La calle Silvano era desde antaño el camino de Canillas a Madrid. A primeros de junio de 1867 salió a subasta pública la construcción de la nueva carretera de Hortaleza junto con un ramal a Canillas, siendo hoy en día la primera de ellas la calle de López de Hoyos y la segunda la Carretera de Canillas.

En el año 1933 se acometió la reforma de la Carretera de Canillas con vistas al gran depósito de agua del ramal del este del Canal de Isabel II. Posteriormente, en el verano de 1950, se procedió a asfaltar y afirmar el pavimento de la Carretera de Canillas y Carril del Conde -antiguo Camino de la Cuerda, otra vía de comunicación del barrio-.

Crecimiento de Canillas

A mediados de los años cincuenta del siglo XX se empezaron a construir barrios a lo largo de la carretera: el Poblado de Absorción, el Poblado Dirigido, Villa Rosa y La Esperanza. En total unas 11.100 viviendas en menos de 20 años.

El tránsito de camiones con material de construcción, medios de transporte, automóviles, pero sobre todo el de las hormigoneras para levantar las grandes torres de La Esperanza, último barrio construido, hizo que la Carretera de Canillas perdiera casi todo el material que la constituía. La que fue una magnífica carretera para el antiguo casco del pueblo de Canillas, en el que apenas se contaban seis calles, se vio insuficiente y machacada ante el creciente tránsito de vehículos.

Una laguna en la carretera

El otoño del año 1972 fue muy lluvioso y se formó una gran laguna en el antiguo trazado de la Carretera de Canillas entre la ermita de San Blas y el colegio Cabrini, en la actual calle Montalbos.

La profundidad era tal que solo las míticas camionetas P1 (línea periférica) eran capaces de pasar por el lugar. Los vecinos de Villa Rosa que querían salir del barrio se veían obligados a tomar la Carretera de Hortaleza a Canillas -actualmente calle Tiberiades, Mar Adriático y casco de Hortaleza-, dando un gran rodeo; o bien arriesgarse a atravesar un descampado lleno de barro en el que muchas veces se quedaban atascados los coches.

«La laguna», así llamada popularmente, tuvo mucha repercusión en la prensa y los vecinos recogieron varios centenares de firmas que fueron enviadas a los medios de comunicación exigiendo una solución. El problema era acuciante pues estaban a punto de entregarse las llaves de las 800 viviendas de Indocasa (Villa Rosa) y las 3.300 del barrio de La Esperanza.

Mani Canillas 2

Atascos y baches

Tres años después, en septiembre de 1975, la Carretera de Canillas volvió a aparecer en los periódicos por los atascos diarios que se ocasionaban en ella debido a que era incapaz de absorber todo el tráfico. Tanto Carril del Conde como la Carretera de Canillas tenían grandes baches, e incluso tramos en los que no había ningún pavimento, simplemente tierra molida.

Así las cosas, y tras la muerte de Franco en noviembre de 1975, las diversas asociaciones de vecinos decidieron abordar de una vez por todas el problema. Fue la Asociación de Amas de Hogar en Canillas la elegida para presentar la solicitud de una manifestación ante la Dirección General de Seguridad, siendo esta la primera manifestación autorizada en Madrid en la naciente Democracia.

“Carretera de Canillas, 200 baches por milla”

El sábado 13 de Marzo de 1976 por la tarde partió la manifestación del barrio de Villa Rosa. La autorización daba derecho a utilizar tres pancartas, pero los organizadores decidieron llevar solo una con el lema: «Basta de atascos y baches, queremos accesos». El dibujante Antonio Fraguas, ‘Forges’, también diseñó una popular pegatina para la manifestación.

Viñeta Forges Mani Canillas

Según las crónicas de la agencia Pyresa al iniciarse la manifestación había unas 700 personas, pero mientras transitaba por la Carretera de Canillas se fueron uniendo vecinos al escuchar la invitación que se les hacía mediante el megáfono -que también fue autorizado expresamente-, calculándose en unos 1.000 los manifestantes que llegaron hasta el final en Carril del Conde. Varios jeeps de la entonces Policía Armada iban delante y detrás de la manifestación, así como policías municipales.

Durante la marcha se fueron marcando los baches con carteles, llegándose a contar 272 baches en apenas un kilómetro. La prensa destacó la ausencia de incidentes, el civismo y la buena armonía entre las fuerzas de seguridad y los promotores de la protesta que cumplieron con todo lo pactado en el permiso gubernativo.

Además acentuaban por novedoso la pancarta y el megáfono, pero sobre todo el control de los organizadores en la hora que duró la manifestación. Por fin se atendió la vieja reivindicación de los vecinos, aprobándose la remodelación completa de la Carretera de Canillas el día 1 de junio de 1977, con un presupuesto total de cien millones de pesetas.


Ricardo Márquez es autor del blog Historias Matritenses

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