Y aquí estamos, sólo tres años después, niños después, familias menos después, un universo después, zarandeados, masticados y escupidos. Una vida. Estamos en nuestro parque, otra vez. Para celebrar. Vuelven las fiestas
Y aquí estamos, sólo tres años después, niños después, familias menos después, un universo después, zarandeados, masticados y escupidos. Una vida. Estamos en nuestro parque, otra vez. Para celebrar. Vuelven las fiestas
En Hortaleza existe un lugar donde conviven en paz rusos y ucranianos: la catedral ortodoxa de Santa María Magdalena. Allí la invasión de Ucrania duele como una guerra fratricida, y el templo se ha convertido en refugio espiritual contra la guerra
En Hortaleza cuando no quieren tirar un antiguo seminario para construir un gimnasio ponen a la venta una finca histórica para hacer más oficinas. Son más punkis que Mayakovski y Las Vulpes juntas.
Si no fuera porque no quiere uno pensar mal de las intenciones de Ayuso, deduciría que quiere beneficiar a la sanidad privada, que no ha parado de ganar contratos en la Comunidad, mientras que la sanidad pública se ahoga en recortes
La historia del solar de la calle Machupichu, en Hortaleza, da también para un delirio, pero esta vez no es literatura
La movilización popular en Hortaleza ha impedido tres crímenes: uno contra el pasado en el casco viejo del pueblo; dos contra el futuro: un megaparking que estamos a tiempo de convertir en una biblioteca, y el tercero, contra el futuro de los niños de un colegio público
Hay décadas donde no pasa nada y hay semanas donde pasan décadas. Esta década ha pasado como si fuera un siglo. Lo malo es que el incendio nos ha devorado a todos
En Madrid han muerto 6.000 ancianos de covid en residencias desde el comienzo de la pandemia. Pasarán los años y no nos explicaremos cómo permitimos que sucediera
Aunque ahora parezcan políticas sólo de Cuba o de Corea del Norte, hubo un tiempo en el que quienes gobernaban en España asumían que había que solucionar el problema de la vivienda en ciudades como Madrid
En el diseño que está haciendo de Madrid, la derecha le ha colgado a Hortaleza un destino funesto: ser aparcamiento. ¿Quién quiere bibliotecas o parques, cosas de rojos?