Francisca tiene 92 años. Lleva diez sin salir a la calle, salvo cuando su hija contrata una oruga salvaescaleras. Pocas veces se lo pueden permitir, pero el verano en un quinto sin ascensor es un horno. La operación de bajada tiene riesgo y Francisca siente miedo. Este año volverá a sufrirlo.

Su comunidad de vecinos es la del número 26 de la calle Somontín, esa cuyos andamios se han dormido en el tiempo, pero resistieron a Filomena y a la desidia de la primera empresa que quebró. La del 26 es una de las comunidades en las que se impuso la solidaridad y apretaron cinturones para que los hogares de quienes habían perdido movilidad no se convirtieran en cárceles.

Dieron el primer paso en 2016. Primero consiguieron en 2017 la autorización para el aislamiento térmico exterior de las fachadas con el sistema SATE. Era una obra que iba a estar finalizada en tres meses. Tras cuatro años, si esta semana tiene el visto bueno sobre lo hecho, tendrá cubiertos solo dos de los cuatro flancos.

En la comunidad de vecinos, se impuso la solidaridad y apretaron cinturones para que los hogares de quienes habían perdido movilidad no se convirtieran en cárceles

Es una historia larga, llena de papeles, sinsabores, miedo y frustración. Así nos los decía Cristina Albert, anterior secretaria de la comunidad de Somontín cuando contactó con Hortaleza Periódico Vecinal en enero pasado. Entonces aún no había fallecido Enrique, el compañero de Francisca, y la pensión daba para poco y para la derrama. Ahora la paga de Francisca se va íntegra en la derrama “para nada”, como nos cuenta su hija Carmen.

CUATRO AÑOS ESPERANDO

Hemos consultado con Abel Bernardos, responsable de la obra que la comunidad firmó con FAIN Ascensores, tercera empresa en el ranking de su sector que en 2019 facturó casi ochenta y siete millones de euros. Él se incorporó con esta obra en julio de 2020, cuando solo “faltaban remates de dos o tres semanas”.

En su explicación de la demora, comenta que, hasta que no hubo un desvío del gas, no fue posible fabricar el foso del ascensor y argumenta que quizá fuera por un retraso en el pago de las tasas entre la comunidad y Naturgy. Sin embargo, la comunidad responde que fue FAIN quien “hace la solicitud a Naturgy para el retranqueo”, algo que quedó terminado a finales de octubre de 2020.

El principal problema, según la comunidad, es “la subcontrata de la subcontrata” y que la empresa contratada “no supervisó los trabajos ni hizo nada por arreglar los desperfectos a tiempo”. Sin embargo, para el responsable de FAIN, “no se ha reparado en gastos para dar una solución acorde al criterio y a la petición de la comunidad” y anuncia que el ascensor está fabricado y que podría terminarse todo, si el arquitecto da el visto bueno, en el mes de julio.

Tarde para Enrique, pero aún a tiempo para Francisca. ¿Cuántas Franciscas y cuántos Enriques padecen esa prisión domiciliaria? La asociación vecinal de Manoteras no sabe dar un número de casos, pero entre el vecindario siempre hay alguien que conoce a un anciano o una anciana en esa situación. ¿A qué esperan las Administraciones?

 

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