Según una encuesta posterior, lo que más le gustó al vecindario de aquella celebración fue el espectáculo de guiñol y la zarzuela. Organizada por la Junta Municipal, participaron las asociaciones vecinales y partidos como PSOE y PCE, aunque renunció la UCD, y la fiesta se celebró en la explanada de Pinar del Rey, lo que hoy es la Gran Vía de Hortaleza, y hubo muchos fallos.
El alumbrado eléctrico fue muy deficiente. La publicidad, escasa y a destiempo. Un cohete se escapó alcanzando a un chaval en la cabeza, y durante la tarde no se programó ninguna actividad. En fin, cosas de la falta de experiencia.
El entonces concejal del distrito de Hortaleza, el socialista Valentín Medel, destacó de estas primeras fiestas la participación vecinal. “Ha sido enormemente interesante comprobar cómo los vecinos de un distrito saben tomar sus asuntos en sus propias manos, sin que ello suponga ningún tipo de problema socio-político, frente a la afirmación que dio alguien de que la calle era suya, los vecinos han demostrado que de verdad de quien es, es de ellos”, escribió en el periódico Unión de Hortaleza.
La Junta de Hortaleza aportó 800.000 pesetas para la organización de esas fiestas, en las que actuó el grupo vallecano de rock Union Pacific, donde participaban Fortu Sánchez y Paco Laguna, que un año después formarían Obús. Esa actuación fue lo que más gustó a los jóvenes del barrio.
Pero antes de que se instauraran las fiestas del distrito, en los barrios ya existían celebraciones vecinales. Ese mismo año de 1980, la asociación La Unión de Hortaleza celebró fiestas en los barrios de San Matías, en el pueblo de Hortaleza, durante el mes de mayo, en junio en Parque de Santa María, la UVA y Huerta de la Salud, y también la ‘Fiesta del Bollu‘, a la que estaban invitados todos los socios de la asociación y en la que se entregaba el típico bollu asturiano y una bebida. Ahí no quedaba la cosa, porque en julio la fiesta se trasladaba al barrio de El Carmen, en septiembre a San Miguel, y en diciembre se celebraba el Día del Árbol en las nuevas viviendas de El Carmen.
En esas fiestas había encierro de vaquillas, toque de organillo, bailes populares, guiñol, gigantes y cabezudos, cena homenaje a los mayores del barrio, exposiciones (de esmalte, migajón, fotografía…), hoguera de San Juan, charangas, cohetes, fuegos artificiales, concursos de juegos infantiles, conciertos de música folk, concurso de disfraces, competiciones deportivas (mus, fútbol, ajedrez, tenis de mesa…), bandas de música o teatro infantil. La Unión no era la única asociación que celebraba sus fiestas, ya que también las organizaban Villa Rosa, Canillas, Pinar del Rey o Las Cárcavas en sus respectivos barrios.
Ya en aquella época, había gente que pensaba que la organización de fiestas no era el papel de las asociaciones vecinales porque entendían que debían centrarse en las reivindicaciones de los barrios. Pienso que estaban equivocados, porque las fiestas, en estas épocas de tiempo soleado y agradable, suponen una relajación ante tantos problemas cotidianos y a través de ellas podemos dar salida, en parte, a nuestras tensiones y preocupaciones.
En las fiestas vecinales, los protagonistas son aquellos vecinos y vecinas que desinteresadamente dedican muchas horas de preparación y otras tantas de trabajo durante su celebración. Desafortunadamente, muchas de aquellas fiestas se han perdido, y las que se mantienen es gracias a un gran esfuerzo de personas a las que hay que mandar nuestro afecto y felicitación.
Estuve en aquellas fiestas, fue la unificación de las fiesta de los distintos barrios en una, las de Canillas, Villar rosa, San lorenzo y demás, no fueron tan desastrosas como se pintan y lo pasamos muy bien, no como hoy que no nos dejan opinar, y nos prohíben las cervezas, esas si serán desastrosas, y seguramente mucho mas caras, o no, pero nos saldrán caras seguro
Maravillosas fiestas ,yo viví mucho las de san Miguel , grandes recuerdos y mucha cultura