Un lacónico adiós con sabor a derrota encabezaba el pasado 26 de enero el mensaje que publicaba la Asociación de Madres y Padres del Alumnado (AMPA) del instituto público Rosa Chacel en su cuenta de Facebook.

Han sido tres años de duro trabajo, dedicación y compromiso para conseguir que este centro de la UVA de Hortaleza, una de las zonas más desatendidas por las administraciones, mantuviera la oferta educativa de la ESO y Bachillerato, enseñanzas que el gobierno de la Comunidad de Madrid ha decidido extinguir en este instituto público para dedicarlo exclusivamente a la Formación Profesional.

OPINIONES

Su última presidenta, Asun López, expresa con pesimismo que “nos hemos quedado sin una forma institucional de estar presentes en la vida del IES a través del Consejo Escolar”. Sabe que, como familias, aún pueden denunciar los problemas ante la inspección, pero “nunca podrá compararse con el poder de una comunidad organizada como era el AMPA”, que el año pasado logró mantener la ESO un curso más, aplazando la decisión de la consejería de Educación de cerrar las matriculaciones en Secundaria.

La dirección del centro no ha querido hacer declaraciones; sin embargo, Rafael Ceballos, profesor de Matemáticas, responde que “es una pena este desprecio a los chicos y a las familias del barrio” y se teme que, para el próximo curso, vaya a ser peor, pues ha llegado la noticia de que no va a admitirse ni una matriculación en bachillerato de alumnos que procedan de otros centros.

La hasta ahora secretaria y portavoz del AMPA, Maite Núñez, lamenta las cifras de asociados (“este año, solo ocho”) y reconoce que “los mismos de siempre no queríamos renovar”. Para ella, la lucha para evitar el cierre “tuvo como resultado una prórroga”.

Mari Cruz Sánchez, vocal del AMPA, considera que “se renuncia a intervenciones fundamentales en las decisiones educativas sobre nuestros hijos”. Para ella, esta es la consecuencia “del desinterés de las familias y la falta de voluntad participativa”.

José Luis Pazos, presidente de CEAPA, comprende que “años de desgaste personal contra una administración educativa, que aplica su rodillo, no es fácil de soportar y desalienta a los que tienen que venir por detrás”; no obstante, añade: “Pero vendrán, sin duda”.

REACCIONES

En cuanto al alumnado, Achraf Benzidiya se pregunta “qué sentido tiene que el AMPA siga activo si va a desaparecer el instituto”; sin embargo, Beatriz, una antigua alumna, considera que el AMPA “debiera mantenerse, al menos, hasta que deje de haber estudiantes de bachillerato”. Rebeca Higueras valora negativamente la disolución del AMPA por su papel de representantes “más cercanos a los problemas del instituto” y Rebeca Molina, también antigua alumna, reivindica “una mayor presencia de los padres trabajando de la mano con los profesores por los alumnos”. La desaparición del AMPA, para esta exalumna, es “un gran error” y la desaparición de la ESO y el Bachillerato “es igual que si tiraran el edificio abajo”.

Tras el anuncio de la disolución del AMPA del Rosa Chacel, en las redes sociales, podía leerse: “Gracias por la lucha de Norte a Sur y de Este a Oeste”; a fin de cuentas, la del Rosa Chacel ha sido una de las movilizaciones “cardinales” de la Marea Verde.

Pese a todo, para el grupo de madres y padres que intentó que se mantuviese la oferta educativa de la ESO y el Bachillerato, queda cierta satisfacción y esperanza. Como declara Maite Núñez: “Hemos hecho lo que creíamos justo, ahora solo esperamos que nuestro impulso de estos años quede y se mantenga, aunque ya no estemos”.

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