En una semana cargada de actos con motivo del 25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte, inauguran el Centro municipal Beatriz Galindo para mujeres sin hogar víctimas de violencia de género, que tiene como objetivos la «dignidad en la atención al sinhogarismo y ofrecer nuevas oportunidades para que rehagan sus vidas».
Este nuevo recurso ha sido bautizado con el nombre de Beatriz Galindo en honor a la maestra de la reina Isabel la Católica, quien precisamente fue responsable de la creación de un hospital para las personas más desfavorecidas en lo que hoy en día es la plaza de la Latina, así llamada en recuerdo de esta maestra que era conocida como La latina por su conocimiento de las lenguas clásicas.
El espacio, cuya gestión ha obtenido por concurso público Fundación Salud y Comunidad, está distribuido en tres plantas –con zonas comunes y estanciales, despachos, enfermería, habitaciones y aseos– en un edificio municipal de nueva construcción, cuya dirección no se hará pública para mayor protección de las mujeres usuarias.
Begoña Villacís ha explicado que el Beatriz Galindo muestra el “estándar de calidad que el Ayuntamiento se ha propuesto para la atención al sinhogarismo”, frente a centros tradicionales como el de Geranios, que fue el primero para mujeres sin hogar de la red municipal, ya que no podemos olvidar que «acabar en la calle es posible para cualquier persona».
"Acabar en la calle es posible para cualquier persona" Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid
El centro, «el primero de España de estas características», según indicaba Pepe Aniorte, cuenta con 30 plazas, a las que se suman 5 plazas de emergencia, 60 como centro de día y 15 reservadas al traslado de mujeres provenientes de pensiones y que hayan logrado más autonomía fruto del proceso de atención social.
El delegado ha querido hacer hincapié en la importancia de «la creación de recursos innovadores como este, que permite ofrecer una atención integral que ayude a las usuarias en su proceso de inserción social».
LA INVISIBILIDAD DE LAS MUJERES SIN HOGAR
Según los datos registrados por el Área de Gobierno de Familias, Igualdad y Bienestar Social del Ayuntamiento de Madrid, hay 650 personas sin hogar en la ciudad, de las cuales entre el 15% y el 20% son mujeres y 3 de cada 4 han sufrido algún tipo de violencia: física, sexual, psicológica,…
Como destacaba la vicealcaldesa, las mujeres sin hogar “sufren una realidad especialmente cruel, ya que prácticamente todas sufren o han sufrido alguna forma de violencia de género”, motivo por el que el nuevo recurso cuenta con el primer equipo de psicólogas especializadas en violencia de género en el marco de la Red Municipal de Personas Sin Hogar. Estas profesionales trabajarán de forma intensiva caso a caso, estableciendo diagnósticos y seguimientos específicos, favoreciendo así el trato personalizado a las mujeres.
El nuevo recurso cuenta con el primer equipo de psicólogas especializadas en violencia de género en el marco de la Red Municipal de Personas Sin Hogar
La directora general de Inclusión Social, Laura Castaños Quero, va más allá e indica que, según estudios recientes, como el de Sonia Panadero Herrero, las mujeres suponen ya el 35% del número total de personas sin hogar en la ciudad de Madrid y «todas ellas sufren situaciones de violencias». El perfil actual suele ser de mujeres cuya «edad media ronda los 45 años, el 32% son extranjeras y el 17% tienen estudios universitarios».
El delegado del área social Pepe Aniorte también ha recordado que la apertura de este nuevo espacio era un compromiso reflejado en las 21 medidas prioritarias para combatir la violencia contra las mujeres, aprobadas por el Pleno Municipal hace dos años.
Así, en junio de este mismo año, comenzó a funcionar el programa No Second Night, orientado a la detección y atención temprana a mujeres en riesgo grave de quedar en una situación de exclusión social, en el que, después del éxito obtenido en un proyecto piloto con 30 plazas, se han aprobado 50 plazas más para convertirlo en un programa permanente.
Pepe Aniorte, delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, y Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, durante la rueda de prensa posterior a la inauguración del centro Beatriz Galindo. JULIA MANSO
Todo lo que se habló aquí son maravillas, pero ojo no son reales. Las llamadas profesionales no lo son, permiten consumos de todo a a sabiendas, y lo permiten . Día si día no llaman a. La policía. Y no hablemos de los. Vecinos lo que aguantan y soportan. Pero gente no se confundan ahí viven personas son hogar, con daños sicológicos irreparables x violencia abusos, adicciones etc. Nosotras esperamos ayuda,, no sétirte sola, el problema como siempre nadie hace los deberes de comprobar porque no baja el índice de enfrentamientos de robos abusos y todo, porque no hay profesionales de verdad y a la sociedad desgraciadamente no les interesamos un grupo de mujeres adictas o no con problemas de salud mental, que hallan tenido que sobrevivir haciendo de todo. Y claro nadie, manda que supervisen este tipo de centros como Beatriz Galindo. Pero si lo hicieran se darían cuenta de que x las trabajadoras-os, no tienen empatía solo deciden x ti y claro con las más agresivas ,no trabajan directamente las dejan hacer a su libre albedrío, y eso trae consecuencias.
En fin está qeja es x el hecho de que hay muchas víctimas de violencia de género qe x el mal hacer de las «profesionales» , se traumatizan nuevamente en este centro x todo lo que se vive y esto no ocurriría si gestionarán
Ejor los medios aumentarán el personal y cambiaran el que hay este no vale ya ha hecho mucho, daño. Mi pregunta, lo van a seguir permitiendo. Gracias, espero piensen en este relato tan penoso y qe esto cambie
Este centro parece más bien una recogida de personas con problemas de drogadictos y alcohol. Estas mujeres sin ningun control están en los alrededores del centro ocasionando problemas a los vecinos que vemos día tras día como consumen en las aceras, como se pelean y como, en algunos casos practican la prostitución, trayendo a nuestro barrio un sinfín de problemas de convivencia.