Es entendible que en una situación extraordinaria como la que nos encontramos, donde algunas de las recomendaciones pasan por limitar al máximo posible el contacto social o tratar de salir lo menos posible de casa, pueda generar una mirada hacia el ombligo, con ciertos comportamientos individualistas.

Sin embargo, como casi siempre, una respuesta individual a un problema tan complejo quedaría corta. Ante problemas comunes hace falta una respuesta colectiva donde el foco no esté puesto en intereses particulares sino en un bienestar general, de la comunidad.

Somos seres sociales, que vivimos en comunidad, si mis actos no piensan en los otros, y cada uno piensa exclusivamente en lo suyo, apaga y vámonos, que por mucho que salgamos de esta crisis, saldremos igual directos al fracaso.

Ir corriendo al súper a llenar el carro es una respuesta individual que no tiene en cuenta al resto de personas que irán después y se encontrarán con las estanterías vacías ante una compra desmedida que era innecesaria. Esta ha sido una situación, que lamentablemente sigue dentro de la dinámica de ‘que a mí no me falte de nada’, independientemente de lo que le falte al otro. Al fin y al cabo esto es lo que nos enseña este sistema económico en el que vivimos.

Ir corriendo al súper a llenar el carro es una respuesta individual que no tiene en cuenta al resto de personas que irán después y se encontrarán con las estanterías vacías

Ir pasillo por pasillo sin haber mirado tu despensa y arrasando con los productos sin saber qué es lo que necesitas es de nuevo un acto irresponsable de consumismo, que ya no es cuestión a replantear únicamente por esta situación actual. Ahora que vamos a tener tiempo de estar en casa sería bueno dedicarle un rato para replantearnos qué podemos hacer nosotros, pensando de nuevo en colectivo, qué tipo de mundo queremos. Recordemos que una de las mayores formas de hacer política es a través del consumo.

Apostemos por la soberanía alimentaria, esto es, la capacidad de determinar el abastecimiento de alimentos para la población a partir de una producción local y nacional, respetando la diversidad productiva y cultural. Aprovechemos también esta situación para primeramente reducir el consumo, los residuos que generamos, y apoyar el comercio local. Otra de las vías es formar parte de un grupo de consumo ecológico, una manera colectiva de afrontar el consumo, compra colectiva directa a pequeños productores/as y reparto conjunto.

Aprovechar la cuarentena para irse al pueblo sin seguir las recomendaciones públicas sería otra respuesta que tampoco parece que haya pasado el filtro de pensar qué efectos tiene mi comportamiento. No parece que haya bastado la recomendación de quedarse en casa, quizá había que haber dicho que si no te quedas en casa puede provocar la muerte de más gente, y vas a dificultar la gestión sanitaria de esta pandemia y de otras posibles urgencias que puedan ocurrir fuera de ella.

Si no te quedas en casa puede provocar la muerte de más gente, y vas a dificultar la gestión sanitaria de esta pandemia

Pensar en colectivo a veces significa que uno se tiene que joder (como el resto) y estar en casa no es un capricho, es pensar que las personas mayores que están en tu pueblo no caigan enfermas, que lamentablemente en pueblos o en ciudades pequeñas no tienen los servicios para atender la llegada de casos así.

De aquí podemos también sacar algunas ideas del movimiento feminista, que aparte de reivindicar derechos nos han hecho darnos cuenta de que como hombres venimos disfrutando de ciertos privilegios por el hecho de ser hombres, y si queremos igualdad, también tenemos que hacer renuncias, pérdidas de poder, pensar en el colectivo. Qué mejor ejemplo que el movimiento feminista y las comisiones del 8M que se encuentran en los barrios.

También pienso que ojalá no estuviésemos todas concentradas en torno a unas cuantas grandes ciudades, y hubiese posibilidad de que la gente no tuviese que migrar para buscar trabajo o porque no hay nada que ofrecerles. Esto que últimamente se llama la España vaciada.

Pensar en el interés general y en la comunidad, es querer cuidar nuestra sanidad pública, proteger a las trabajadoras que la sustentan y que puedan trabajar en las condiciones oportunas. Tenemos que aprovechar esta situación para seguir peleando por una sanidad pública y universal, revertir los recortes que se han ido dado en beneficio de la sanidad privada. Y cuando toque volver a salir a la calle, hacerlo masivamente, de nuevo una marea blanca que grita sanidad 100% pública.

Pensar en el interés general y en la comunidad, es querer cuidar nuestra sanidad pública, proteger a las trabajadoras que la sustentan

Ahora más que nunca, es importante valorar el esfuerzo y tomar de ejemplo a quienes vienen de manera colectiva luchando también por aquellas a las que se les negó el derecho a la salud, y han obtenido apoyos de grupos de acompañamiento como Yo sí Sanidad Universal.

No se trata de dar respuestas individuales, busquemos respuestas colectivas sustentadas en compromisos personales.

La comunidad sigue cuando salimos a las ventanas y nos emocionamos viendo a gente que como nosotras que aplaude agradeciendo a todo el personal sanitario su esfuerzo, y se oyen gritos de sanidad pública. La comunidad existe cuando se organizan festivales de música ‘online’ gratuitos para que el aislamiento en las calles pase mejor.

Comunidad es cuando vecinos de un mismo bloque hacen un grupo de WhatsApp para estar en contacto y genera una red apoyo. Cuando una vecina pone un papel en su portal ofreciéndose para hacer la compra a sus vecinos más mayores. Estos gestos que son los que nos emocionan y nos dan esperanza. Cuando tenemos en cuenta al otro, y dejamos de mirar a nuestro ombligo.

Van a ser unas semanas duras, pero a veces las crisis son oportunidades y esperemos salir de ella siendo mejores personas y quizá priorizando el bienestar general al exclusivamente individual.

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