Desde abril del 2017, los vecinos y vecinas de Las Cárcavas que pasean por la vía pecuaria que va desde la calle Carmén Rico Godoy hasta la Calle Gregorio Sánchez Herráez han observado que la zona está llena de escombros vertidos ilegalmente por camiones de gran tonelaje, que también ven pasar a menudo por las carreteras aledañas.

“Como no quieren pagar las tasas por deshacerse de los escombros en un punto limpio, los tiran aquí”, nos cuenta un hortalino que pasea todos los días por la zona con su perro. “Hay señales de ‘Prohibido el paso a toda persona ajena’, pero también está abierto y una parte del camino asfaltado”.

Escombros CárcavasEscombros en la vía pecuaria de Las Cárcavas / Foto Álvaro Jiménez

Los vertidos han trasladado al vecindario de Las Cárcavas una imagen que parecía haber sido relegada al pasado. Durante décadas, este barrio luchó contra el incesante caravana de camiones que acudía a diario para descargar toneladas de cascotes y residuos en lo que fue el mayor vertedero ilegal de Madrid, transformado tras años de obras y movimientos de tierras en el actual parque forestal de Valdebebas.

RIESGOS AÑADIDOS

Al evidente impacto medioambiental, se suma el hecho de que esta vía pecuaria alberga una central de bombeo de gas de la compañía Enagás, tuberías del Canal de Isabel II y tendidos de cables de Telefónica, con el consiguiente peligro para las instalaciones. “Muchas veces, con los vertidos tapan señales y pivotes colocados por la compañía del gas o sepultan las tuberías del Canal y las arquetas de Telefónica”, advierte un vecino.

Además, es un lugar sin vigilancia y oscuro, donde se encuentran fácilmente restos de cables de cobre robados y, hace un par de años, una chica fue violada por la noche.

Actualmente también es visitado por pilotos de drones, cazadores de pájaros con red y de conejos con hurón. “Aparte de ser ilegal, esos conejos luego los venden y pasan a la cadena alimentaria sin ningún tipo de control”, indica otra vecina. “Y si les dices algo, además, responden muy violentamente”, añade.

QUEJAS VECINALES

Cansado de la situación, Alberto S., vecino de Las Cárcavas, empezó el pasado verano a denunciar los hechos a través del Servicio de Atención al Ciudadano de la Policía Municipal y también se lo comunicó a la asociación vecinal Las Cárcavas-San Antonio, que reclamó al Ayuntamiento para que trasladasen toda la información a la Junta de distrito. “En noviembre, hicieron una limpieza de la zona, pero a los dos días volvió a estar igual”, asegura Alberto.

Las reclamaciones lograron que el pasado 24 de enero se instalaran puertas en los accesos del puente de la M-11 (entrada a Las Cárcavas) y el paralelo a las vías del tren bajo la M-40 (hacia la calle Estación de Hortaleza).

“Existe un tercer acceso, junto a la gasolinera y el puente sobre la M-40 que cruza a Sanchinarro, donde han puesto un gran bloque de hormigón”. Con esta medida se pretende evitar la entrada a los camiones que transportan los escombros y a las personas no autorizadas.

Vía Pecuaria Las CárcavasAcceso a la vía pecuaria / Foto Álvaro Jiménez

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