El pasado 30 de enero el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, asistía a la colocación de la primera piedra del plan urbanístico residencial La Solana, promovido por un fondo inversor entre los barrios de La Moraleja y Valdebebas. Este desarrollo, comercializado antes como La Solana de Valdebebas (reparcelación del Suelo Urbanizable Sectorizado 4.10 RP), contempla levantar en Hortaleza 1.393 viviendas (el 46% será de protección pública y 422 serán promovidas por el Ayuntamiento).
La actuación afecta en concreto a una amplia parcela de más de un millón de metros cuadrados (con un total edificable de 289.669 metros cuadrados), que incluye una amplia extensión de antiguos campos de labranza y que busca unir Valdebebas con la ciudad aeroportuaria de Barajas y la exclusiva urbanización de La Moraleja (Alcobendas). Tanto el Consistorio como los promotores aseguran que el plan conservará “los espacios naturales existentes, como el arroyo de Valdebebas o la vía pecuaria Vereda de los Toros”, aunque la realidad es que la actuación afectará a una de las pocas áreas rústicas que se mantienen aún sin urbanizar en Hortaleza.
Los terrenos pertenecerían, en principio, a una veintena de propietarios (incluida la Administración pública). La ejecución del plan urbanístico se realizará mediante una Junta de Compensación, integrada por propietarios y presidida por Manuel Jordán, siendo la empresa Agrupación Gestora Solana de Valdebebas la encargada de dirigir todo el proyecto. Culmia (antigua promotora de Banco Sabadell y propiedad del fondo norteamericano Oaktree Capital Group) ha sido la encargada de adquirir los terrenos y prevé invertir 92,7 millones de euros en la puesta en marcha de este proyecto residencial. El plazo de duración previsto para la ejecución de las obras es de 24 meses.
Los promotores de La Solana impulsarán la instalación de una clínica universitaria de asistencia primaria, dos colegios y un club deportivo
La Junta de Compensación del nuevo proyecto asegura que su diseño busca minimizar el impacto ambiental y respetar el entorno natural. “La disposición de los edificios sigue un eje norte-sur, aprovechando las diferencias de nivel del terreno para optimizar el flujo de viento y el control del soleamiento”, comentan desde la promotora, lo que permitirá “generar corrientes que eliminan la necesidad de energía adicional para calefacción y reducen significativamente los requerimientos de refrigeración en verano”.
El plan de La Solana reservará asimismo 290.000 metros cuadrados a espacios verdes, que incluyen “corredores peatonales con senderos y caminos que priorizan el tránsito peatonal y no motorizado y carriles para bicicletas”. La biodiversidad es otra de las características del proyecto, ya que se prevé plantar más de 4.600 árboles para dar “continuidad al parque forestal Felipe VI” y crear hábitats para la fauna local. A su vez, la antigua vía pecuaria Vereda de los Toros será ampliada, desde los 18.300 metros cuadrados hasta los 26.041 metros cuadrados, para “su recuperación efectiva”, comentan desde el Ayuntamiento.
La Solana destinará 46.500 metros cuadrados a redes públicas de servicios colectivos (equipamientos, servicios públicos y deportivos), 141.500 metros cuadrados a viario local y 45.000 metros cuadrados a vía pública principal. Se complementará con una reserva de 104.000 metros cuadrados para usos dotacionales privados que den servicio a los vecinos.
Asimismo, se habilitarán comercios de proximidad en las plantas bajas de los edificios residenciales situados en torno al eje central y se reservarán dos parcelas a uso exclusivamente comercial (una central de 5.000 metros cuadrados edificables y otra, al oeste, de 3.000 metros cuadrados). Los promotores de La Solana impulsarán, además, la instalación de una clínica universitaria de asistencia primaria, así como de dos colegios y un club deportivo, que darán servicio a unas 3.500 personas, según previsiones del Consistorio.