Poco después de anochecer y bajo la amenaza de unas lluvias que al final no llegaron, la tarde del pasado miércoles 25 de noviembre, un pequeño grupo de mujeres de la Comisión 8M Hortaleza iluminaron de morado con velas y luces una de las entradas al parque Alfredo Kraus para «visibilizar las violencias machistas en calles y plazas» por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Tras este escenario improvisado –y decorado con pancartas donde podía leerse el lema de las actuaciones de este año: «Vecina confinada, aquí están tus hermanas»–, dieron comienzo a la lectura del manifiesto elaborado en conjunto por las asambleas 8M de los barrios y los pueblos de Madrid, al que siguió un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de los 80 feminicidios y asesinatos de mujeres cometidos por hombres en España desde enero hasta noviembre de 2020.

A continuación, se muestra el texto íntegro del manifiesto.

LOS BARRIOS Y PUEBLOS 8M DE MADRID CONTRA LA VIOLENCIAS MACHISTAS

“Vecina confinada, aquí están tus hermanas”

Un año más, el 25N los barrios y pueblos de Madrid organizados en asambleas 8M volvemos a salir a la calle para rebelarnos contra las violencias machistas y luchar por nuestra autonomía, por ser dueñas de nuestras vidas y nuestros cuerpos. Este año, el contexto de la pandemia nos recuerda que ante cualquier situación de crisis las mujeres somos más vulnerables, pero también que organizarnos entre vecinas y generar comunidad en nuestro entorno es fundamental para transformar nuestra realidad.

Las violencias machistas son una forma brutal de dominación y opresión hacia las mujeres que tiene su raíz en un sistema patriarcal, capitalista y colonial que organiza nuestras relaciones sociales conforme a un modelo basado en jerarquías de género, clase y raza.

El impacto de la violencia machista en nuestras vidas se ha agudizado aún más en la pandemia. El confinamiento facilita el control que ejercen los agresores al tiempo que dificulta el acceso de las mujeres a los recursos existentes, más limitados aún en esta situación de crisis sanitaria. En lo que va de año se han producido 80 feminicidios y asesinatos de mujeres cometidos por hombres en el Estado español.

La pandemia también ha agravado la situación de las mujeres privadas de libertad: no nos olvidamos de las presas por delitos menores de supervivencia y de las mujeres internadas en los CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros), encerradas sin haber cometido delito alguno. Exigimos el cierre inmediato de los CIE, exigimos la inmediata derogación de la ley de extranjería. ¡Ningún ser humano es ilegal!

Nos violan hombres que se creen dueños de nuestros cuerpos y pretenden anularnos como personas, mostrando su masculinidad dominadora y violenta. La legislación vigente es claramente insuficiente: no incluye la perspectiva de género ni está dotada de recursos suficientes. No existe verdad, protección, ni reparación para nosotras, porque no hay seguridad efectiva ni justicia para muchas de las que denunciamos. La justicia es patriarcal y pone en duda nuestra palabra: no nos creen. Cuando hemos sido agredidas se cuestiona nuestro testimonio y se nos juzga a nosotras.

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Pancartas colocadas junto a las velas y luces moradas que iluminaban el acto. ÁNGEL SÁNCHEZ

Las violencias machistas nos afectan a todas, pero de forma diferente en función de nuestra clase social, de nuestro estatus migratorio, de nuestra edad, de si tenemos diversidad funcional, de si somos racializadas, gitanas, payas o trans. Especialmente vulnerables son las mujeres migrantes en situación administrativa irregular, cuya denuncia por violencia sexual puede suponer la apertura de un expediente sancionador que las lleva a su detención y expulsión en aplicación de la ley de extranjería. O las mujeres trans, que sufren discriminación y humillación en todo el sistema judicial.

Decimos: ¡basta! Exigimos protección, reparación y justicia para todas. También que el rechazo a la violencia sexual vaya acompañado de cambios culturales; cambios en las ideas, actitudes, relaciones y en el imaginario colectivo que nos permitan ser dueñas de nuestros cuerpos. Para que dejemos, como sociedad, de naturalizar las violencias sexuales

Por ello, es una necesidad urgente que se incluya en todas las etapas educativas una educación afectiva/sexual sin estereotipos e inclusiva. Que forme a las niñas, niños y niñes en un modelo libre de relaciones violentas, posesivas y dominantes, que excluya los tópicos del amor tóxico/romántico y que haga posible el desarrollo de todo nuestro potencial.

POR TODO ESTO Y MUCHO MÁS SALIMOS A LA CALLES. No estamos dispuestas a consentir ninguna violencia contra nosotras. Decimos BASTA a todas las violencias que sufrimos en todos los ámbitos y espacios de nuestras vidas: en el hogar, el trabajo, en los espacios públicos, en la pareja, en el entorno laboral, la sociedad y las instituciones del Estado.

NINGUNA DE NOSOTRAS ESTÁ SOLA: ¡VECINA CONFINADA, AQUÍ ESTÁN TUS HERMANAS!

NOS QUEREMOS VIVAS, NOS QUEREMOS LIBRES.

EL PATRIARCADO Y SU VIOLENCIA VAN A CAER PORQUE JUNTAS SOMOS MÁS FUERTES.

¡VIVA LA LUCHA FEMINISTA!

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