Llego al parking del mercadillo de la UVA para montar carrozas de la Cabalgata de Hortaleza. Ya son dos años que no monto carroza propia, es decir de la asociación a la que pertenezco o pertenecí, y me bajo a echar una mano a otros colectivos y asociaciones. Este año empiezo ayudando en una carroza a la cual desde AMEJHOR hemos dejado material para la construcción. Según subo me apoyo en un listón que tiene otro taladrado a modo cuña, me fijo que sigue el mismo tornillo que metió un padre de uno de los chavales que venía a los talleres de AMEJHOR hace años, tornillo que nunca conseguimos sacar porque estaba metido a conciencia y quedó la cabeza totalmente pasada, es decir, sigue siendo el mismo apaño de entonces.

Los laterales son blancos, si raspáramos la pintura de esos laterales hasta su primera decoración veríamos la decoración de la carroza del 2015 que estaba dedicada a los Superhéroes del Barrio. El lateral estaba pintado con viñetas y en una de ellas aparecían Batman y Robin vendiendo periódicos en los cuales se anunciaba que “Botella prohíbe los caramelos”, y año tras año fueron reciclados, año tras año ganaron grosor, capa de pintura sobre capa de pintura, grosor que crecía como crecía la Cabalgata del barrio.

Veo un lateral más grande, aquel que dedicamos a nuestro compañero Víctor cuando falleció en un trágico accidente al salir del local de Amejhor tras colaborar con nuestra carroza. Nadie fallece hasta que no se le olvida, y a Víctor no le vamos a olvidar. “Siempre bien” decía, y siempre me contagiaba ese optimismo aunque estuviéramos con la carroza contra reloj, faltaran materiales y yo estuviera de los nervios. Quizás esa es una enseñanza de Amejhor: siempre hay salida. Como cuando quisieron privatizar y eliminar nuestra querida Cabalgata y, aplicando nuestra imaginación y creatividad heredada de la infancia con la que estábamos tan cerca, decidimos ir a por el permiso de manifestación, ¿quién iba a pensar que esa locura sería el principio o lo que propició la continuidad de nuestra actual Cabalgata Participativa?

Termino el montaje por hoy, me acuerdo de mucha gente, de muchos momentos, y se me saltan las lágrimas

Ya encima del camión, empezamos a colocar los bancos, son los mismos bancos donde se sentaba la chavalada más peque de la UVA, la que nos hizo revolvernos para gritar que también tenían derecho a disfrutar de la Cabalgata, la que nos enseñó que si hay equipo, si hay fuerzas, hay magia. Comienzo el montaje en otro camión, necesitamos listones y los que sobran de la anterior carroza son útiles para esta. Algunos están pintados y juego mentalmente a averiguar en qué carroza del histórico de Amejhor se pintó ese listón de ese color. Termino el montaje por hoy, subo al coche, y me acuerdo de mucha gente, de muchos momentos, y se me saltan las lágrimas.

Al día siguiente mis baquetas comienzan a tocar la caja, suenan los surdos, empieza la samba de Sambaleza y hacemos el recorrido que año tras año desde el 2008 hemos ido ganando palmo a palmo. Cada vez más calles disfrutan de nuestra Cabalgata, la del vecindario, la de toda la vida, la ‘Cabalgata de tod@s y para tod@s’ como la llamábamos. Cuando llego al principio de Mota de Cuervo y empezamos a bajar me vuelvo a emocionar. Hoy vamos a terminar la Cabalgata donde, antes de que una concejala intentara privatizar la Cabalgata, antes, la Cabalgata empezaba allí, y antes las carrozas las montábamos en frente del polideportivo que hoy se llama Luis Aragonés. Allí fueron mis primeras carrozas. Hoy veo que las maderas siguen aguantando, han cumplido su misión, el legado sigue, y el barrio está cada vez más orgulloso de su Cabalgata. Hoy he descubierto que esas maderas, como Amejhor, como Víctor, siguen en la Cabalgata.

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