El pasado 18 de diciembre fallecía en un accidente de tráfico Patxi Andión. En la charla que Hortaleza Periódico Vecinal y Radio Enlace organizaron en noviembre sobre ‘La cultura en Hortaleza en los años ochenta‘ su nombre salió a relucir, ya que había actuado en una ocasión en las Fiestas de Primavera del distrito. Como su actuación fue en el antiguo recinto ferial en Arroyo del Quinto, actual Gran Vía de Hortaleza, supongo que la misma sería en 1985 o 1986.

La presencia de Andión en las Fiestas fue una sugerencia, la única que nos hizo, la concejala del distrito Pilar García Peña. Creo que se habían conocido en Bilbao unos meses antes. La misma era perfectamente asumible.

Por las fiestas habían pasado o pasarían artistas como Labordeta, Sabina, Krahe, La Bullonera, Oskorri Nuevo Mester de Juglaría, además de otros representantes de nuestra canción más popular como Los Chunguitos, Juanito Valderrama, Dolores Abril, Lolita Sevilla o Paquita Rico, una representación muy diversa que de alguna manera pone en entredicho la visión generalizada de que el Ayuntamiento en aquellos años solo apostaba por artistas de La Movida.

En lo estrictamente particular Andión tenía unas connotaciones singulares para mi. En el año 1973 o 1974 se produjo una huelga de profesores en el colegio Azorín. El motivo: la sanción a uno de los profesores, don Juan, el de los más pequeños. Al producirse la huelga, a los mayores nos pusieron profesores que no secundaban la misma.

Alumnos y alumnas de 13 y 14 años nos negamos a ir a clase, convirtiéndose posiblemente en la primera huelga de alumnos en un colegio privado en aquella época. Durante años guardé la nota sobre el tema que apareció en Nuevo Diario, uno de los periódicos de entonces.

Alumnos y alumnas de 13 y 14 años del Azorín nos negamos a ir a clase, convirtiéndose en la primera huelga de alumnos en un colegio privado en aquella época

Aquel acontecimiento fraguó una relación intensa entre alumnos y alumnas que nos reuníamos, antes y después de ir a clase, en varios bancos de la calle Arzúa, nuestro punto de encuentro. Estábamos empezando a descubrir el mundo real, la adolescencia y las relaciones. En ese mundo la música tenía un papel esencial. Era la época de Joan Manuel Serrat y sus discos sobre Miguel Hernández y Antonio Machado, pero sobre todo Mediterráneo.

También había lugar para otros cantautores, entre ellos Andión, concretamente el disco A donde el agua (1973). En el mismo había varios temas que de algunas maneras formaron parte de nuestras vidas: ‘Una, dos y tres’ fue la canción de nuestras primeras salidas más allá de los límites del distrito, y de manera especial El maestro, que nos acercaba a la realidad que estábamos viviendo en primera persona.

Una realidad que se fue afianzando con profesoras y profesores. Muchos de nosotros pasamos los recreos en clase con ellos, hablando de casi todo, o acabamos en alguna de sus casas para continuar las conversaciones. En casa de Pilar, la profesora de francés, un joven profesor de El Bierzo nos dio a conocer A vida e morte, primer disco de Amancio Prada.

La relación fue tan especial, y singular, que cuando abandonamos el colegio acabamos alumnos y profesores cantando ‘Bella Ciao’ en el escenario del cine Pinar, donde la profesora de inglés nos comentó que era una canción de los comunistas italianos. Te hace gracia que años después se haya puesto de moda.

Aquellos acontecimientos fueron embrión del movimiento juvenil del distrito. De aquellas aulas surgirían las secciones locales de la Joven Guardia Roja (JGR), la Unión de Juventudes Maoistas (UJM) y las Juventudes Socialistas (JJSS). Si no recuerdo mal, las Juventudes Comunistas (UJCE) tenían presencia por el colegio Santa Fe. Pocos imaginaban que aquel cantautor que nació un 6 de octubre de 1947 en Azpeitia y que fallecería en Soria a finales del pasado año iba a marcar nuestras vidas.

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