Las asociaciones vecinales son como un ser vivo: nacen, crecen, y si no se cuidan, perecen. Pero al contrario que el resto de los mortales, tienen la capacidad de resucitar si se pone empeño en darles nueva vida. La asociación vecinal La Expansión de San Lorenzo, una de las más veteranas del distrito (fundada en 1975), languidecía desde hace años. Su local de la calle Repelón apenas albergaba actividad por falta de relevo generacional. Y de pronto, ese relevo apareció: la asociación organizó el año pasado dos fiestas multitudinarias en el bulevar de la avenida Celio Villalba para anunciar que había vuelto con un grupo renovado de vecinas y vecinos, aunque faltaba acondicionar un local aquejado por el paso del tiempo. Tras un largo año de obras, acometidas de forma altruista por los nuevos miembros de la asociación y financiadas con aportaciones vecinales, Hortaleza recupera uno de sus más antiguos espacios asociativos.
El próximo sábado 26 de marzo, La Expansión de San Lorenzo volverá a abrir sus puertas con una inauguración abierta al vecindario. A partir de las 12 horas se celebrará un encuentro para escuchar las propuestas e ideas que traigan los asistentes para este espacio asociativo. Y tras el debate y la reflexión se festejará. Habrá comida popular que culminará con tarta, música y un brindis para calentar un local tras un largo invierno de inactividad.
Además, el encuentro servirá para poner las bases de la remozada asociación, que sigue reclutando nuevos socios y socias para ser una herramienta útil contra los problemas del barrio. “San Lorenzo, una de las zonas más populares del distrito, no podía seguir sin un espacio de encuentro vecinal, sin un altavoz para las demandas y denuncias del barrio”, apuntan desde la asociación.
De este modo se recoge el testigo de las luchas que protagonizaron los vecinos y vecinas de San Lorenzo en anteriores décadas, como cuando el barrio se levantó contra la construcción de la M-40, que dejó una cicatriz mal suturada. “La lucha contra los ruidos que genera la M-40 finalizó con una victoria vecinal pues el Ministerio de Transportes construyó las pantallas que hoy podemos ver junto a la vía ciclista. Aun así, no todos los vecinos quedaron satisfechos con la obra pues los ruidos siguen escuchándose en muchas viviendas”, rememora Juan González, uno de los portavoces de la asociación.