Corría el año 1977 cuando el periódico ‘Unión de Hortaleza’ publicaba en portada que la asociación de vecinos de San Miguel lograba, al fin, la instalación de alumbrado de la calle Costa del Sol. Ahora, tres décadas más tarde, los vecinos y vecinas siguen denunciando su situación de desatención ya que, aunque alumbrada, esta calle sigue sin brillar con luz propia.
PRESENCIA DE DROGA
Esta calle se ha convertido en un punto de compra venta de droga que ha puesto en alerta a su vecindario. “Solo tienes que darte una vuelta por aquí para ver la situación, y eso que después de la redada parece que la cosa está un poco mejor”. Carlos, vecino de la zona, se refiere a la intervención en octubre de la Policía Nacional para desalojar uno de los narcopisos ocupado desde hacía tiempo.
Las vecinas de esta calle se quejaban del vaivén de gente que había en estos locales a pie de calle. “Últimamente no se cortaban ni un pelo y te los encontrabas ‘poniéndose’ en la calle o en los parques infantiles”, comenta otro vecino. Por ello, una de las medidas que tomaron conjuntamente la Policía Nacional y la Junta de Hortaleza fue vallar los parques y retirar los bancos de las calles, bajo los que “se encontraban estupefacientes escondidos”.
Por el contrario, hay vecinos que consideran que las cosas se exageran. “Se comenta que si trafican, que si te encuentras jeringuillas tiradas… Pero nunca he visto nada de eso”, nos dice Luisa, vecina del barrio de San Miguel y miembro de la asociación La Unión de Hortaleza, a quien se suman opiniones como la de José Luis, que comenta que San Miguel ha sido siempre “un barrio tranquilo y agradable, alejado de problemas”.
SUCIEDAD Y ABANDONO
La limpieza de esta calle es otro de los principales reclamos por parte de los vecinos de Costa del Sol. Las esquinas de la entrada al metro de Hortaleza están desbordadas de colillas y latas de cerveza. “No es que San Miguel esté abandonado, es que hay una falta de civismo generalizado. Antes venían con más frecuencia a limpiar, y si llamabas al 012 se plantaban aquí enseguida, pero, a las horas, o al día siguiente, volvía a estar en la misma situación”, relata Luisa.
A esto se suma la ubicación de un solar que colinda con una de las entradas al metro y que antiguamente funcionaba como aparcamiento de coches, pero cuya falta de mantenimiento ha causado ya algún pequeño incendio junto a casas y colegios, como el San Miguel, desde donde la AMPA ha mostrado en varias ocasiones la preocupación de que sus hijos convivan junto a este entorno.
Parque en la calle Costa del Sol / Foto Sandra Blanco
La Junta de Hortaleza ha vallado el perímetro de la zona con la intención de retomar una antigua petición de la asociación vecinal Antonio Machado, que solicitaba en el año 2006 la recuperación de un rocódromo existente junto al campo de fútbol del Canillas, pero el Partido Popular, entonces equipo de Gobierno presente en Hortaleza, denegó la propuesta porque la zona propuesta no era la idónea, y prometió que se buscaría otra ubicación para ello. Doce años más tarde, este solar podría ser su ubicación definitiva, ya que, tal como nos explica Roberto Velasco, asesor del distrito de Hortaleza, “este proyecto trata de evitar que haya zonas abandonadas en el barrio sustituyéndolas por otras nuevas que promuevan prácticas como el deporte”.
CALLE MULTIRRACIAL
En el otro lado de la balanza nos encontramos con que esta calle de tan sólo 270 metros y una única dirección se ha convertido en una de las zonas más multirraciales y con mayor movimiento asociativo de nuestro distrito.
Según datos del INE, el barrio de San Miguel es una de las zonas con la vivienda más barata de Hortaleza, con un precio del metro cuadrado de 2.500 euros frente a la media de 3.203 euros del distrito. Estos pisos, en su mayoría de protección oficial y de no más de 50 metros cuadrados, forjaron un barrio humilde y trabajador, reclamo para que muchos inmigrantes hayan decidido iniciar aquí una nueva vida.
Algunos han conseguido, incluso, abrir aquí su propio negocio, como es el caso de la peluquería de Sahara o el locutorio de los hermanos Castillo, quienes contribuyen a dar más vida al barrio, ya que, al tratarse de una zona de comercios, pero envejecida, muchos de los locales tradicionales cerraron tras la jubilación de sus antiguos propietarios.
En el interior de esta calle encontramos ubicadas también la radio comunitaria de Hortaleza Radio Enlace y las instalaciones deportivas de la calle Luis Buitrago, unas de las más completas del distrito. Este fue además el lugar elegido por el ya disuelto colectivo Hortaleza Rebelde para poner en marcha el Torneo Antirracista de Hortaleza, a fin de integrar al vecindario de toda la vida con los recién llegados, y evitar así la formación de un guetto en esta zona.
Una labor que ha dado sus frutos, ya que como nos informan desde la dirección del colegio San Miguel, “en este centro estudian niñas y niños de diferentes nacionalidades, y todos ellos, así como sus familias, están perfectamente integrados”.
Foto Sandra Blanco
Actualmente es sólo una calle que trae problemas a los de alrededor porque no se acoplan a las normas mínimas cívicas de la sociedad y no saben convivir en comunidad
A vosotros os daba yo multiculturalidad, demagogos. Ibais a saber lo que es que una mujer no pueda andar sola por esa calle, cruzándose con grupos de dominicanos parados en las esquinas, tirando basura en cualquier sitio (son sus costumbres), que te roben al llegar por la noche si no vas con ojo, gente borracha gritando. El barrio tomado por una pandilla de indeseables de varias nacionalidades y la poner gente mayor tragando y callando.
Daos una vueltecita por allí, o mejor, llevas a vuestra madre a vivir allí y le habláos luego de tejido asociativo y culturalidad. No tenéis vergüenza.
Hecho de menos mi barrio.