Margarita tiene 67 años, siempre ha sido una mujer independiente y no había sentido el peso de la soledad ni cuando estuvo en la Antártida sin compañía. Pilar, de 61 años, se acaba de jubilar como profesora, y la jubilación ha coincidido con un divorcio que le ha provocado un poco de “descoloque”. Vicente también se divorció recientemente, y a sus 69 años ha estrenado piso de soltero. Los tres viven en Hortaleza.

Los tres viven solos. Pero ninguno de los tres se siente tan aislado desde que participan en un proyecto del distrito para prevenir la soledad no deseada. Un fenómeno creciente que cada vez ocupa más titulares de periódicos o reportajes en televisión, aunque también se multiplican las actividades, proyectos y programas desde la Administración pública y las entidades privadas para prevenirlo. El Reino Unido o Japón son los primeros países en los que existe un Ministerio de Soledad, y en España ya se invierte una importante cantidad de dinero para abordar este fenómeno social.

En la Comunidad de Madrid, más de 276.400 personas mayores de 65 años viven solas en su domicilio, lo que supone cerca del 25% del total de la población en este segmento de edad. En la ciudad de Madrid, el Área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad del Ayuntamiento ha creado una Dirección General de Mayores y Prevención de la Soledad No Deseada para atender de manera específica esta realidad. En la capital, el 9,2% de la población mayor de 65 años reconoce sufrir soledad, según datos del Informe monográfico sobre el sentimiento de soledad en la ciudad de Madrid publicado en 2020.

Este estudio destaca que hay factores sociodemográficos y socioeconómicos que están relacionados con la prevalencia de este sentimiento de soledad, como que se presenta más en mujeres que en hombres, que las personas con dificultad para llegar a fin de mes tienen casi tres veces más probabilidad de presentar sentimientos de soledad, que en el caso de no tener empleo se duplica la sensación se sentirse solo o sola, o que las personas migrantes también sufren más soledad que el resto de población.

SOLEDAD NO DESEADA EN LA JUVENTUD

En cierta medida, las personas mayores pueden sufrir una serie de condicionantes sociales que determinan en mayor medida sentirse solas, como el final de la etapa laboral, la marcha de los hijos o hijas del domicilio familiar, la pérdida de seres queridos o tener problemas de salud. Pero la percepción de soledad y el sufrimiento que provoca no es algo exclusivo de las personas más mayores. De hecho, según datos del Observatorio Estatal de Soledad No Deseada, actualmente el 40% de las personas que la sufren tienen menos de 34 años, una cifra que dobla a la de los mayores de 65 años, siendo el principal motivo la falta de convivencia o apoyo familiar o social que declaran el 57,3% de los encuestados.

El 40% de las personas que sufren soledad no deseada tienen menos de 34 años

La soledad puede venir provocada por problemas de salud, pero también existe una relación directa entre esta sensación subjetiva con el empeoramiento de la salud física y mental de quien la sufre, afectando a la calidad de vida y conllevando un aumento de la necesidad de atención sanitaria y medicalización de la vida cotidiana. Desde recursos especializados de salud mental del distrito de Hortaleza nos trasladan que cada vez son más frecuentes los casos de jóvenes que llegan a atención especializada, muchos de ellos con ideación suicida. El filósofo Santiago López Petit describe la enfermedad no solo como un proceso de destrucción. También plantea que estas enfermedades llamadas de la normalidad, incluyendo por ejemplo la depresión, son formas de protesta contra un mundo que no soportamos. Un mundo que nos hace estar siempre en marcha, aunque hay gente que no lo soporta y enferma.

Hablamos de situaciones que no son médicas, sino sociales, y que podemos vincular con unas condiciones vitales y hábitos de vida propios de las grandes ciudades. Migrantes laborales, largas jornadas de trabajo y menos tiempo para la vida personal, sobrecarga de tareas y ritmos acelerados, dificultad para permanecer en nuestros barrios por el encarecimiento de la vivienda, cambios de vecindario y lejanía de las relaciones familiares y cercanas que generan el deterioro y destrucción de las redes de apoyo. Estos factores, junto con los cambios en los hábitos de consumo, como la pérdida del pequeño comercio por grandes centros comerciales y plataformas online, o el exceso de uso de pantallas fomentan un estilo de vida cada vez más individualista.

Soledad no deseada

Las dos Mercedes, Ascensión y Vicente, intercambiando risas y experiencias en el Espacio Danos Tiempo. SANDRA BLANCO

BARRIOS QUE ACOMPAÑAN

Ante el problema de las ciudades, surge la posibilidad de los barrios para revertir estas dinámicas y buscar en lo cercano, en el vecindario, la creación de redes y comunidad que nos permita sentir más compañía y generar vínculos y sentimiento de identidad, que suponen una fortaleza frente a las dificultades. Existen datos que dan pistas sobre dónde, como sociedad, deberíamos poner el foco y tomar medidas, más que paliativas, preventivas. Según el informe sobre sentimiento de soledad, las personas que participan activamente en su barrio y las que hacen uso de los recursos públicos se sienten menos solas. Del mismo modo, existe una mejor perspectiva para quienes dedican tiempo a cuidarse y procurar su bienestar.

En la Comunidad de Madrid, más de 276.400 personas mayores de 65 años viven solas en su domicilio

El pasado 4 de octubre se celebró en el centro cultural Huerta de la Salud de Hortaleza la segunda edición de la Jornada Técnica de Mayores, un espacio de reflexión sobre la situación actual en el que se visibilizaron las numerosas iniciativas existentes, impulsadas por entidades sociales y administraciones, que desarrollan actuaciones de destacado valor dirigidas a responder a las necesidades de las personas en situación de soledad.

La jornada, organizada por el departamento de Servicios Sociales del distrito de Hortaleza, puso el foco en las actuaciones estratégicas municipales, donde, además de visibilizar la importante labor que se realiza a través de los centros municipales de mayores del distrito, se informó de la existencia de un servicio de atención psicológica y socioeducativa para personas adultas, y un incipiente un proyecto en el barrio de la UVA de Hortaleza, denominado La UVA, barrio amigo de las personas mayores, que trata de detectar, intervenir y derivar situaciones de vulnerabilidad y riesgo en personas mayores de este barrio en el que se han detectado problemas de aislamiento social y necesidades de relacionarse socialmente.

RECURSOS EN EL BARRIO

Otros de los proyectos específicos para abordar la soledad que se dieron a conocer durante la jornada celebrada en Huerta de la Salud son los dependientes de los centros municipales de salud comunitaria, en los que se desarrollan diversos programas de salud preventivos y actividades como visitas a exposiciones, paseos saludables por el barrio o un grupo de WhastsApp denominado red vecinal que da a conocer todas las actividades que se realizan en los distritos de Hortaleza y Barajas.

Proyectos como ‘Hortaleza. Barrios que acompañan’ visibilizan los recursos contra la soledad que existen en el distrito

Por último, y desde el grupo motor Soledades No Deseadas del Distrito de Hortaleza, espacio de coordinación técnica de recursos del distrito donde participan diferentes entidades, muchas de ellas específicas en la atención a personas con problemas de salud mental como el propio centro de salud mental de Hortaleza, los centros de rehabilitación psicosocial y laboral que gestiona la Fundación Manantial o el centro de día de la asociación Candelita, han comenzado un proyecto denominado Hortaleza. Barrios que acompañan, cuyo principal objetivo es visibilizar y reconocer la labor ya existente en el distrito por el movimiento asociativo y vecinal en la creación de redes de apoyo mutuo, dotando también de un sentimiento de pertenencia e identidad a sus vecinos y vecinas, cuestión que favorece la autoestima y el bienestar: asociarse para mejorar la vida.

El pasado 25 de octubre, el grupo motor Soledades No Deseadas del Distrito de Hortaleza otorgó a la asociación vecinal La Unión de Hortaleza, que también acoge el proyecto Enlazando Barrios de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) para ayudar a las asociaciones vecinales en sus gestiones más comunes, el distintivo de «Barrios que acompañan» por su labor reivindicando estos espacios comunes como lugares de encuentro y red de apoyo.

La clave ahora se sitúa en afrontar este fenómeno social en todos los ámbitos de la sociedad y dejar de ligarlo a las personas mayores, con la dificultad que implica el hecho de admitir que se necesita ayuda en esta sociedad tan competitiva y de la apariencia, el hecho de reconocerse en esta sensación cada vez más frecuente y extendida que es la de la soledad no deseada.

Soledad no deseada

Mireia Salazar, orientadora vecinal del proyecto Enlazando Barrios en Hortaleza, sosteniendo el distintivo «Barrios que acompañan» otorgado por el grupo motor Soledades No Deseadas del distrito.

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