La asociación El Olivar, una ONG del barrio de Hortaleza con más de 30 años de experiencia en el apoyo a las personas en situación de vulnerabilidad, participa en el proyecto europeo ‘Erasmus+ Nuevos tiempos, nuevos ciudadanos europeos: herramientas para la inclusión de los migrantes en la sociedad europea’. En el proyecto, junto con la asociación El Olivar, participan entidades de Italia, Países Bajos, Chipre y Lituania.

El objetivo del proyecto, iniciado en 2020, es el intercambio de experiencias desarrolladas en los países de los diferentes socios para facilitar la integración de los migrantes en la sociedad. Como primer paso, se ha realizado un análisis de algunas de las iniciativas que se acometen actualmente desde asociaciones que trabajan con migrantes, intentando detectar no sólo los aspectos positivos de las acciones que se llevan a cabo sino también aquellos espacios de mejora que pueden desarrollarse.

Junto con la experiencia de El Olivar, centrada en la integración de jóvenes migrantes en transición a la edad adulta, se analizaron las prácticas de asociaciones como Valiente Bangla, enfocada especialmente en la población de origen Bangladesh; la Red Interlavapiés y su escuela de derechos; Kifki, especializada en migrantes LGTB que ha abierto recientemente un hogar de acogida para este colectivo; o las organizaciones Senda de Cuidados, Territorio Doméstico o SERCADE, que junto con la facilitación a formación más reglada, apoyan también con la realización de cursos sobre normativa de extranjería, cuidados y derechos laborales.

Especial mención merece el proyecto ‘El Museo Situado‘, promovido y ubicado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía que mediante su apertura a los movimientos sociales se ha convertido en promotor y socio indispensable en la reflexión social sobre el movimiento migratorio, su impacto transformativo en las sociedades de acogida y la búsqueda de aproximaciones a la diversidad desde enfoques alternativos y prácticas artísticas.

Paralelamente, en esta primera fase se ha realizado un proceso de escucha a migrantes y mediadores para conocer directamente cuál ha sido su experiencia a la hora de integrarse en las sociedades. Uno de los aspectos que destacamos de los migrantes, especialmente de los jóvenes, es lo difícil que resulta salirse del imaginario social que a veces se reproduce en el discurso dominante. Como también indicaba unos de los monitores, “palabras como ‘mena’ que realmente responden a un acrónimo de un término legal, se ha convertido en un concepto peyorativo cuyo uso común responde a la intencionalidad de despersonalizar al sujeto al que se refiere, un menor que llega a un país sólo y necesita protección”. En la misma línea se pusieron sobre la mesa los problemas relacionados con género y la defensa de una voz propia de la población migrante, especialmente aquellos más vulnerables, la importancia de los cuidados, el conocimiento de los derechos, el apoyo psicológico…

En una segunda fase, además de comparar estos resultados con los obtenidos en contextos tan diferentes como Lituania o Países Bajos, también se desarrollará en el mes de abril un taller coordinado por El Olivar donde se estudien las dinámicas existentes a nivel social en contextos como el barrio de Hortaleza y se trabajará en cómo aplicar buenas prácticas que no sólo redunden en una transformación del imaginario colectivo sobre el fenómeno migratorio sino que de forma directa puedan generar debates y dinámicas que redunden en la mejora de la convivencia y en la celebración común de la diversidad como elemento de enriquecimiento local.

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