Son tiempos aciagos y el distrito se enfrenta a una oscuridad sin precedentes. Las festividades, antaño innumerables, están en el punto de mira. En este contexto de lucha y división, el Huerto Comunitario de Manoteras (HCM) celebra su décimo aniversario. Siendo apenas semilla, nuestra energía floreció y muchos de nuestros miembros se sumaron a otros colectivos. Ahora, siendo un árbol de raíces profundas, seguimos dando frutos. Este año os traeremos varios proyectos para celebrar tan maravilloso acontecimiento.
Pero ¿qué es el HCM? Hace ya una década, medio centenar de personas acudimos a la llamada de la Soci de Manoteras y nos embarcamos en esta aventura con dispares expectativas: tierra, amistad, ocio al aire libre… No sabíamos la transformación que esto supondría, tanto para nosotros como para el barrio.
El Huerto Comunitario de Manoteras es una propuesta contra la soledad
Antes del Huerto Comunitario de Manoteras, no había nada, una cuesta descuidada, intransitable, sin alma ni corazón. El uso que hacemos de las ciudades las define; los lugares mueren cuando no se habitan. Así, llenar los espacios de vida es algo político. El HCM significa distintas cosas: para unos, es un punto de encuentro; para otros, un oasis de verde en el cemento, y, para alguno, un foco de conflicto.
La conquista de espacios en los que sembrar redes pone sobre la mesa una alternativa a la ciudad residencial, a la vida individual, al consumo como ocio. El Huerto Comunitario de Manoteras es una propuesta contra la soledad y, como nos gusta decir, es una escuela de ciudadanía. Ahora, con un censo que supera los 150 integrantes, podemos decir que nos ha enseñado a convivir. El HCM supone trabajo físico, mental y emocional. Juntos, podemos retribuir al barrio con proyectos titánicos como Las Noches del Huerto.
Hemos aprendido a discutir sobre la organización del espacio y el trabajo, a gritarnos en interminables asambleas y a abrazarnos después. Porque tenemos un objetivo común y nuestras parcelas no saldrán adelante si el huerto se hunde. Hemos desarrollado la capacidad de crear, autogestionarnos, cumplir sueños y romper barreras, valorando distintos saberes, pues la variedad nos hace más fuertes.
De todas las enseñanzas que el Huerto Comunitario de Manoteras ofrece, el respeto por la vida es la más importante. Es el valor de lo diferente y lo bonito de vivir desde el cariño. Cada insecto o adventicia juega un papel precioso y tiene valor en sí mismo. Este respeto conlleva entender que el estrés y la premura no son naturales, sino un efecto secundario de lo urbano. Ver crecer y morir nuestras plantas pone en valor la lentitud, la contemplación, y nos recuerda cómo debe ser el paso del tiempo: inexorable, sincrónico y lleno de frutos.
¡Por cien mil años más!
Recogiendo los frutos de la siembra en el Huerto Comunitario de Manoteras. HCM
