Hace más de un mes que se cerraron todos los centros escolares del distrito con el objetivo de evitar la propagación del coronavirus (COVID-19). Un mes en el que los más pequeños de la casa no han podido ir al parque, ni jugar con sus amigos ni ver a sus abuelos. Más de un mes sin salir para nada de sus hogares, que también han tenido que adaptarse para poder seguir sus clases a través de plataformas digitales.

Algunos expertos y expertas en psicología comienzan a señalar la importancia que tiene que los niños y niñas más pequeños salgan a la calle debido a la necesidad de estímulos para su correcto desarrollo. Según Jean Piaget, psicólogo y biólogo suizo que se hizo famoso por el estudio de la infancia, al igual que nuestro cuerpo crece rápidamente durante los primeros años, nuestras capacidades mentales también evolucionan a través de unas fases cualitativamente diferentes entre sí y que no deben verse alteradas.

Pero ¿cómo viven ellos el confinamiento? Cada uno, según su edad va a tener reacciones distintas y verá esta situación de manera diferente. Por ello, hemos querido hablar directamente con las hortalinas y hortalinos más pequeños para que nos cuenten su día a día.

BAILANDO Y CANTANDO EN LA TERRAZA

Para Anna, de 5 años, el coronavirus es «un bichito que te atrapa, pero tú no lo ves». Sabe que te puedes poner enfermo y por eso no se puede salir a la calle. «Pero sí salgo a la terraza todos los días a cantar y bailar».

También nos cuenta que su profesora le manda vídeos todos los días y le dice los deberes que tiene que hacer. «Es divertido, luego juego, pinto, bailo y veo un poco la tele».

Anna calentando ballet

Anna (5 años) haciendo sus calentamientos de ballet.

Su madre nos cuenta que no cree que entienda que la gente se puede morir por eso, solo sabe que es malo. Su hermana pequeña Eva, de 2 años, hace lo mismo que su hermana, es pequeña para entender el confinamiento y saber lo que es el coronavirus.

ECHANDO DE MENOS A LA PROFESORA

Con tan solo 4 años, Sabina sabe que no se puede salir a la calle porque «el coronavirus te quiere atrapar y ponerte malita».

Hace un dibujo con un coronavirus tan grande como ella, el coronavirus sonríe y, cuando le preguntas por qué, te dice que «porque te quiere coger, pero no va a poder». También hace los deberes que le dice su profe, a quien echa de menos, pero ya se ha aprendido dos poesías preciosas para ella.

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Dibujo de un coronavirus de Sabina (4 años).

Nos dice que su hermano Bruno, de 2 años, se porta mal y, si se porta mal, no saldrá a aplaudir y cantar a las ocho de la tarde. «Es un poco bruto», asegura.

HACIENDO PINITOS COMO PINTORA

Jana, de 10 años, nos escribe y nos dice que ya lleva un mes de confinamiento. Reconoce que tiene más cambios de humor que antes, aunque afirma no llevar muy mal el estar en casa, ya que ha descubierto el mundo de la acuarela y hace sus pinitos como pintora. «He descubierto algo en mí que no había llegado a conocer del todo».

"He descubierto algo en mí
que no había llegado a conocer del todo"
Jana (10 años)

También admite como algo bueno que, al tener más tiempo libre, ha podido organizar su cuarto y decorarlo. Además, está disfrutando de sus gusanos de seda a los que atiende y observa. Muriel, su hermana de 4 años, pinta, trabaja y hace ballet, así que aprovecha bien el tiempo.

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Acuarela de Jana (10 años).

Como vemos cada niño es distinto y vive la situación de aislamiento de diferente manera, aunque todos tienen en común que ese ratito de los aplausos solidarios se vive con alegría y se espera con ganas.

Todos tienen en común que ese ratito de los aplausos solidarios se vive con alegría y se espera con ganas

Estos locos bajitos nos dan a todos y todas un ejemplo de adaptación y aceptación, no estaría nada mal, ahora que tenemos tiempo, recuperar un poquito de nuestra infancia y volvernos un poquito más niños.

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