A lo largo del curso escolar, son miles los niños y niñas que visitan con sus colegios las bibliotecas del Ayuntamiento de Madrid. En estos centros del saber, el alumnado recibe formación sobre lo que es una biblioteca –con incidencia en la que se encuentra–, su funcionamiento y sus fondos, además de disfrutar de manera lúdica de actividades de animación a la lectura.
Desde los años ochenta, cuentos con valores como Nadarín (antes representado con una pecera de verdad), Los tres bandidos (con sus célebres gorros), Sopa de calabaza (con las ollas de cartulina que se llevan a clase), El grúfalo, El gallo Kiriko y tantos otros han supuesto, en cierto modo, un reto para el personal de una red de bibliotecas que con frecuencia disponía de contados medios y escasa gente para hacer llegar al grupo el relato escogido según la edad. Pero todos los esfuerzos quedaban compensados cuando las visitas se iban contentas.
Biblioteca Activa es un catálogo de la red de bibliotecas públicas de la ciudad con ochenta actividades infantiles
Como fruto de su dilatada experiencia, la red de bibliotecas municipales de la ciudad de Madrid dispone ahora de un catálogo, que se encuentra compuesto por iniciativas de todo tipo, las cuales ofrecen aproximadamente ochenta actividades infantiles, que se han agrupado bajo el nombre de Biblioteca Activa. Las bibliotecas, además, son libres para crear las actividades que consideren.
La biblioteca municipal de Huerta de la Salud, siempre preocupada por el patrimonio histórico del distrito, y que intenta romper los muros físicos de su edificio, ofrece a los centros educativos, como colofón a la cita, una visita guiada al cercano Silo de Hortaleza. La plantea, como algo opcional, para grupos de tercero de Primaria en adelante.
Primero se habla del Silo por fuera, enmarcándolo en una Hortaleza que fue pueblo hasta 1950, con la puerta ornamental que hay próxima también en las explicaciones. Luego se detiene en la planta baja frente a los utensilios rurales usados antaño y, finalmente, sube a su privilegiado mirador para observar los distintos barrios del distrito y el resto de Madrid. Al terminar, se anima a niñas y niños a que vuelvan al Silo para explicárselo ellos a sus familiares.
Visita al Silo de alumnado del colegio La Inmaculada junto a la biblioteca Huerta de la Salud. CEDIDA POR EL COLEGIO LA INMACULADA
