En 2001, la curtida hinchada del Atlético de Madrid no encontraba consuelo. Su equipo había tocado fondo con el descenso a la segunda división del fútbol español, y aunque la afición reaccionó con un récord de abonados para empujar durante la travesía por el desierto, aquel “añito en el infierno” se prorrogaba otra temporada más al frustrarse el regreso a la élite.
Parecía un año aciago, pero fue entonces cuando alumbraron dos de los mayores orgullos rojiblancos de este siglo: un pecoso chaval de Fuenlabrada con cara de niño, Fernando Torres, y la sección femenina del Atleti.
“Mientras dejábamos que un crío nos sacara del atolladero, un puñado de mujeres se colaba en los despachos del Calderón para contarle a los señores que llevaban la gestión del club que tenían intención de atarse las botas de tacos y vestir el escudo de la osa cada fin de semana”, escribe la hortalina y muy colchonera Mónica Crespo en Por mí, por ti, por todos, una deliciosa y apasionada crónica sentimental que se convierte en la primera referencia dedicada a un equipo femenino de la celebrada colección Hooligans Ilustrados, en la que reputados periodistas como Enric González, Manuel Jabois o Nacho Carretero desvelan sus febriles adhesiones futboleras.
Un encargo que la editorial Libros del KO encomendó a esta especialista en comunicación que nunca había escrito sobre deportes, aunque llevaba tiempo significándose en Twitter como una “tarada por el fútbol” incondicional del Atleti femenino. Resulta paradójico que el libro tenga un título en masculino, pero la decisión viene cargada de intención: “Es el grito de guerra las jugadoras del Atleti antes de los partidos, y me parece importante, porque la igualdad no es solo algo bueno para las mujeres, también lo es para los hombres”.
EDUCAR EN LAS GRADAS
En sus páginas, Mónica sostiene que el alienante fútbol también puede ser una “herramienta para la igualdad” porque enseña a niñas y niños “que a esto de la vida jugamos todos con el mismo reglamento”. “Da gusto ir al campo y ver a niños que conocen a las jugadoras, es emocionante y puede ser muy educativo que vean que las mujeres también pueden ser profesionales de élite que se merecen vivir de esto”, añade la cronista del Atleti Femenino, una historia de éxito que se ha sacudido el fatalismo que arrastra el equipo masculino.
“Me duele decirlo, pero es bueno que el Real Madrid esté en el fútbol femenino porque va a ganar mucha visibilidad”
“Desde luego ellas no son el ‘pupas’, han ganado tres ligas en los últimos cuatro años y al campo de las chicas vas sabiendo que te vas a llevar una alegría”, presume Mónica, que creció en el barrio de San Lorenzo a pocos pasos del pueblo de Luis Aragonés, el gran mito del Atleti.
El fútbol femenino, sin embargo, ha teñido el barrio de blanco. En Hortaleza se fundó el Club Deportivo Tacón, equipo de mujeres absorbido por Real Madrid para dar esta temporada su rezagado salto a la máxima categoría femenina. “Me duele decirlo, pero es bueno que el Real Madrid esté ahí, porque al final el fútbol femenino va a ganar mucha visibilidad”, admite Mónica con cierta resignación.