Cuando una biblioteca quiere resaltar o poner en valor un tema específico que considera de utilidad para el público, crea lo que se llama un centro de interés, que instala en un espacio aparte enriquecido con carteles e, incluso, objetos decorativos. Existen centros de interés permanentes y temporales y, a su vez, para público adulto, juvenil o infantil, o para todos.

Pueden formar parte de ellos libros, revistas y títulos en DVD, CD u otros materiales multimedia. Entre los permanentes, en la Red de Bibliotecas Públicas Municipales, destacan por los beneficios de su uso los centros de libros de Letra Grande, dedicados a personas con dificultades visuales, y los de Lectura Fácil, destinados a gente con dificultades de comprensión lectora. En la biblioteca Huerta de la Salud, tenemos el Espacio Hortaleza, que recoge libros y soportes multimedia relacionados con el distrito y obras de personas vinculadas a él. Incluye intérpretes musicales y actorales.

En la biblioteca Huerta de la Salud, el Espacio Hortaleza recoge libros y soportes multimedia relacionados con el distrito

Los centros de interés temporales pueden ir cambiando. Para 2025, nuestra red va a ofrecer, junto a guías para facilitar el uso, centros dedicados a los días internacionales de la Mujer, el Cómic, la Poesía, el Teatro, el Libro Infantil y Juvenil, el Libro, LGTBIQ+, los Abuelos, las Escritoras, las Bibliotecas, Halloween y la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, así como Navidad. A los que se irán añadiendo los que surjan, por lo general nacidos de la actualidad. Son muy comunes los de obras u autorías recién premiadas o los tristemente ideados como consecuencia de fallecimientos.

Los centros de interés (que se abrevian normalmente como CI) intentan captar la atención de los usuarios para acercarlos a la lectura. En la biblioteca Huerta de la Salud, tenemos la suerte de contar con una vecina del distrito, Julia Zapatero, que crea centros de interés infantiles en su casa para sus dos hijos.

“Es la forma con la que los animo a acercarse a los cuentos y a que sientan curiosidad por abrirlos, leer y conocer. Cuando eran muy pequeños, empecé a colocar zonas por la casa con cuentos que les cogía en la biblioteca. Los colocaba de pie, tumbados, o sobre la cama. Luego los agrupaba por temas, como animales, emociones, transportes o partes del cuerpo, o que escogían ellos, como brujas, superhéroes, deportes o gatos. La biblioteca me servía de inspiración. Ahora ya van siendo más mayores y son ellos los que quieren elegir. Les encanta que les deje libros debajo de la almohada”. No cabe mayor ternura.

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