hombres en el terreno de juego.
Por proximidad, el club se instaló en un recinto de resonancia rojiblanca como el polideportivo Luis Aragonés, y allí las futbolistas han recorrido todos los peldaños hasta Primera División, un éxito que ha provocado la mudanza del equipo a San Sebastián de los Reyes. Pero la cantera se queda en el barrio, y sus 250 futbolistas (muchas son llamadas a las categorías inferiores de la selección española) seguirán formándose tanto en el Luis Aragonés como en un terreno de juego muy próximo a la casa natal de ‘zapatones’, el recién estrenado en la Escuela CES, en el antiguo colegio de los Paúles.
Mientras tanto, las jugadoras del primer equipo visitarán esta temporada los campos de los mejores equipos de España. Y quizás no tarden en pisar el del Real Madrid, pero como locales. Ulloa, el presidente del Madrid CFF, asegura que no ha recibido ninguna llamada de Florentino Pérez, pero admite que no le importaría que su club se transforme algún día en la sección femenina del club de Chamartín.
XV HORTALEZA: EL CLUB QUE ECHÓ RAÍCES JUGANDO EN TIERRA
“El rugby es un juego de villanos jugados por caballeros”, se suele decir para contraponer el deporte del balón oval con el fútbol. Y la frase revela la masculinidad asociada tradicionalmente al rugby, minoritario fuera del ámbito universitario en nuestro país hasta hace pocos años. Por eso cuando se fundó a principios de este siglo el XV Hortaleza, los entrenamientos se realizaban en campos de tierra que se pedían prestados a los clubes de fútbol del barrio.
Sin embargo, el excelente trabajo de formación del club, que ha llevado el rugby incluso a los colegios de Hortaleza, tuvo su recompensa con la construcción en nuestro distrito del primer campo municipal dedicado a este deporte. A la sombra del Liceo Francés, que tiene la mayor cantera de España, el XV Hortaleza ha crecido hasta ponerse a la altura del otro club del barrio con más de 500 jugadores y jugadoras de todas las categorías. Aunque las chicas son minoría, su equipo sénior es, tras el ascenso a la División de Honor, el emblema del club y también del deporte hortalino.
El año pasado, las ‘dragonas’ recibieron el reconocimiento del barrio en las Fiestas de Hortaleza, de las que fueron pregoneras con un emotivo y divertido discurso que reafirmó el compromiso del club con la realidad social de su barrio. El contagio por el rugby también ha alcanzado a las madres de los más ‘peques’ de la cantera, que han formado su propio equipo. Se hacen llamar las ‘khaleesis’, porque son las madres de los ‘dragones’.