Los Veranos de la Villa, la programación cultural estival del Ayuntamiento de Madrid, se ha expandido este año a los barrios de la ciudad. Y Hortaleza ha sido uno de los más agraciados en la dispersión de conciertos y actividades por todos los puntos de la ciudad. El pasado 1 de julio, los Veranos de la Villa comenzaron en nuestro distrito con el concierto de la veterana banda de rock Los Enemigos en el auditorio Pilar García Peña del parque Pinar del Rey. Y esta última semana de agosto la programación se cierra en el mismo recinto con la actuación de dos grandes nombres de nuestra música: Kiko Veneno y Martirio. Además, ambos conciertos son con entrada gratuita.
El lunes 29 de agosto el auditorio Pilar García Peña de Hortaleza vuelve a abrir sus puertas para recibir a Kiko Veneno, que regresa a nuestro barrio casi una década después de actuar en las Fiestas de Primavera de nuestro distrito en 2007, cuando compartió cartel con el donostiarra Mikel Erentxun. El concierto comenzará a las 21 horas en este recinto del parque Pinar del Rey, en la confluencia de la calle López de Hoyos con Carretera de Canillas (Metro Pinar del Rey).
Pionero en fusionar el flamenco con el pop y el rock, se podría decir que Kiko Veneno ha acompañado musicalmente toda la historia de la democracia en España, desde que fundara el grupo Veneno en 1975 con Rafael y Raimundo Amador, hasta el díptico Doble vivo que acaba de salir a la luz este mismo año. Entre medias, muchos discos memorables, multitud de colaboraciones y la autoría de canciones emblemáticas como aquel Volando voy que inmortalizó Camarón de la Isla. Un artista de largo aliento, con un presente creativo estimulante e inconformista.
Los Veranos de la Villa finalizarán el martes 30 de agosto con Martirio como protagonista. Su actuación será también en el auditorio Pilar García Peña a las 21 horas y con entrada gratuita. En sus tres décadas de carrera, Martirio se ha sumergido en el flamenco, el jazz, la bossa nova, el tango, el bolero, el pop, el rock e incluso las sevillanas y, por supuesto, la copla española, en la que ha dejado ya una huella imborrable. Impredecible, enigmática y sofisticada, sus conciertos son siempre una sorpresa.