Pepe Sotoca empezó a organizar equipos de fútbol a finales de los años sesenta del siglo pasado. Sus comienzos fueron en un campo inclinado en la Carretera de Valencia. Tenía porterías, pero no estaban ni marcadas las líneas del campo. Durante el descanso, se acercaban a un bar próximo y encargaban sardinas y panceta para degustar después de los partidos que se disputaban. En ese campo, estuvieron jugando alrededor de cuatro meses.

Desde allí se pasó a jugar en el campo del Padre Amigó, que se encontraba en el distrito de Carabanchel, aunque se alternaban los encuentros con el campo de los Dominicos, en el municipio de Alcobendas. En esa época, lo habitual era jugar los sábados por la tarde. Luego, se pasó a jugar en Mingorrubio los domingos por la tarde.

Fue allá por el año 1973 cuando Pepe empezó a organizar competiciones entre los equipos formados básicamente por empleados de banca. Inicialmente, se contó con 12 equipos: tres del Banco Exterior, Banco de Vizcaya, Banco de Madrid, Banco Central, y se jugaba en diferentes campos como, por ejemplo, en La Elipa, dos campos en Orcasitas, Moratalaz o Barrio del Pilar. A partir de ese momento, se pasó a jugar los viernes por la tarde y así se ha continuado hasta ahora.

Con el paso del tiempo, aquellos 12 equipos se fueron convirtiendo en ocho, cuatro, dos… hasta que quedó un número suficiente de personas como para jugar un encuentro semanal.

fútbol

Partido disputado en el polideportivo Luis Aragonés el pasado mes de enero. SANDRA BLANCO

JUGANDO AL FÚTBOL EN EL LUIS ARAGONÉS

Desde la inauguración del centro deportivo municipal Luis Aragonés a principios de los años ochenta, juegan todos los viernes no festivos sin interrupción desde las 16.30 hasta las 17.30 horas. “Los viernes son sagrados para el partido. Apenas he faltado alguna vez y por algún problema urgente”, afirma Pepe orgulloso.

Las inclemencias del tiempo nunca han sido motivo para suspender partidos desde que se han afincado en esta instalación deportiva hortalina. “En todos los años que hemos estado jugando, a excepción de con la borrasca Filomena, nunca se han tenido que suspender encuentros ni por lluvia, ni por nieve o ni por viento”.

“Los viernes son sagrados para el partido. Apenas he faltado alguna vez” Pepe Sotoca

Como es normal, su medio siglo jugando al fútbol está repleto de anécdotas de todo tipo. Por ejemplo, un domingo en Mingorrubio en el que se disputaba un partido de solteros contra casados, un joven jugador falleció durante el descanso del encuentro debido a que tenía una dolencia renal de la que nadie sabía nada previamente. Como recuerda Pepe, “tuvimos que aguantar la regañina del médico de la clínica de urgencias de El Pardo por habernos puesto a jugar al fútbol trabajando en banca y llevando una vida tan sedentaria”.

También ha habido algunos casos, aunque pocos, de jugadores a los que se les ha prohibido volver a jugar porque eran muy “leñeros y marrulleros”, es decir, daban muchas patadas, “y aquí eso no lo permitimos”, apostilla Vicente Marruedo, que comenzó a jugar en 1969 con grupos de amigos en el Cerro Garabito y se incorporó a los partidos en el polideportivo Luis Aragonés a principios de la década de los noventa.

Lo que está claro es que tanto Pepe como Vicente coinciden en que quieren seguir jugando al fútbol mientras se encuentren bien de salud y puedan practicar este deporte sin problemas. No obstante, el tiempo es inexorable y, después de tantos años, los jugadores se han tenido que ir retirando por diversas causas: edad, lesiones, temas familiares… Al principio, intentaron incorporar a otros jugadores que también fuesen sénior, pero, cuando se dieron cuenta de que no lo conseguían, tuvieron que abrir el abanico y recurrir a jugadores más jóvenes, incluidos los hijos y los nietos de los participantes habituales.

DSF0725 2

Formación actual del equipo de fútbol sénior Empleados de BBVA. SANDRA BLANCO

(Visited 198 times, 1 visits today)